Diezmado y en su versión más terrenal, Messi no pudo ser el de siempre

Mucho se habló en la previa de su presencia o no. Sin embargo, como siempre, el deseo fue más. Lionel Messi finalmente estuvo desde el arranque ayer ante Ecuador y pese a no estar al ciento por ciento de sus capacidades físicas, desparramó talento con apenas algunas apariciones.

Sin la posibilidad del uno por uno y de una gambeta que lo caracterizó durante toda su carrera, ayer fue más lanzador y, anticipándose a cada jugada, desde las habilitaciones fue importante.

Primero con un centro pasado, que no terminó en una acción de peligro para la Argentina y luego con un córner desde la derecha que sí lo hizo. Otra vez, todo nació en esa zurda prodigiosa.

Desde su pierna izquierda, el capitán albiceleste envió un disparo muy cerrado al primer palo, que encontró un primer cabezazo de Alexis Mac Allister y un segundo de Lisandro Martínez, quien la empujó de cabeza para un 1 a 0 que costó y mucho.

Ante el juego físico de un Ecuador muy físico y muy veloz, Messi dio ventaja en cuanto a dicha cuestión. Pero como contrapartida puso en el campo toda su inteligencia y visión.

Sobre el cierre del primer tiempo, con otro toque de clase generó una contra que Nicolás González encabezó por la izquierda. No obstante, el surgido en Argentino Juniors, que hizo un gran desgaste desde la presión, no pudo encontrar a un compañero en posición de gol para un 2 a 0 que hubiera generado una tranquilidad que el trámite nunca ofreció.

En el complemento, menos participativo que en la etapa inicial, tuvo una clara tras una gran habilitación de Rodrigo De Paul, que lo encontró dentro del área. Sin embargo, la pelota le quedó algo alta, sin recorrido y para su pierna menos hábil. Demasiado complicado para todos. Incluso para este disminuido, sin dudas su versión más terrenal.

Así y todo, minutos después, con el resultado a favor y con algo más de espacio, encabezó una contra más que no llegó a buen puerto, pero en la que el arranque, ese que no pudo tener en toda la noche, apareció por un instante.

Ya en los instantes finales, resultó más un espectador dentro de la cancha, ocupando espacios para incomodar que participando activamente del juego.

El físico le pasó factura y Lionel Messi no pudo ser el que acostumbra ser

No le quedó ninguna más ni tampoco pudo generar ni desde sus pies ni desde su inteligencia, como en aquel lejano primer tiempo.

La buena noticia, independientemente de la clasificación a semifinales que se logró, es que el capitán resistió los 95 minutos reglamentarios que se disputaron en Houston. Y, si en definitiva todo es como lo ha sido a lo largo de su carrera, estará en mejores condiciones pensando en el martes, momento en que la Selección Argentina se medirá contra quien resulte ganador del encuentro que hoy protagonizarán Venezuela y Canadá.

Lionel Messi es un distinto y los que lo conocen en la intimidad suelen afirmar que se recupera jugando. Ayer jugó, no en el nivel que acostumbra, pero jugó.

El deseo suyo y de todo un país es que el martes por la noche en New Jersey se parezca más al que habitualmente suele ser. El físico, a sus 37 años, ayer se lo impidió. Pero las semifinales de esta Copa América sin dudas serán otro capítulo muy distinto.

NI EL TIRO DEL PENAL

Desde que tomó la pelota para ejecutar el primer penal de la Selección, era un secreto a voces que Messi intentaría colocarla para no forzar aún más su desgastado físico.

Sin embargo, el “10” quiso sorprender a Alexander Domínguez y picó la pelota. Una verdadera rareza, de las cuales no han abundado a lo largo de su extraordinaria carrera.

Lo concreto es que el disparo, muy suave pero a la vez muy alto, impactó de lleno en el travesaño y cargó de dudas a un once albiceleste que no la pasó nada bien frente a Ecuador.

La historia terminó con alivio y felicidad y con Emiliano Martínez otra vez como el gran héroe ante un Messi que necesitaba de uno. Pero también con la imagen del mejor de todos en su versión más humana, masajeándose la zona afectada que ayer lo tuvo a maltraer.

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