Soledad: la próxima epidemia

Estamos conectados a diario con miles de personas. Viajamos en colectivos repletos. Vamos a oficinas con gente. Hacemos colas interminables en supermercados. ¿Pero a pesar de estar todo el tiempo rodeados de personas podemos sentirnos solos?

La respuesta es sí, no se necesita estar completamente recluido para experimentar soledad. Este es un padecimiento con el que cargan muchas personas, quienes demuestran a diario que estar rodeados de gente no es sinónimo de estar acompañados.

La soledad no deseada crece silenciosamente dentro de todas las sociedades y preocupa a los trabajadores de la salud que ya la postulan como la próxima pandemia.

Atentos a esto algunos Estados comenzaron a implementar políticas de prevención, los casos más emblemáticos son los de Japón y Gran Bretaña que crearon Ministerios de Soledad y Aislamiento. Pero hay empresas privadas que también hacen lo suyo, como una cadena de supermercados holandesa que implementó “cajas lentas”, en las que sus empleados se toman el tiempo necesario para interactuar con aquellas personas que se sienten solas y no tienen con quien hablar.

“La soledad es subjetiva. Es sentir que no tenés a nadie, que no sos amado por nadie, que nadie te tiene en cuenta. Es una sensación subjetiva porque no necesariamente tenés que estar solo para sentirte solo, podes estar rodeado de personas y sentirte solo igual”, explicó al respecto la Licenciada en Psicología por la UNLP, Magalí Garín.

Así como planteó el carácter subjetivo de esta sensación o padecimiento, la licenciada también ahondó en lo particular, ya que una persona puede experimentar esta emoción en solo un aspecto de su vida. “Una persona que dice ‘yo estoy sola’ o ‘me siento sola’ puede ser que se esté refiriendo a cierta parte de los vínculos, quizás tiene abundancia en relaciones de pareja o familiares pero con el tema de las amistades se siente solo”, detalló en ese sentido la especialista.

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Puede llegar a desencadenar “patologías mentales y físicas”, indicaron expertos

La soledad no es algo que pueda tomarse a la ligera, ya que puede llegar a desencadenar “patologías mentales y físicas, por lo que se conoce como síntomas conversivos” indicó la psicóloga, en palabras más simples, “cuando algo que sentís lo trasladas al cuerpo”, lo que el común de la gente suele denominar como somatización.

La comunidad científica está “estudiando mucho el fenómeno de la soledad porque se dice que será la próxima pandemia”, expresó por su parte el psicólogo platense Mel Gregorini y señaló: “Lo que se entiende por soledad es la autopercepción de estar solo y no poder intercambiar con otras personas el mundo emocional, socia y cultural. Puede estar afectando mucho a una persona a nivel individual al punto de ser el puntapié inicial de patologías físicas o mentales, por eso hoy tantos cuadros depresivos y depresiones reactivas que se ven desencadenadas por episodios de soledad”.

Un problema sin límite de edad

Según un informe realizado por Gallup y Meta a nivel global, el 25% de los adolescentes de entre 15 y 18 años se sienten “bastante solos” o “muy solos”, cifra que se incrementa entre los jóvenes de 19 a 29 años hasta el 27%.

El 25% de los encuestados de entre 30 y 44 años reconocieron sentir soledad, mientras que en el grupo de personas de entre 45 y 64 años respondieron afirmativamente a esta pregunta el 22%.

En tanto que el índice disminuye aún más entre los mayores de 65, quienes el 17% aseguraron sentirse solos.

“La soledad puede afectar en cualquier etapa de la vida y por diferentes circunstancias. Tal vez puede desatarla alguna pérdida, un accidente, una mudanza de ciudad o incluso de barrio. Son cuestiones que pueden generar mayor sentimiento de soledad y que pueden experimentarse en cualquier momento, porque las circunstancias de vida van cambiando”, destacó Garín.

El costo es caro, ya lo indicaron los especialistas. La soledad puede desencadenar patologías más serias, pero también tiene otras consecuencias que repercuten en el día a día. Es que muchas veces, con tal de no estar solos, uno va corriendo los límites y permite conductas de otros que lo lastiman solo para que no se alejen. “Es algo que se ve mucho en los adolescentes, por ejemplo, tal vez se aguantan actitudes nocivas de compañeros de la escuela para no estar tan solos. Hay muchas personas que no saben poner límites, o no lo hacen para no quedarse solos”, manifestó la psicóloga.

EL IMPACTO DE LA PANDEMIA

El aislamiento obligatorio del 2020 generó que muchos experimentaran esta sensación de soledad que hasta el momento quizás nunca habían sentido. La reclusión dentro de los hogares, el trabajo virtual e incluso las compras por ese mismo medio, hicieron que el contacto humano se redujera a la mínima expresión y no fue inocuo.

“Durante el brote de Covid, el aislamiento hizo que se agudizara esto porque la gente tuvo temió no poder salir de esa situación de pandemia y quedo encerrada mentalmente en muchos miedos”, analizó el psicoanalista, Gregorini.

“Es sentir que no tenés a nadie, que no sos amado por nadie, que nadie te tiene en cuenta”

Claro está que lo que preocupa es la soledad no deseada, porque no hay que olvidarse que hay quienes prefieren estar solos. Así lo destacó Garín, que si bien coincidió en que “la pandemia agudizo ese sentimiento de soledad en algunos casos, pero no en todos ya que otros disfrutan de la soledad y se vieron beneficiados en ese tiempo”.

Pero aunque la pandemia impulsó la expansión silenciosa de la soledad en las sociedades, es un problema que se arrastra desde hace tiempo. Basta con mirar el caso de Gran Bretaña, donde la creación del ministerio de la Soledad se llevó a cabo en 2018, dos años antes de que el mundo entero se recluyera puertas adentro.

“Hay países que empezaron a atender el tema de la soledad del aislamiento y empezaron a crear mas conexiones sociales”, sostuvo Gregorini sobre la creación de carteras gubernamentales dedicadas a la problemática.