Róterdam, los atractivos de una ciudad para conocer

Róterdam es un centro de comercio global y arquitectura de vanguardia. Instituciones de arte como el Nederlands Fotomuseum y el nuevo Depot Boijmans Van Beuningen hicieron de esta ciudad una parada cultural europea esencial. Mientras que los mercados de alimentos como el futurista Markthal y el elegante Foodhallen, que abrieron en la última década, se suman a una escena gastronómica repleta de restaurantes experimentales.

Aquí, algunas paradas clave: Euromast: es una torre que ofrece vistas panorámicas de la ciudad desde su elegante cafetería. Wunderbar: es un salón que atrae a bohemios y creativos con sus muebles antiguos, cervezas inusuales y actividades culturales eclécticas en su lugar de espectáculos contiguo, The Worm.

Restaurantes y bares: Fermin: es un restaurante que presenta platos fermentados, encurtidos y al horno de leña. In de Keuken van Floris: inyecta ciencia y fantasía en su cocina contemporánea. Stadsbrouwerij De Pelgrim: es una cervecería para relajarse después de explorar el antiguo distrito de Delfshaven. Bird: es un bar con música en vivo, cerveza local y chupitos de ginebra.

Los cruceros turísticos de Spido surcan las aguas de los numerosos canales de Róterdam y permiten vislumbrar la historia marítima de la ciudad y la gigantesca industria naviera.

Mientras que para los que prefieren salir de compras, Lily Scarlet es una boutique que viste a los compradores con glamurosos atuendos vintage. JensDoRecords, en tanto, vende álbumes de vinilo, junto con equipos de audio antiguos y tocadiscos.

En cuanto a los alojamientos, Room Mate Bruno ocupa un antiguo almacén que ahora contiene el salón de comidas Foodhallen y 217 habitaciones que evocan con estilo temas náuticos. Las dobles cuestan desde 104 euros.

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En tanto que el Hotel Not Hotel tiene áreas decoradas como un reloj cucú gigante, una villa italiana y una mansión con temática de dulces. Las habitaciones dobles cuestan desde 84 euros. Mientras que el Boat-Hotel opera varios barcos amarrados en el puerto de Róterdam en los que es posible alojarse. Los apartamentos flotantes pueden acomodar de dos a 14 personas y cuestan alrededor de 362 euros.

Transporte

El centro de Róterdam es fácilmente accesible a pie. Para llegar a los barrios más alejados, la ciudad cuenta con un eficiente metro subterráneo, una red de tranvías, un sistema de autobuses y un servicio de taxi acuático. La ciudad también está bien equipada para el ciclismo. La información de transporte se puede encontrar en en.rotterdam.info

SUBIR AL MÁSTIL

Es posible “saludar” a Róterdam dirigiéndote al puerto de Parkhaven y tomando el ascensor hasta Euromast, una torre cilíndrica delgada que se eleva 182 metros, lo que la convierte en el segundo edificio más alto de la ciudad (la entrada cuesta 12,50 euros). Inaugurada en 1960 para coincidir con Floriade, una exposición internacional de horticultura y jardinería celebrada en Róterdam ese año, la estructura presenta una plataforma que ofrece vistas panorámicas desde su terraza circular. También encontrará un restaurante-cafetería donde podrá sentarse en una silla Verner Panton en forma de S, disfrutar del té de la tarde más alto de Róterdam (22,50 euros) y contemplar la extensión de las torres de oficinas, los puentes colgantes y las rutas marítimas.

NAVEGAR POR LOS CANALES

Decenas de miles de buques portacontenedores atraviesan las sinuosas vías fluviales y los extensos puertos comerciales de Róterdam cada año, cargando y descargando aceite, ropa, jugos de frutas y un montón de otros bienes. Se puede obtendrá una vista de primera fila del comercio internacional desde los modernos y vidriosos barcos turísticos Spido. Navegando a través de los canales de agua de Róterdam en el recorrido de 75 minutos, se pasa entre remolcadores, cargueros, portacontenedores y astilleros, diques secos e imponentes grúas de carga. También se vislumbran los nuevos y atractivos parques y casas adosadas de Katendrecht (un distrito de luz roja hasta la década de 1980) y el inmenso SS Rotterdam blanco, un crucero retirado de la década de 1950 que ahora contiene un hotel, bares y restaurantes. Entradas de adulto: 16,75 euros.

VOLVERSE RETRO

Cuando quieras vestirte como Marilyn Monroe, decorar tu casa como la leyenda del diseño danés Arne Jacobsen o cantar las canciones pop belgas de Jacques Brel, visitá las tiendas vintage de Zwaanshals, una calle en el barrio de Oude Noorden. Lily Scarlet vende vestidos de noche, cárdigans rosados, largos guantes plateados y accesorios glamurosos que evocan la era dorada de Hollywood. Mientras que Oudstijl exhibe muebles elegantes y suaves de mediados de siglo, incluidos armarios y sofás. Para la banda sonora (y el sistema de sonido), JensDoRecords ofrece tocadiscos y radios antiguos, así como estantes de álbumes de vinilo que van desde Nina Simone hasta Iron Maiden.

PROBAR EL MERCADO

Albóndigas chinas, ramen japonés, alitas picantes halal: los muchos sabores globales de Róterdam llenan el imponente Markthal en forma de herradura , una catedral culinaria futurista decorada con enormes imágenes de frutas y verduras en lugar de ángeles y santos. Puede preparar un almuerzo local ecléctico deteniéndose en Royal Fish (arenque holandés tradicional, 3,50 euros) o Ekmekci (una envoltura turca de pollo en pan plano caliente y salsa de ajo, 7,50 euros). A través de la fachada de vidrio de varios pisos del mercado, puede admirar las obras maestras arquitectónicas cercanas de la década de 1970, como las Casas Cubo cuadradas, que sugieren una fila de dados.

COMUNIÓN CON LA NATURALEZA

En una zona residencial cerca de la Universidad Erasmus, el restaurante In de Keuken van Floris se siente como un bosque encantado con sus tonos otoñales, superficies de madera y paredes cubiertas por un espeso musgo islandés verde. Sin un menú predeterminado, el chef y propietario Floris Versluijs prepara lo que le place en una isla de cocina abierta equipada con una estufa de leña vertical y frascos de sustancias encurtidas y fermentadas: miso, kombucha y más. Los brebajes nocturnos pueden incluir verduras y flores del bosque en una placa de Petri con un gel hecho de té y champiñones, o cuello de cordero cocinado durante horas sobre el fuego de leña y servido con kimchi de habas. El menú de 10 platos cuesta 89 euros, sin bebidas.