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Espectáculos |LA MÚSICA DE LUTO

Adiós a una leyenda: con Tony Bennett se fue una época

El artista murió a los 96 años, tras siete décadas de éxitos (y algunos traspiés que navegó con elegancia). Encumbró la canción norteamericana con su voz clásica, la última de una era que se terminó de apagar

22 de Julio de 2023 | 04:18
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Escuchar la voz de Tony Bennett era trasladarse a un tiempo, un lugar. Quizás, incluso, fuera una epóca que no existiera, una época de luces de neón, elegancia y un dejo de melancolía cinematográfica: pero escucharlo dejar su corazón en San Francisco o adorar la forma en que su chica se ve esa noche era viajar hacia ese mundo que, tras su partida a la eternidad ayer, a los parece haber dejado de existir.

Es el fin de una era: con Bennett se fue el último gran “crooner” del siglo XX, el último intérprete clásico del cancionero popular estadounidense. Y ”el mejor”, según su amigo Frank Sinatra, que admiró el entusiasmo, la calidad técnica y la calidez emocional de un artista exitoso hasta el final.

Eminente y atemporal, el último de los grandes cantantes de salón de mediados del siglo XX, Bennett solía decir que la ambición de su vida era crear “un catálogo de éxitos más que discos de éxitos”. Con esa misión, terminó consagrando al cancionero clásico estadounidense y creando en el camino nuevos éxitos como “I Left My Heart In San Francisco”. Publicó más de 70 álbumes que le valieron 19 premios Grammy, todos esos premios, a excepción de dos, después de cumplir los 60 años. Además, gozaba del afecto profundo y duradero de fans y colegas.

EL INTÉRPRETE

Como todos los viejos intérpretes, Bennett era un contador de historias, un interpretador de las historias de otros: no contaba su propia historia cuando actuaba, sino que dejaba que la música hablara con ayuda de los Gershwin y Cole Porter, Irving Berlin y Jerome Kern. A diferencia de su amigo y mentor Sinatra, interpretaba una canción en lugar de encarnarla. Si su canto y su vida pública carecían del gran dramatismo de Sinatra, Bennett apeló con una manera fácil y cortés y una voz inusualmente rica y duradera: “Un tenor que canta como un barítono”, se describía a sí mismo, lo que lo convirtió en un maestro al acariciar una balada o alegrar un número más acelerado.

“Disfruto entreteniendo a la audiencia, haciéndoles olvidar sus problemas”, dijo en 2006. “Creo que la gente... se conmueve si escuchan algo que es sincero y honesto y tal vez tiene un poco de sentido del humor. ... Simplemente me gusta hacer que la gente se sienta bien cuando actúo”.

Bennett fue elogiado a menudo por sus colegas, pero nunca de manera más significativa que por lo que dijo Sinatra en una entrevista con la revista Life de 1965: “Para mí, Tony Bennett es el mejor cantante en el negocio. Me emociona cuando lo miro. Él me conmueve. Es el cantante que transmite lo que el compositor tiene en mente, y probablemente un poco más”.

Tony Bennett es en realidad Anthony Dominick Benedetto, hijo de un inmigrante italiano que inspiró su amor por el canto, pero murió cuando Anthony tenía 10 años. Vivió un infancia empobrecida, y hasta tuvo que abandonar la escuela para mantener a su familia. Mientras realizaba changas, compitió en programas de aficionados y también cantó en el ejército. La música era lo suyo, y así fue que en 1947, Bennett hizo su primera grabación, el estándar de los Gershwin, “Fascinatin’ Rhythm”, para un pequeño sello bajo el nombre artístico de Joe Bari.

Al año siguiente ganó notoriedad cuando terminó detrás de Rosemary Clooney en el programa de radio “Arthur Godfrey’s Talent Scouts”. La gran oportunidad de Bennett llegó en 1949 cuando la cantante Pearl Bailey lo invitó a unirse a su revista en un club de Greenwich Village. Bob Hope asistió una noche y quedó tan impresionado que le ofreció al joven cantante un lugar abriendo sus espectáculos en el famoso Teatro Paramount, donde los adolescentes se habían desmayado por Sinatra. Pero al comediante no le gustaba su nombre artístico: creía que su verdadero nombre era demasiado largo para la marquesina. “Pensó por un momento, luego dijo: ‘Te llamaremos Tony Bennett’”, escribió el cantante en su autobiografía, “The Good Life”, publicada en 1998.

Así comenzó el ascenso de Bennett, que no sólo sobreviviría al auge del rock, sino que aguantó tanto tiempo y tan bien que ganó nuevos seguidores y colaboradores, algunos lo suficientemente jóvenes como para ser sus nietos. En 2014, a los 88 años, Bennett rompió su propio récord como el artista vivo de mayor edad con un álbum en el puesto número 1 de la lista Billboard 200 por “Cheek to Cheek”, su proyecto de duetos con Lady Gaga.

Tres años antes, encabezó las listas con “Duets II”, con estrellas contemporáneas como Gaga, Carrie Underwood y Amy Winehouse, en su última grabación de estudio. Su relación con Winehouse quedó plasmada en el documental nominado al Oscar “Amy”, que mostraba a Bennett alentando pacientemente a la joven cantante insegura a través de una interpretación de “Body and Soul”. Su último álbum, “Love for Sale” de 2021, incluía un dueto con Lady Gaga en la canción principal, “Night and Day” y otras canciones de Porter.

EL GRAN CANCIONERO AMERICANO

Para Bennett, uno de los pocos artistas que se movía con facilidad entre el pop y el jazz, estas colaboraciones formaban parte de su cruzada para exponer a nuevas audiencias a lo que él llamó el Gran Cancionero Americano. “Ningún país le ha dado al mundo una música tan buena”, dijo Bennett en una entrevista de 2015 con la revista Downbeat. “Cole Porter, Irving Berlin, George Gershwin, Jerome Kern. Esas canciones nunca morirán”.

Irónicamente, su contribución más famosa provino de dos desconocidos, George Cory y Douglass Cross, quienes a principios de los años 60 proporcionaron a Bennett su canción emblemática en un momento en el que su carrera se encontraba estática. Le dieron al director musical de Bennett, el pianista Ralph Sharon, algunas partituras que guardó en un cajón y olvidó hasta que estaba empacando para una gira que incluía una parada en San Francisco.

“Ralph vio unas partituras en el cajón de sus camisas... y encima de la pila había una canción llamada ‘I Left My Heart In San Francisco’. Ralph pensó que sería un buen material para San Francisco”, dijo Bennett. “Estábamos ensayando y el cantinero del club en Little Rock, Arkansas, dijo: ‘Si grabas esa canción, seré el primero en comprarla’”.

Lanzada en 1962 como cara B del sencillo “Once Upon a Time”, la balada reflexiva se convirtió en un fenómeno que permaneció en las listas de popularidad durante más de dos años y le valió a Bennett sus dos primeros premios Grammy, incluido el de grabación del año.

Sin embargo, al llegar a sus 40 años, aparentemente ya no estaba de moda. Y pesar de los éxitos, empezaron los problemas. Financieros, tras iniciar su propio sello luego de resistir la presión de Columbia por grabar canciones actuales, cuando el rock tomaba la escena; y también personales: su matrimonio con la artista Patricia Beech colapsó en 1971. Se casó con la actriz Sandra Grant el mismo año, pero ese matrimonio terminó en 1984. Sin acuerdos discográficos, sus deudas lo llevaron al borde de la bancarrota y el fisco trató de embargar su casa en Los Angeles. Después de una sobredosis de drogas casi fatal en 1979, recurrió a su hijo, Danny, quien finalmente firmó como su mánager. Bennett dejó su adicción a las drogas y puso sus finanzas en orden, se mudó de regreso a Nueva York y reanudó sus presentaciones, haciendo más de 200 al año.

EL RENACER

Rondaba por entonces los 60, una edad en la que incluso los artistas más populares a menudo se conforman con complacer a sus fans mayores. Pero Bennett y Danny encontraron formas creativas de comercializar al cantante para la Generación MTV. Hizo apariciones especiales en “Late Night with David Letterman” y se convirtió en un artista invitado famoso en “Los Simpson”. Usó una camiseta negra y anteojos de sol como presentador de los Red Hot Chili Peppers en los Premios MTV a los Videos Musicales de 1993, y su propio video de “Steppin’ Out With My Baby” de su álbum homenaje a Fred Astaire, ganador de un Grammy, terminó en “Buzz Bin” de MTV.

Eso llevó a una oferta en 1994 para hacer un concierto “MTV Unplugged” con los invitados especiales Elvis Costello y k.d. lang. La actuación resultó en el álbum, “Tony Bennett: MTV Unplugged”, que ganó dos premios Grammy, incluido el álbum del año.

Bennett ganaría premios Grammy por sus homenajes a las cantantes femeninas (“Here’s to the Ladies”), Billie Holiday (“Tony Bennett on Holiday”) y Duke Ellington (“Bennett Sings Ellington - Hot & Cool”). También ganó premios Grammy por sus colaboraciones con otros cantantes: “Playin’ With My Friends - Bennett Sings the Blues” y su tributo a Louis Armstrong, “A Wonderful World” con lang, el primer álbum completo que grabó con otro cantante. Celebró su cumpleaños 80 con “Duets: An American Classic”, con Barbra Streisand, Paul McCartney y Stevie Wonder, entre otros.

“Todos son gigantes en la industria y, de repente, me dicen: ‘Tú eres el maestro’”, dijo Bennett en 2006.

 

Bennett en cinco canciones

❑ “FASCINATIN’ RYTHM”
Su primera grabación, y una canción que lo acompañó hasta sus últimos conciertos: en 1947, Bennett hizo su primera grabación, el estándar de los Gershwin, “Fascinatin’ Rhythm”, para un pequeño sello bajo el nombre artístico de Joe Bari.

❑ “RAGS TO RICHES”
Un clásico del cancionero, interpretada por varios astros, es sin embargo recordada en la versión de Tony Bennett con la orquesta de Percy Faith, que fue número uno durante ocho semanas en 1958.

❑ “I LEFT MY HEART IN SAN FRANCISCO”
Su éxito más emblemático no fue una canción del cancionero popular, sino una composición original, colaboración con George Cory y Douglass Cross. El tema no sólo lideró los rankings, sino que relanzó la carrera de Bennett.

❑ “MY FOOLISH HEART”
La íntima y abrumadora rendición de Bennett de la canción, junto al maestro Bill Evans, en 1975, fue una de las pocas grabaciones del malogrado sello del artista, Improv Records.

“THE WAY YOU LOOK TONIGHT”
El resurgimiento de la carrera de Bennett en los 90 estuvo apuntalado por esta canción, clásico de Fred Astaire que fuera parte de la exitosa película ”La boda de mi mejor amigo”.

 

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