Los pibes triperos vivieron la enorme alegría de la victoria

Por fin, llegó la primera gran alegría tripera en el torneo. Por fin, dijeron los hinchas, temerosos de la gran apuesta económica de Gimnasia en este campeonato pero siempre ilusionados y dispuestos a apoyar a los pibes, esos frutos del club que empiezan a hacer su camino. Por fin, habrá pensado Chirola Romero, que no puede darse el gusto de disfrutar de este presente siendo el entrenador del club que ama. ¡Por fin! Fue el desahogo de esos mismos pibes (10 de 11 entre los titulares, 20 de 23 en el plantel made in Estancia) que van aprendiendo partido a partido sin red, por los puntos, demostrando al mismo tiempo todo lo que saben y todo lo que necesitan aprender.

El festejo del Tanque Contín, en un nuevo regreso con gol para la alegría del triperío / Dolores Ripoll

El 2 a 0 sobre Instituto vale tres puntos y mucho más. Tranquiliza, brinda confianza, permite trabajar y al mismo tiempo, agranda a los pibes en el buen sentido, el único positivo que existe en el fútbol: sentir que pueden, que están a la altura, que empiezan a ser jugadores de primera división.

El comienzo del partido estuvo plagado de imprecisiones, errores y pases mal dados. Y en ese contexto, Fernando Alarcón le dejó la pelota corta al arquero Carranza y el Tanque definió muy bien, casi sin ángulo, para la apertura del marcador. Iban 6 minutos del primer tiempo.

Respondió el equipo cordobés con un remate del lateral izquierdo Sebastián Corda que rechazó Durso yendo hacia la izquierda. De todos modos, con la ventaja el Lobo intentó amigarse con la pelota, y por que no buscar juego largo. Así, Sosa le jugó una pelota cruzada a Ramírez, quien envió un buen centro para el cabezazo de Contín que pasó cerca. Casi el Tanque grita el segundo antes de los 15.

Con Napolitano y Agustín Bolívar haciéndose dueños del centro del campo, Alexis Steimbach fue importante por la derecha y Alan Sosa por el sector opuesto mostró confianza en sus condiciones para acercarse al jugador que creció mucho en la reserva. Y adelante, la movilidad de Eric Ramírez asomó como el complemento ideal para el muy buen regreso de Contín.

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Cerca de la media hora, Gimnasia perdió lucidez para manejar el balón, pero aún en ese contexto -y a veces, con problemas para sacar la pelota en defensa- siempre intentó más y mejor que la Gloria.

Los últimos minutos del primer tiempo fueron de moderado aguante para el Tripero, porque Instituto logró poner el juego en campo albiazul y más allá de prácticamente no generar peligro para el arco de Durso, el merodeo de la visita llevó a extremar los recaudos defensivos. Y desde la tribuna, a que arreciara el “Dale Lobo”

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El segundo tiempo empezó con la tónica de la mayor parte de la primera etapa, con un Lobo ambicioso jugando al ritmo de su jugador más criterioso y lúcido, Alexis Steimbach. Más allá del predominio de Gimnasia, cerca de los 10 un buen desborde de Rodríguez por la izquierda terminó con un cabezazo de Watson que cayó en el techo del arco de Durso. Fue la más clara para la Gloria.

Gloria que abrazó un minuto después Eric Ramírez, al empujar al gol un buen centro de Guillermo Enrique tras una pelota que llevó Alan Sosa de izquierda hacia el medio con guapeza y talento. Buena factura en el gol tripero que terminó de calmar a todo el Bosque.

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Bovaglio metió mano 0-2 abajo y decidió los ingresos de Nicolás Linares (de 5), Brahian Cuello y Lucas Albertengo. Llegó a fondo Instituto con un cabezazo desviado de Martínez. También Chirola cambió: se fue entre aplausos Nicolás Contín y en su lugar entró Cristian Tarragona, también muy aplaudido por la hinchada tripera.

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A los 30 del complemento lo tuvo Alan Sosa. Su zurdazo tocó la parte superior del travesaño tras una buena acción con un pivot de Tarragona incluido. Mientras en Gimnasia ingresó Leandro Mamut por Napolitano, Bovaglio dispuso el ingreso de Gregorio Rodríguez por Graciani. Instituto avanzó en base a córners, pero sin llevar real peligro ante el Lobo de los pibes que encontró tranquilidad con el segundo gol.

Lo tuvo Tarragona, muy bien habilitado por Alan Sosa. Carranza, en gran reacción, le sacó el gol del regreso a “Tarra”, que demuestra en cada jugada que sabe absolutamente todo y le falta encontrar solamente ritmo de competencia. Sosa y Ramírez, dos que rindieron en muy buen nivel salieron aplaudidos reemplazados por Tomás Muro y Alan Lescano.

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Con el Bosque iluminado por los celulares, los pibes del Lobo tuvieron el triunfo tan ansiado. Casi Steimbach corona su actuación con un gol, pero Carranza le atajó su disparo contra el caño izquierdo. Esforzado en defensa, luchador cuando no pudo jugar, inteligente con la pelota y practico adelante, el “Vamos, vamos los pibes” del final fue merecidísimo para esta gran alegría tripera, que logró su primera victoria y les demostró a todos que puede.