Bocanada de aire para Estudiantes y el Barba

Eduardo Domínguez sigue siendo el técnico de Estudiantes luego del triunfazo de su equipo 2-1 sobre Huracán, de remontada y con una muestra de carácter de sus jugadores luego de un muy mal primer tiempo. Lo mismo que en la previa desde las tribunas tuvo apoyo y por eso se fue de UNO con el pecho más inflado que tras ser campeón tres veces. Fue el partido que necesitaban el equipo y el técnico que salvo una catástrofe será quien esté al frente del barco en la serie de Copa Libertadores.

Fue un desahogo para el Barba, luego de malos resultados, doce partidos sin ganar, refuerzos que no daban en la talla y la presencia del presidente Juan Sebastián Verón marcándole el final en los medios si la cosa no mejoraba. Para Domínguez fue la noche perfecta. Para el Pincha sacarse la mufa y volver a sumar pero con muchísimas cosas para mejorar. Eso sí, las podrá hacer en un clima de mayor calma. Defensivamente tiene todo para corregir, en el medio necesita sangre más joven y arriba Guido Carrillo pide a gritos un compañero.

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El partido empezó de la peor manera para Estudiantes. Fue como una continuidad de lo visto en Santa Fe y en el segundo tiempo ante Vélez. Un equipo con nombres mal elegidos, jugadores distraídos y errores individuales imperdonables en el fútbol profesional.

El abanderado de eso fue Ramiro Funes Mori que en un minuto hizo todo mal. Primero no le gritó a Medina que cabeceó la pelota al córner cuando el defensor estaba listo para el cruce y en el tiro de esquina perdió la marca de Fabio Pereyra que cabeceó al gol. Los aplausos de la previa al entrenador y jugadores pronto cambiaron a murmullos y hartazgo.

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El defensor fue el epicentro de las críticas y de las miradas, ya que tuvo un par de cruces con Arzamendia, en la jugada del gol y en un pase que le marcó pero no fue a buscar. El paraguayo, de yapa, erró un gol sin arquero. Un equipo perdido totalmente en el ca mpo, sin liderazgo, sin ganas y sin conducción.

El equipo trató de mejorar con la entrega de Ascacibar, el pase rápido de Sosa y las ganas intermitentes de Palacios. Intentó ser protagonista pero al esquema de los tres centrales le falló el mal partido de los laterales y la falta de fuerza ofensiva de Guido Carrillo, que todavía no recuperó su mejor forma. Sólo para evitarle una reprobación total de los hinchas Domínguez no sacó a Funes Mori antes del primer tiempo sino no se explica.

En el segundo tiempo el equipo mostró otra cara, con errores pero mayor despliegue

Lo hizo en el entretiempo para el ingreso de Edwuin Cetré, que en las próximas horas se podría ir a jugar a otro país. Se recostó por la izquierda y trató de ser opción de pase. A los 18 minutos hizo lo que parecía imposible: un gol. Y no fue un gol sino un golazo de chilena tras encontrar una pelota recuperada por Carrillo en lo alto. Ese gol cambió el resultado y el ánimo de un equipo que fue al frente aun con sus errores y falencias.

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Fue clave el ingreso del colombiano, ya que además del gol hizo estragos por la banda izquierda. No lo pudieron encontrar los defensores de Huracán. Así como muchas veces en este último tiempo ingresó muy mal, anoche lo hizo como en sus mejores épocas. Anotó, corrió y marcó por su banda. Fue, sin dudas, la gran figura de ala noche.

En cinco minutos lo dio vuelta Estudiantes. Y otra vez con Cetré como protagonista. Por la izquierda desniveló y tiró el centro para la cabeza de Alexis Castro, que dejó sin chances al arquero rival con un frentazo. Así el Pincha pasó de derrotado a ganador en un corto lapso de tiempo. No fue garantía de nada la ventaja de 2-1 porque defensivamente el equipo hace rato que no muestra demasiado pero le sirvió para cambiar la imagen: de los jugadores y del entrenador. Los reclamos del final del primer tiempo cambiaron a aplausos y empuje.

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Kudelka hizo cambio y los ingresos de Bisanz y Urzi refrescaron a su equipo para jugar los últimos minutos contra un rival de mejor de semblante pero con las mismas dudas defensivas de siempre. Por eso sufrió cada centro y pelota parada en contra. Terminó apretado Estudiantes, aunque con el pibe Gómez mejor físicamente que Meza, lo mismo por el lado de Castro en relación a Sosa. Un equipo más sólido y con esa ventaja. Hasta Facundo Farías se adaptó bien y luchó por la derecha para sostener la pelota lo más lejos posible del área local. Ya los últimos minutos fueron otra vez con línea de cinco, pero Arzamendia de central. Ganó el Pincha, cortó la mala racha y al técnico le creció un poco más la espalda pese a que el nivel del equipo sigue en deuda.

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