Primer colegio religioso de niñas

Abrió en 1888 para dar respuesta a las familias que llegaban a una ciudad recién fundada. Su origen se remonta al 16 de abril de 1888, cuando en una pequeña casa de calle 48 al 800, cuatro religiosas de la congregación Hijas de Nuestra Señora de la Misericordia, junto a 16 alumnas, pusieron en marcha el establecimiento educativo. Fue la manera de dar respuesta al pedido de muchas familias que se habían radicado en la recién fundada ciudad de La Plata. Sin embargo, el aumento de la población escolar las obligó a mudarse de un lugar a otro hasta que la superiora sor María Enriqueta compró la esquina de la calle 4 y 44, sede definitiva del primer colegio religioso de niñas de la Ciudad y establecimiento en el que terminó el nivel secundario la hoy vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner.

Un inmenso estandarte religioso bordado íntegramente a mano, es uno de los objetos que se conservan desde las primeras épocas y se exhibe en la Sala del Recuerdo que se abrió para que alumnos, ex alumnos y familiares conozcan la nutrida historia del establecimiento a través de documentos, fotografías y objetos. “El estandarte fue confeccionado en 1905 y se utilizaba en las procesiones o en las celebraciones litúrgicas más importantes, ya sea las de nuestra capilla como las de la Catedral”, resumió Alicia Zeballos, coordinadora general de la institución.

PIEDRA FUNDAMENTAL DE LA CAPILLA

Es que la fe y la educación siempre fueron los baluartes que rigieron la obra que con el correr de los años creció de manera exponencial. En ese contexto, el 26 de mayo de 1892 es recordada como una de las fechas más relevantes porque se colocó la piedra fundamental de la capilla. Algunos años después se completó su arreglo con dos importantes óleos donados por el fundador de La plata Dardo Rocha: La Glorificación de San francisco y la Huida de Egipto, piezas que todavía adornan las paredes del templo. Mediante distintas fotografías y documentos que se exhiben en la sala también se aprecian las ampliaciones que se realizaron en la capilla y como se incorporaron vitraux de valor, lienzos de pared y cuadros de ángeles. Además está documentado el 10 de agosto de 1957, fecha en la que se celebró el 120º aniversario de la fundación de la Congregación y se inauguró en la capilla el camarín de la Madre Rosello.

En una de las antiguas vitrinas del museo está el decreto pontificio de 1949 cuando se canonizó a sor María Rosello y las participaciones que les permitieron a las religiosas ser parte de la celebración que tuvo lugar en el Vaticano y que contó con la presencia de Sor María Ludovica.

Como señaló Silvia Cosentino, referente congregacional del colegio, ese episodio milagroso se había originado el 1º de julio de 1911 cuando una de las religiosas de la comunidad, Sor María del espíritu Santo Elizondo que estaba desahuciada recobró milagrosamente la salud al finalizar las hermanas una novena a la Madre Fundadora. Ese fue uno de los testimonios que llevó a María Josefa Rosello a los altares e hizo que el colegio fuera calificado como la Casa del Milagro. En el repaso institucional también se mencionaron distintas iniciativas de las religiosas, entre otras, ceder la escuela para que fuera sede de la Acción Católica y de los seminarios catequísticos o cuando colaboraron en la creación de la Casa de la Empleada y en la Escuela de Enfermería de la Cruz Roja.

El 26 de mayo de 1892 se colocó la piedra fundamental de la capilla del colegio

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Pero en el extenso camino recorrido, la tarea formativa de las religiosas también apuntó a que las jóvenes pudieran insertarse en el mundo laboral con un oficio, por eso fundaron en 1922 el Patronato para jóvenes obreras María Josefa Rosello, una escuela de artes y oficios que funcionó hasta 1972. Como testimonio de ese período se aprecia una carpeta de labores que conserva pañuelos y pequeños vestidos confeccionados y bordados a mano.

Con el correr de los años el edificio fue creciendo tanto como la obra y se creo una biblioteca que cuenta con unos 10 mil volúmenes, además se crearon gabinetes, laboratorios y museo. Entre los preciados objetos que se conservan está un cuaderno de segundo grado que perteneció a Celina Graells, la alumna que en 1892 escribió en él coloridas composiciones y una carta a su madre, entre otras cosas.

También hay una muestra de los diferentes uniformes que se usaron, distintos hábitos de las religiosas, vajillas y partituras musicales antiguas y álbumes de todos los aniversarios institucionales. Entre los momentos más importantes, las docentes destacaron el año 1996 cuando la tradicional escuela de niñas comenzó a ser mixta y dos años después cuando se amplió el servicio escolar con la apertura del bachillerato de adultos.

El Misericordia pionero para niñas en la Ciudad / Archivo