Brecha de género en la Región: pasos hacia la paridad, entre roles que todavía se perpetúan

Las amplias brechas históricas entre hombres y mujeres en términos de empleo, salarios y vínculos con determinados sectores productivos, está claro, no se resolverán en el corto plazo. Sin embargo, en vista de los numerosos esfuerzos normativos y el camino de reivindicaciones recorrido en los últimos años, cabe preguntarse cuál es la inserción concreta de los ideales de paridad. En este sentido, un minucioso informe oficial que analiza indicadores en la Provincia pone en evidencia cuáles son los logros y cuáles las cuentas pendientes en cada distrito. Y nuestra región no sale mal parada.

Los datos analizados están disponibles en el informe “Brechas de género en los municipios de la provincia de Buenos Aires”, que recopila, evalúa y compara indicadores laborales, educativos y sociales para cada una de las 135 comunas bonaerenses. Fue elaborado por la Unidad de Género y Economía del ministerio de Economía provincial, en base al Censo Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2022, más la información proporcionada por la Dirección Provincial de Estadística.

El dossier recopila información sobre el mercado laboral, la educación, las características poblacionales y el aporte económico-sectorial de diferentes zonas. Por ejemplo, en nuestro medio, los partidos de La Plata, Berisso y Ensenada, que integran la Región Capital bonaerense.

En los tres distritos analizados, la tasa de actividad laboral de las mujeres se ubica entre 58% y 61%, mientras que la de los varones supera el 70%. Esto indica que aún hay un número importante de mujeres fuera del mercado de trabajo, ya sea por falta de oportunidades o por la persistencia de roles de género que las alejan del empleo formal.

Las tasas de empleo también reflejan esta desigualdad: en La Plata, el 68% de los varones tiene trabajo frente al 55,4% de las mujeres; en Berisso, la diferencia es de 14,5 puntos porcentuales (65,5 a 51,1); y en Ensenada, de 13 puntos (64,8 a 51,8). En los tres distritos la desocupación femenina es más alta que la masculina, lo que sugiere mayores dificultades de inserción para ellas.

En un distrito como La Matanza, por tomar como ejemplo uno de los más populosos, el 68,9% de los varones tiene trabajo, pero sólo el 49% de las mujeres. Y en uno como Vicente López, de perfil socioeconómico a priori menos vulnerable, tiene empleo el 68,5% de los hombres y el 51.2% de las mujeres.

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Rubros “marcados”

Los sectores productivos continúan mostrando una fuerte y “tradicional” segregación de género. En los tres municipios, las mujeres dominan en actividades como servicio doméstico, enseñanza, y salud, con tasas de feminización superiores al 70 o 75%. En Berisso, por ejemplo, el 95,4% de quienes se desempeñan en tareas domésticas son mujeres; en Ensenada, el porcentaje asciende al 95,8%.

En contraposición, rubros como industria, construcción, y transporte siguen siendo mayoritariamente masculinos. En La Plata, la construcción emplea al 17,8% de los varones, pero solo al 1,1% de las mujeres; en Ensenada, esa brecha es aún más marcada: 18,9% frente a 1,2%. Y en Berisso es 21,5% a 0,9%.

“Trabajo en logística desde hace más de quince años, como proveedor de negocios y la verdad nunca tuve una compañera mujer en el depósito ni al volante”, cuenta el hornense Martín López, que se desempeña en una distribuidora de artículos de limpieza de la zona de 19 y 520: “no sé si no quieren hacerlo, o si no les dan la oportunidad”.

¿Dónde hay mayor paridad?

Si bien ningún distrito del Gran La Plata alcanza la igualdad plena, nuestra ciudad, con leve supremacía, presenta los mejores indicadores paritarios. Su tasa de feminización laboral es del 48%, la más alta entre los tres municipios. Además, es el único distrito donde en sectores como la administración pública, los servicios financieros y la hotelería, la participación femenina es prácticamente equiparable a la masculina. Como contrapartida, en Comercio predomina la presencia femenina en los distritos ribereños, pero entre las diagonales no.

“Contar con información desagregada por género y a escala municipal es fundamental para diseñar políticas públicas que respondan a las realidades concretas de cada territorio” advierte Laura Lombardía, directora de la Unidad de Género y Economía provincial: “vemos que las brechas de género no se manifiestan de la misma manera en todos los municipios, por eso es clave disponer de datos que nos permitan conocer esas diferencias y avanzar hacia un escenario más justo e igualitario”.

La Plata también se destaca en el plano educativo: el 73,9% de las mujeres mayores de 20 años tiene secundario completo, frente al 64,5% en Berisso y al 63,1% en Ensenada. Esta diferencia podría jugar a favor de la mayor inserción laboral y diversidad de ocupaciones entre las platenses.

Las brechas “invisibles”

Otro dato saliente del relevamiento es que la informalidad laboral afecta por igual a varones y mujeres en Berisso (alrededor del 40%), mientras que en Ensenada perjudica más a las mujeres y en La Plata, a los varones. Es sabido en este campo que la precarización del empleo femenino es predominante en las tareas de cuidado y domésticas, casi todas “en negro”.

“Como enfermera, alterno mi trabajo en blanco en una clínica de La Plata con el cuidado de abuelos y abuelas, donde nunca me han formalizado” señala Valeria Di Biazze, vecina del barrio Cambaceres de Ensenada: “mientras tanto los dos siguen siendo ‘trabajos de mujeres’, no sé si es por cierta sensibilidad que hace falta, o por una tradición cultural que no se rompe”.

La región, frente al promedio provincial

Para otorgarle una dimensión más abarcativa a estos guarismos, es necesario recurrir al informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), que permite comparar la situación de género en el mercado laboral de los distritos del Gran La Plata con los datos provinciales.

Para los analistas del CEPA, “existen brechas estructurales persistentes entre varones y mujeres en cuanto a participación, empleo, ingresos e informalidad”.

En el rubro “Actividad y Empleo”, por caso, tenemos mejores indicadores locales: la tasa de actividad femenina en la Provincia alcanza el 52,1%, muy por debajo del promedio que muestran La Plata (61,3%), Ensenada (58,9%), y Berisso (58,4%).

Es decir, las mujeres en estos tres distritos participan más del mercado laboral que en el promedio provincial, una señal positiva, aunque aún por debajo de la tasa de los varones (que supera el 70% tanto a nivel local como provincial).

En cuanto a la tasa de empleo femenina, las cifras locales también superan el promedio provincial, aunque con matices: mientras en Buenos Aires el 48% de las mujeres está empleado, en La Plata ese número sube al 55,4%, y en Ensenada al 51,8%; en Berisso llega al 51,7 por ciento. Esto sugiere que, aunque persisten desigualdades, las mujeres de esta región logran insertarse laboralmente con mayor asiduidad que en otras zonas de la Provincia.

La Desocupación, desigual

En contraste, la tasa de desocupación femenina en la Provincia es del 7,9%, frente a un 6,2% en varones. En los tres distritos de nuestra región, esa brecha se replica, con tasas de desocupación más altas para mujeres en comparación con los hombres. Aunque en términos absolutos los porcentajes pueden variar en torno a los 3 a 5 puntos, la desigualdad en el acceso al empleo continúa siendo una constante tanto a nivel regional como provincial.

Un dato alentador se observa en Ensenada, donde la informalidad femenina (34,2%) es incluso inferior al promedio provincial (38,7%). En Berisso, sin embargo, las tasas de informalidad de varones y mujeres rondan el 40%, lo que lo posiciona por encima del promedio y expone una problemática local específica. La Plata, con un 33,5% de informalidad en mujeres, también se ubica en mejores condiciones que el conjunto de la provincia.

Brecha de ingresos y feminización de la pobreza

Si bien los datos de ingresos no se encuentran desagregados para cada municipio, el estudio del CEPA señala que los varones ganan en promedio un 27,7% más que las mujeres en la provincia. Esta brecha se amplía entre asalariados informales (33,3%) y se reduce entre los formales (21,4%).

En distritos donde la informalidad femenina es elevada, es esperable que esta desigualdad sea aún más pronunciada, contribuyendo a una mayor vulnerabilidad económica de las mujeres.

Esta realidad se refleja también en la elevada representación femenina entre los sectores más pobres: el 61,4% de las personas con menores ingresos en la provincia son mujeres. Esta tendencia podría replicarse en los municipios más afectados por la precariedad laboral y la segmentación ocupacional.

En la Provincia, los varones ganarían, en promedio, un 27,7% más que las mujeres

La Plata presenta algunos de los mejores indicadores de paridad en nuestra Región