Gastón Cocchiarale: “Tengo más para agradecer que para pedir”

Gastón Cocchiarale cumplió 30 años el viernes pasado y al momento de levantar la copa sintió que le sobraban algunos pedidos y prefirió agradecer. Si bien siempre soñó con un presente como el actual (consolidado en lo laboral, habiendo llegado a compartir proyectos con estrellas como Guillermo Francella, Luis Brandoni y Robert De Niro), nunca imaginó que sería tan pronto. Sin embargo, lejos de perderse en el espejismo de la fama, el joven actor que brilló en “ATAV” (2019, El Trece), se “mantiene en eje” de la mano de un equilibrio buscado entre lo comercial y lo independiente, algo que le garantiza “la tranquilidad de saber que cuando te va mal no te está yendo tan mal y cuando te va bien tampoco te está yendo tan bien”.

Todos los viernes, a las 20.30, Cocchiarale protagoniza en el porteño Método Kairós “Tres”, una obra de Pablo Bellocchio que, a poco más de un mes de su estreno, se ha convertido en un pequeño suceso del circuito teatral con funciones agotadas semana a semana. En esta pieza, que desde el humor invita a repensar las formas del amor y la violencia o el dolor que encierran, comparte elenco con Lara Crespo, Pedro Risi y Mariana Blanco Vitorero, bajo la dirección de Antonela Scattolini Rossi. Las entradas están disponibles por Alternativa Teatral.

En diálogo con EL DIA, el también director, autor y productor que la próxima semana estrenará en las salas de cine “El sistema Keops”, se refirió a su intenso presente laboral repartido entre el teatro, la docencia y la televisión.

-¿Qué fue lo que más te sedujo de “Tres”?

-Es una obra que me interesó principalmente porque trataba de un tema que está ahora muy sobre la mesa, que tiene que ver un poco con el concepto del amor, del amor romántico, de ese amor que todo lo puede, ese amor pasional, esa cosa de sentir que sin el otro me muero, ¿no? La obra retrata muy bien, en clave de comedia, cómo dentro de esa concepción romántica del amor, se esconden algunas cosas bastante oscuras también, como el maltrato, la disminución del otro, ciertos patrones quizás relacionados con el machismo que se enmascaran dentro del amor. La obra es muy inteligente en su forma de contar porque lo hace de una forma sutil pero punzante. Divierte pero también deja mucha reflexión en relación a qué tipo de vínculos tenemos y cómo los transitamos en el día a día.

-Contame sobre tu personaje, Mario.

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-Es un muchacho que está sin trabajo y que vive con la novia, y a partir de ahí uno empieza a vislumbrar ciertas formas, ciertos micromachismos que él tiene en base a su relación con ella. Cuestiones que tienen que ver pura y exclusivamente con esta cosa del mandato del hombre, esta cosa de ser el proveedor, de ser el que lleva adelante las cosas, de ser el que nunca es débil, el que nunca se permite caer, el que nunca se permite mostrar sus emociones. Un montón de cosas, muy lindas en el sentido interpretativo, pero que terminan generando en el hombre un montón de espacio para la frustración, porque siente que tiene que alcanzar como una especie de modelo en el que todo lo puede.

-Una temática que un poco se relaciona con “Jauría”, que vuelve al Picadero los domingos de mayo desde el 15.

-Sí. Si bien es un drama 100%, y nada que ver con el género de “Tres” que está contada en clave de comedia, se relacionan con las cuestiones que tienen que ver con el machismo, con los mandatos del hombre. “Jauría” está basada en un caso emblemático, como fue el de La Manada en España, un caso trascendental, de una violación en grupo, que dividió a la sociedad española. Es un caso que tristemente se ve replicado en todo el mundo, de hecho, hasta hace poco, estábamos discutiendo una violación en manada en Palermo.

-El hecho de que esté basada en un caso real, ¿la hace especial?

-Hay algo de la obra que sigue siendo muy potente, muy actual y muy interesante porque tiene un dispositivo escénico muy distinto a la mayoría de las obras: el género es teatro documental, y esto quiere decir que es contada de forma real. Lo que yo digo en escena no es ficción ni está escrito por un dramaturgo, sino es lo que el pibe dijo en el juicio real.

-Interpretás a uno de los violadores, ¿cómo te preparaste para ese rol?

-Quisimos actuar personajes que cuando uno los viera se sienta totalmente identificado o hasta incluso sientas que pueden ser tus amigos. Creo que ahí la crítica política que queremos hacer con el material es mucho más potente porque ahí el espejo es tan cercano que no te queda otra que mirar hacia adentro o hacia los costados, y darte cuenta que eso está en todo el mundo. Creo que el debate no es diferenciarlos sino asumir que todos somos parte del problema.

-Para este año tenés pendiente el estreno de una versión de “La Fiaca”, de Ricardo Talesnik, un proyecto que perseguiste durante casi diez años.

-Sí, estoy muy feliz y entusiasmado. Que sea un proyecto que gestioné y que produzco es doblemente satisfactorio porque es una obra que leí cuando era muy pendejo, cuando estudiaba con el maestro Agustín Alezzo en su escuela, y durante muchos años perseguí al autor para que me diera los derechos y siempre costó mucho. Pero el último año, después de mucha negociación y charla, logré que me los diera. Iba a ser un proyecto muy autogestivo, producido por mí, con mis ahorros, y de pronto acerqué el proyecto al San Martín, y lo recibieron con mucha alegría. Les gustó mucho esta idea de tomar un clásico argentino, como es “La Fiaca”, para revisarlo y modernizarlo. La idea es crear una versión libre, que se va a llamar “La gran renuncia”, que la va a escribir y dirigir Lisandro Fik. Si todo sale bien, en septiembre estaríamos estrenando en el Teatro La Ribera, en La Boca, que pertenece al Complejo Teatral San Martín.

-En paralelo tenés tu escuela de formación, Creer es Crear. ¿Cómo te llevás con esa faceta?

-Es un espacio que amo mucho y en este momento tengo 125 alumnos. Es muy gratificante que tanta gente decida formarse conmigo, que decida poner su camino de actor y de actriz en mis manos, que me tomen como guía. Estoy muy a full con eso. Además, fue un espacio que me salvó en todos los sentidos posibles durante la pandemia porque me sirvió para tener los pies sobre la tierra frente a semejante ciencia ficción que vivíamos en la vida real.

-Lo último que habías hecho en la tevé, antes de la pandemia, había sido “ATAV”, el proyecto con el que ganaste reconocimiento popular, ¿cómo viviste esa experiencia?

-Fue una experiencia increíble. Yo nunca había hecho televisión en una tira diaria, era la primera vez que lo hacía, y no tiene punto de comparación con el nivel de repercusión que puede tener un material. Es impresionante. Fue un año que recuerdo con mucho amor, mucha alegría, y que también me sirvió para aprender mucho del oficio. Compartí un año entero con el mismo elenco, con la misma gente, y eso es algo atípico en la vida del actor, que es medio nómade en el sentido del trabajo, va girando de proyecto en proyecto.

-Acabas de terminar de rodar “El Encargado” con Francella, con quien tenés una linda historia.

-Sí, es un proyecto muy lindo, una serie que se estrena este año en Star+. Es una serie que protagoniza Guille, escrita y dirigida por Mariano Cohn y Gastón Duprat. Llegué por recomendación de Guille, lo cual fue para mí un honor, porque tengo una gran historia personal con él (NdR: a los 14 años, Gastón se encontró a Francella en un bar y le entregó una servilleta que decía “sueño con que trabajemos juntos”, algo que cumplió apenas años después): venía de hacer el hijo de él en “El Clan” hace siete años y que un ícono de la actuación como es Guille se acuerde de mí y me sugiera, fue un inmenso honor. Y ni hablar de poder volver a trabajar en tevé después de la pandemia, y ser dirigido por dos fenómenos, como son Cohn y Duprat, que siempre fui muy admirador de sus películas. La verdad es que es un enorme placer.

-¿Gracias a “El Encargado” llegaste a “Nada”?

-Sí. Pegamos muy buena onda con los directores y al toque me comentaron que estaban por arrancar esta serie con Luis Brandoni y me preguntaron si estaba con ganas de sumarme y les dije “la verdad es que me muero por actuar con Brandoni, nunca tuve la posibilidad, me encantaría” y me pusieron un personaje muy lindo en la serie que también se va a estrenar en Star+.

- “Nada” no sólo incluye la actuación de Brandoni sino también la de Robert De Niro, ¿vas a tener escenas con él?

-Tengo escenas con Robert De Niro, sí señora (risas).

-¿Y qué sentís con eso?

-Te voy a ser completamente honesto: hasta que no lo vea no lo creo, para mí es mentira. Para mí es toda una gran joda porque me parece inabarcable para mi mente. Mi mente no lo puede tolerar directamente. Creo que en el momento en el que esté ahí con él voy a tomar real dimensión de que estoy actuando con una leyenda, con un pedazo de la historia del cine mundial.

-Estás viviendo un gran momento, con mucho trabajo, lindos proyectos, y recién acabás de cumplir los 30 años. ¿Por qué brindaste el día de tu cumpleaños?

-Me siento muy pleno a nivel laboral, me siento muy contento con lo que me está pasando. Y siento que tengo más para agradecer que para pedir. Yo siempre soñé con todo lo que estoy viviendo hoy, siempre lo anhelé, siempre lo deseé, pero jamás esperé que fuera a los 30 años, tan pronto. Si tengo que pedir algo, siempre digo lo mismo: ojalá mi vida sea así hasta que me muera: Este ida y vuelta, este mix, en el que vivo yo, me define. Esto de poder pasar de filmar un día con Robert De Niro y al otro irme a ensayar con mis alumnos es lo que añoro para toda mi vida. Eso me mantiene en eje. Trato de ubicarme en ese lugar y de mantener la tranquilidad de saber que cuando te va mal no te está yendo tan mal y cuando te va bien tampoco te está yendo tan bien.

“Poder pasar de filmar un día con Robert De Niro y al otro irme a ensayar con mis alumnos es lo que añoro para toda mi vida”

Gastón Cocchiarale, actor