"Si esto sigue así se va a tener que dar la salida": Verón, sobre Domínguez y la crisis en Estudiantes

En medio de uno de los momentos más críticos de los últimos años para Estudiantes -aún habiendo ganado tres títulos sobre cinco finales-, Juan Sebastián Verón dejó frases cargadas de sinceridad, autocrítica y preocupación. El actual Presidente e ídolo del club no esquivó la realidad negativa que atraviesa el Pincha, que arrastra una mala racha futbolística y suma dudas en torno al futuro del entrenador Eduardo Domínguez.

“Tengo varios quilombos”, fue la primera frase contundente de Verón durante una entrevista en un streaming local, casi como una descarga. Sin necesidad de esquivar el conflicto, el exjugador asumió su responsabilidad institucional y trazó una mirada amplia sobre lo que está pasando puertas adentro del vestuario albirrojo.

Foster, Magnabosco y Rojo

¿Foster? "Sigue estando; le pedimos una ayuda para el mercado de pases pero se dilató aunque es el futuro del fútbol el aporte externo", aseveró. ¿Y Magnabosco qué hace? "A Carina la conozco hace bastante, conocida en Asia. Lo que le dije fue 'Venite, fijate en las distintas áreas del club qué, desde tu mirada, con tus relaciones es lo que podemos hacer'. Y ahí fuimos haciendo, pero esto es un universo donde al nuevo se lo mira de costado. Hoy es una aliada estratégica externa".

¿Rojo? "Tuve una conversación pero no es conmigo el problema o pedir perdón. Sabés bien qué haces, qué no y para mi no estuviste bien, le dije. Yo me comí un problema con Maradona por algo que dijo mi viejo por ejemplo. Siempre les dije a los que se iban que tengan cuidado, porque pueden tocar la puerta de nuevo. Evidentemente Marcos quiere volver, tocó la puerta. Pero tienen que pasar un montón de cosas en el medio. Qué tiene que hacer, aclarar al hincha. Si se llega a dar la vuelta, evaluaremos".

¿Escudo nuevo? "Cómo voy a poner un 11 en un escudo. Estamos trabajando, no sé si hay escudo nuevo. Habrá rebranding para todo el club".

¿Político? "Tuve sondeos para la política, otra vez. A mi me gusta el deporte", indicó, sobre las previa a las elecciones municipales de 2023 pero también pensando en estas legislativas 2025.

Papá otra vez. "Me di cuenta de cosas nuevas: cambiar un pañal, levantarme 60 veces a la madrugada. Voy descubriendo cosas. Soy un padre baboso y se parece a la mamá. Pero es más difícil ser papá de Estudiantes".

De campeón a preocupación

Mi mirada no puede correrse del rol de jugador. Son situaciones que se pueden dar con sus variables. No es algo que me asuste ni asombre. Tienen las herramientas para salir”, aseguró, en referencia al plantel. Con la experiencia de quien estuvo en los dos lados del mostrador, Verón sugirió que no hay misterios ni soluciones mágicas: “¿Qué pasa? Se resuelve analizando, viendo qué estás haciendo y qué dejaste de hacer. Desde los jugadores y también parte técnica. La solución es entrenar haciéndolo bien. No sirve a veces entrenar 15 veces por día”.

Lejos de mirar desde afuera, el dirigente se metió de lleno en lo futbolístico. “Yo me fui al descenso con Estudiantes. Concentraciones interminables, hablabas más, analizabas más, más conectado entre nosotros. Lo que hoy falta, quizás, es eso: conexión”.

¿Fin de ciclo para Domínguez?

Respecto a la situación de Eduardo Domínguez, el entrenador que supo devolverle a Estudiantes una identidad competitiva pero que ahora está en el centro de las críticas, Verón fue tan realista como ambiguo. “El fútbol es de momentos, y la duda es parte. Es un momento que se viene extendiendo donde no se encuentra continuidad y es difícil de sostener. Es normal que se cuestione al jugador, al entrenador y a la dirigencia”, deslizó, entendiendo los cuestionamientos.

Además, reveló que hace varias semanas no habla directamente con el DT. “Hace tres o cuatro semanas que no hablo con Eduardo. También estuvo el tema de mi papá. Agustín (Alayes) me dice que Eduardo quiere seguir. Hay que saber hasta dónde. ¿Puedo aferrarme a algo? Si esto sigue así, se va a tener que dar. Si ves que no va, no va”, lanzó, en una frase tan ambigua como potente, que deja la sensación de que el futuro del técnico está atado a los resultados inmediatos.

Una sanción que nadie pagó

Verón también aprovechó para hacer una introspección sobre su rol dirigencial, en relación al funcionamiento institucional y a las críticas que recibió en las últimas semanas. “Los primeros ocho años hacía todo y estaba todo el día en el club. Siempre me imaginé un club donde no sea necesario estar todo el día, para que estén los demás y para qué está el otro, para poder trabajar en equipo”, explicó, en referencia al reparto de responsabilidades.

Las declaraciones se dan en un contexto donde el clima en City Bell es denso y las respuestas futbolísticas escasean. El equipo no encuentra rumbo ni resultados, los hinchas se impacientan, y la continuidad de Domínguez -hasta hace poco incuestionable- ya está bajo la lupa. En ese panorama, la palabra de Verón no es una más: marca una línea, asume el barro, pero también pone en duda lo que viene.

A diferencia de otras épocas, donde su presencia podía representar una solución inmediata o una contención emocional para el grupo, esta vez se lo vio más reflexivo, más institucional, pero no menos comprometido. Lo dijo sin rodeos: “tengo varios quilombos”. Lo que sigue es ver cuál decide desatar primero.