Un platense en Israel: "No vivo con miedo, pero no hay posibilidad de sobrevivir en un ataque directo"

Esteban Ideses, un platense de 61 años que emigró a Israel a los 19, compartió la cruda realidad desde el sur del país, a pocos kilómetros de la Franja de Gaza. Instalado allí hace más de dos décadas con su esposa e hijos, dialogó con FM La Redonda 100.3 sobre el impacto del conflicto con Irán en su vida cotidiana.

La voz de Esteban Ideses resuena con la calma de quien se ha acostumbrado a vivir bajo una amenaza constante, pero también con la preocupación por la escalada del conflicto con Irán. "Son 12 días bastante difíciles", describe, en una conversación que tuvo lugar a pocos días de cumplir 62 años.

Ideses, quien se desempeña en el sector de sistemas, se estableció en el sur de Israel hace tres décadas. Aunque su vida ha estado marcada por la inestabilidad de la región, asegura que nada se compara con el "terrible" 7 de octubre de 2023. "Vivimos cosas no fáciles, pero nada que se compare con ese momento que pasamos hace 2 años", rememora.

Entre la rutina y la amenaza de misiles

A pesar de la tensión, Esteban mantiene su rutina diaria. "No soy una persona que vive con miedo. Voy todos los días al trabajo", afirma, aunque reconoce que algunos de sus compañeros han optado por el teletrabajo. 

La clave, según él, es la adaptación y la precaución constante. "Uno se va acostumbrando, vas creando una rutina de acuerdo a lo que va pasando, por supuesto cuidando a la familia, a mi esposa, mis hijos, haciendo todo lo que nos dicen para poder resguardarnos en caso de amenazas de misiles y estar cerca de refugios", detalla. Para Ideses, "no es un momento como para volver a pasear".

Sin embargo, el actual conflicto con Irán presenta un escenario diferente y mucho más peligroso. "Irán es un país muy fuerte, donde los misiles causan daños muy diferentes a los que causaban los terroristas del lado palestino hacia Israel", explica. Estos misiles, advierte, "son muy potentes y pueden destruir edificios enteros". 

"La posibilidad de resguardarse en un refugio es mínima, es mejor que nada pero no da posibilidad de sobrevivir ante un ataque directo", explicó.

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La seguridad es una prioridad en la construcción israelí: "Cada persona que construye una casa tiene la obligación de construir un refugio con cemento puro que es más fuerte que poner ladrillos". En su caso, al vivir en una casa con patio, el acceso al refugio es rápido y sencillo. "En caso de saber que van a lanzar misiles, vamos y dormimos directamente en el refugio", comenta.

Un llamado a la paz, pero sin concesiones al extremismo

Ideses traza una línea clara entre el conflicto con Irán y el conflicto con Palestina. Para él, el problema con Irán radica en la retórica de exterminio. "Con Irán el problema es que cuando un régimen habla de exterminio, tenemos que enfrentarlo", sostiene. Asegura que "Israel aceptó que cualquier pueblo viva en paz", pero lamenta que "hay países árabes teocráticos que son fundamentalistas y no aceptan que Israel exista. Hasta que eso no pase no sé si el conflicto va a terminar".

A pesar de la complejidad de la situación, Esteban mantiene la esperanza. "Esperemos que toda esta locura se acabe. Cada uno de los pueblos quieren vivir en paz. Que respeten los unos a los otros así podemos vivir en forma cordial, donde cada pueblo acepte al otro sin decir que lo va a borrar del mapa, como hace Irán con Israel", reflexiona.

La Plata en el corazón, pero la vida en Israel

A pesar de los desafíos, Esteban Ideses no contempla regresar a la Argentina. "No pienso volver a Argentina. Mi familia, mis hijos están acá. Mi vida, todo, está acá", sentencia. Sus viajes a su tierra natal se limitan a visitas familiares y de amistad. "Hace cuatro meses estuve en Entre Ríos visitando a mi padre y en La Plata en donde visité a mi hermano y a amigos que tenemos de la infancia", cuenta.

Aún con la distancia y los años, el vínculo con su país de origen sigue intacto. "Argentina es corazón y La Plata es inexplicable", concluye, demostrando que, aunque su vida se desarrolle en una zona de conflicto, el arraigo y el afecto por la Ciudad permanecen imborrables.