Citas para adultos: “Matchear” con alguien después de los 50

“Quedé viudo hace cuatro años. Fue muy duro para mí, porque estuve enamorado toda mi vida de mi esposa. Desde los 18 fuimos novios, nos casamos, tuvimos dos hijos y cinco nietos. Cuando ella se enfermó, fueron tiempos durísimos, de un desgaste emocional muy grande. La tristeza de ver que nos estábamos despidiendo invadía todo. Todo el último tiempo, fue dificilísimo para toda la familia y cuando finalmente se fue, pensaba que nunca más iba a rehacer mi vida. De hecho, no lo hice. Pero sí, desde hace unos meses, me di la oportunidad de conocer a alguna mujer. Por consejo de mi hijo, me bajé Tinder en el celular y me resulta muy divertido”. El que habla es Hugo, comerciante, de 67 años. Su historia es la de varios hombres y mujeres que en la actualidad recurren a las plataformas de citas para “matchear” con alguien.

Tinder es una aplicación de citas en línea que puede ser utilizada por cualquier persona mayor de 18 años que esté interesada en conocer a otras personas. En Argentina, es utilizada por una amplia variedad de usuarios, desde jóvenes adultos hasta personas mayores. La plataforma ofrece una forma fácil y cómoda de conocer gente nueva y establecer conexiones, por lo que es popular entre personas de diferentes edades y perfiles.

Según las últimas estadísticas disponibles, Tinder cuenta con aproximadamente 5 millones de usuarios activos en Argentina. La edad promedio de los usuarios de Tinder en Argentina es de 25 a 34 años.

La proporción de hombres y mujeres en Tinder Argentina es aproximadamente del 60% de hombres y el 40% de mujeres.

Grindr, Happn, Badoo o Bumble son otras de las apps más conocidas y que hoy parecen dominar el “mercado” en cuanto a encontrar pareja se refiere.

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La proporción de hombres y mujeres en Tinder Argentina es aproximadamente del 60% de hombres y el 40% de mujeres / Pexels

Por cierto, no es la única forma en la que las personas solteras encuentran pareja. Las tradicionales, como la presentación entre familiares y amigos; el conocimiento mutuo en algún bar o boliche nocturno y, por qué no, en el gimnasio o en el supermercado, son también formas de encuentro vigentes.

También los métodos old school, como el Facebook. Mariana, maestra, de 53 años, cuenta cómo desde esa red social, se reencontró con un ex novio de la adolescencia. “Al tiempo que me separé, un día empecé a buscar algunas personas, para ver sus fotos actuales y entre ellas me fijé si Tomás, un ex de la secundaria tenía Face. Lo empecé a seguir, empezamos a hablar, después fuimos a tomar algo y empezamos a salir. Hoy llevamos 4 años juntos. Siento que es una historia de amor hermosa, porque hoy tenemos una familia ensamblada espectacular. Somos un millón y parece que nos conociéramos de toda la vida”, se ríe.

Varios hombres y mujeres, en la actualidad, recurren a las plataformas de citas para “matchear” con alguien / Pexels

EL YING Y EL YANG

No todo es color de rosas en el mundo de las citas, sobre todo a una edad en la que no todos están tan seguros de su cuerpo; que se conocen sus propias mañas y que la paciencia se empieza a agotar. Hugo, desde su experiencia con las apps, dice “que volví a formar pareja. Solo conocí a tres mujeres. Una de ellas no me agrado para nada, de hecho casi me pide una declaración jurada el primer día. Se ve que estaba buscando alguien que la mantenga. Y yo, sinceramente, lo que quiero es una compañía para cenar o ir al cine o tener sexo. Y si se da, volver a tener una compañera. No es simple, pero sigo intentando. Me divierte eso de ‘matchear’ de vez en cuando”.

“No es simple, sigo intentando. Me divierte ‘matchear’ de vez en cuando”, afirmó Hugo

“Con mucha frecuencia, una de las posibilidades de procurarse un encuentro, es la virtualidad, a través de las redes sociales o de las aplicaciones de citas. Esta modalidad, relativamente nueva para esta generación, por un lado constituye una oportunidad para la coincidencia, pero por otro, encierra la trampa de poder perpetuarse, postergando indefinidamente el contacto real. Los usuarios de estas aplicaciones se quejan de continuar en soledad y de no alcanzar sus propósitos. De sus relatos, surge la idea de que hay cierta desorientación”, detalla la psicóloga Tamara Sparti (ver aparte).

Por su parte, María (62) cuenta que su experiencia con las apps es “malísima”. “Tuve algunas citas, pero es gente muy ‘random’, como se dice ahora. En mi caso, me pasó que nadie tenía mucho que ver conmigo. Hombres groseros, o que solo querían tener sexo. Yo soy ‘chapada a la antigua’: para ir a la cama primero necesito conocer un poco a la otra persona; conectar desde otros lugares”.

MISIÓN: ENCONTRARSE

“Buscar pareja en tus círculos sociales también es una opción, aunque después de los 50 lo habitual es que el círculo se haya reducido y ya se conozcan a todos los amigos y amigas de los amigos y amigas. Ellos siempre quieren proponer citas a ciegas, que en la gran mayoría de ocasiones estas citas no son satisfactorias. Otros círculos sociales pueden ser el gimnasio, el bar dónde desayunas por las mañanas, eventos, conciertos...”, dice la licenciada en Sociología Maite Sanabria.

Mariana confesó que encontró a su exnovio de la secundaria por Facebook

¿Cómo encontrar pareja después de los 50 sin tener que invertir horas y horas en una pantalla, de forma segura, confidencial y personalizada? “En nuestro país también hay agencias matrimoniales, en donde se puede encontrar pareja. Es una opción más segura y confortable para buscar una pareja seria. Hacen entrevistas, analizan el perfil de cada persona y luego buscan afines y facilitan el contacto. Hay un seguimiento de la relación. Es una opción bastante pasada de moda, pero a la que recurren aún muchos adultos”, sostiene Sanabria, sobre esta modalidad que con las nuevas generaciones va perdiendo cada vez más vigencia. “Amor Ideal Buenos Aires” es una de ellas y la eligen hombres y mujeres desde 18 hasta 80 años, profesionales y de clase media a alta.

“Todos los besos son la sombra del primer beso”, le dice una madre a su hija en la serie Mad Men. ¿Quién no recuerda el primer encuentro con el primer amor como un episodio fundante en su vida? ¿O la cita que fue un chasco tremendo? ¿O su primer día de escuela? ¿O la primera vez que sufrió una decepción profunda? En su libro “Primera cita. Historias de amor y decepción en tiempos de Facebook y Tinder”, el escritor Martín De Ambrosio relata historias variopintas, da con los protagonistas y se sienta con ellos en un bar, computadora mediante, para tomar notas y así escribir los relatos. En tiempos de conquista a través de Facebook y Tinder, sería fácil suponer que en el tránsito de lo virtual a lo real no puede haber mayores sorpresas; sin embargo, las primeras citas reunidas reflejan una variedad insospechada de aciertos y desencantos, y todo lo curioso, insólito, divertido y peligroso que pueden presentar. Son más de cuarenta relatos, de todas las edades, que se convierten en una buena muestra de esos primeros encuentros que circulan como chismes entre amigos o como anécdotas de asado, y que revelan la manera en que se relaciona −o intenta hacerlo− un determinado grupo de personas solteras o sueltas en un país sudamericano a principios del siglo XXI. Linda lectura, recomendada, si se anda buscando una media naranja.