Activistas atacaron a martillazos una obra de Velázquez

En el día de ayer, dos activistas de la organización ambientalista Just Stop Oil llevaron a cabo un grave ataque en la National Gallery de Londres, dañando el cuadro “Venus del Espejo” (1647) de Diego Velázquez, tras romper el vidrio protector de la obra. Según su declaración, este acto, que sigue un patrón similar a otros previos, tenía como objetivo presionar al gobierno británico para que revise sus acuerdos relacionados con la explotación de petróleo. Los dos militantes, de 20 y 22 años, entraron al lugar cerca de las 10.45 (hora local) y golpearon con un martillo el vidrio que protegía la Venus del Espejo, conocida en el Reino Unido con el nombre de “Rokeby Venus”, según explicaron desde el museo. La joven pareja fue detenida por la policia de Londres.

La pintura emblemática fue seleccionada por la organización ambientalista como el punto central de su protesta, en un guiño a un acontecimiento histórico ocurrido casi 110 años atrás, en 1914. En esa ocasión, Mary Richardson asestó siete cuchilladas al lienzo de Velázquez como parte de su demanda por la liberación de Emmeline Pankhurst, destacada líder del movimiento sufragista británico, quien había sido detenida por luchar por el derecho al voto de las mujeres.

La pareja de JSO golpeó la famosa pintura del sevillano con lo que parecían ser martillos de rescate: “Las mujeres no consiguieron el derecho al voto votando. Es la hora de la acción, no de las palabras. Es el momento de abandonar el petróleo. Si amamos la historia, si amamos el arte, si amamos a nuestras familias, debemos abandonar el petróleo”, manifestó en las redes el grupo ecologista nacido en febrero de 2022 demandando al gobierno británico el fin de la producción de combustibles fósiles.

“Nuestro gobierno ha revelado planes para más licencias petroleras, sabiendo que matará a millones”, reivindicaron desde Just Stop Oil. Al abordar el motivo detrás de este reciente ataque, se expresaron en el contexto de una serie de manifestaciones y movimientos en el Reino Unido en contra de la decisión gubernamental de renovar licencias para la explotación de petróleo, pese a compromisos previos de preservación ambiental. Según un comunicado de la National Gallery, la Sala 30, donde se produjo el acto vandálico alrededor de las 11:30 de la mañana de este lunes, ha sido desalojada y la investigación está en manos de la policía, que ya ha realizado detenciones, aunque los nombres de los detenidos no han sido divulgados.

Por otra parte, la pintura “ha sido retirada para poder ser examinada por los conservadores en busca de posibles daños”, según informó la institución a medios de prensa internacionales.

El ataque anterior

”La Venus del espejo” sufrió un ataque en 1914 perpetrado por la sufragista Mary Richardson (1889-1961). Su acción fue en protesta por la detención de Emmeline Pankhurst, líder destacada del movimiento que abogaba por el derecho al voto de las mujeres en Gran Bretaña. En ese momento, Richardson se enfrentó al cuadro y, de su abrigo, extrajo un cuchillo con el que hizo siete cortes en la tela.

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“He tratado de destruir la imagen de la mujer más bella de la historia mitológica como protesta contra el Gobierno por destruir a la señora Pankhurst, que es el personaje más bello de la historia moderna”, había explicado en su momento quien resultó condenada a seis meses de prisión, a raíz del atentado que causó un daño notablemente a la tela de Velázquez, restaurada finalmente tras años de trabajo.

La obra de Velázquez ocupa un lugar esencial en la historia del arte, ya que presenta la figura mitológica de Venus con un realismo excepcional, al igual que hizo con Mercurio, Argos y Vulcano. Bajo la hábil pincelada del autor de las renombradas “meninas”, estos dioses y semidioses adquieren una notable humanización. De hecho, en el reflejo del espejo al que alude el título descriptivo de la obra vandalizada, la imagen de Venus se muestra intencionadamente borrosa. A pesar de tener la opción de representar la belleza convencional femenina, el pintor sevillano optó por no hacerlo.

Just Stop Oil y sus estrategias vandálicas

El colectivo es conocido por llevar a cabo acciones que ellos mismos denominan como actos de resistencia civil y que, en todos los casos, han resultado en “daños menores” a obras estratégicamente atacadas, todas ellas destacadas en la historia del arte y consideradas patrimonio cultural de la humanidad.

Entre las acciones previas se encuentra un incidente ocurrido en la misma National Gallery de Londres en octubre del año pasado, cuando arrojaron sopa de tomate a una de las pinturas de girasoles de Van Gogh. Además, en julio de 2022, miembros de este grupo ambientalista fueron detenidos por rociar con spray una copia de “La última cena” de Leonardo da Vinci, obra de incalculable valor.

Un día antes, algunos integrantes del grupo habían sido detenidos por llevar a cabo un acto de vandalismo en la Galería Nacional de Londres, afectando a “La carreta de heno”, una de las grandes obras de la historia de la pintura británica, creada por el pionero en el paisajismo inglés, John Constable. Sobre la obra original habían superpuesto su propia versión que incorporaba aviones, pavimento y grandes edificios en el fondo.

Asimismo, en junio del año anterior, habían adherido sus manos al marco del cuadro “Melocotonero en flor” (1889) de Van Gogh, que se encontraba en exhibición en la galería del instituto Courtauld.

“¿Qué vale más, el arte o la vida?”, “¿Vale más que la comida? ¿Más que justicia? ¿Te preocupa más la protección de una pintura o la protección de nuestro planeta y las personas?”, preguntaban las jóvenes detenidas mientras sus manos permanecían pegadas al marco del cuadro y la pared de la sala.

En octubre, después de que un activista adhiriera su cabeza al vidrio protector del icónico cuadro de Vermeer, “La joven y la perla”, diversos líderes de museos europeos y neoyorquinos condenaron enérgicamente los ataques a obras de arte, calificando la situación de “desesperante”. Mientras algunos abogaron por medidas más contundentes, otros, como el Louvre y los museos británicos, hicieron hincapié en la importancia de “no ceder al pánico”. Ahora, el momento requiere nuevas decisiones y definiciones.

Estas definiciones profundizan la línea de debate que surgió hace un año en torno a si este tipo de protesta logra transmitir efectivamente el mensaje y las demandas relacionadas con la urgencia ambiental o, por el contrario, si lo diluyen.

Estos debates adquieren nueva relevancia en un contexto de conflicto prolongado entre Rusia y Ucrania, que ha resultado en la destrucción significativa de su patrimonio artístico y cultural, así como en el recrudecimiento de los conflictos en Medio Oriente, donde los museos y sus poblaciones se han convertido en amenazas directas.

“Debemos abandonar el petróleo”, manifestó en las redes el grupo ecologista