Boca vs Gimnasia.- Aún este Xeneize fue mucho para el Lobo

No es el mejor Boca, eso queda claro. Sin festejos por primera vez en ocho años y con la Bombonera de fiesta y sin reproches para disimular la bronca por este 2024, el equipo dirigido por Fernando Gago superó ampliamente al Lobo, que casi no tuvo situaciones de gol y que quedó más de una vez a merced de los contraataques del local.

Para Gimnasia, la derrota de anoche significó un nuevo baño de realidad. Al margen de una utópica clasificación a la Sudamericana que se soñó cuál quimera, este equipo no está a la altura de pelear por objetivos superiores a la medianía, mucho menos con ausencias de peso como De Blasis y Abaldo, además de refuerzos que no rindieron en la medida de lo esperado, con Norberto Briasco -nuevamente lesionado- como un caso testigo.

“Carnaval toda la vida” fue el lema -y el canto- de los hinchas de Boca, que le pusieron el pecho a un fin de año sin títulos por primera vez en ocho años y con la necesidad de resultados para estar en la Copa Libertadores del año próximo, casi una obsesión xeneize.

Ante ese equipo local impetuoso y respaldado por su gente luego del nocaut en Córdoba, Marcelo Méndez puso la línea de tres centrales con Pintado y Colazo sumados a la mitad de la cancha, aunque lidiando con el Changuito Zeballos y Zenón que les buscaban las espaldas. El Pata Castro y Mamut fueron los encargados de intentar generar juego para los puntas, Santino Primante y Rodrigo Castillo.

Tuvo dos caras Gimnasia en los primeros minutos. Los defensores, atentos al corte y a qué la pelota no pase, aún desatendiendo el destino del balón, poco tuvieron que ver con un equipo que intentó cuidar la pelota y asociarse de mitad de cancha hacia adelante. En ese inicio resaltó una solitaria aparición de Nicolás Colazo, que cabeceó muy facil un centro de Pintado, pero el envío fue muy sencillo para el arquero Brey.

Boca respondió con una gran contra de Ezequiel Zeballos que no encontró nunca a Edinson Cavani en el área. Sin embargo, Boca recuperó el balón en ataque y encontró a Milton Giménez dentro del área, que se acomodó y puso la pelota a rastrón lejos del alcance de Ledesma. En 15 minutos, victoria parcial de Boca 1-0 y todo cuesta arriba para el Lobo.

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Desde el gol en adelante, Boca fue el dueño de las acciones entre las ganas, el empuje y algunas pelotas quietas. Pol Fernández y Belmonte ganaban la partida en el círculo central y la pelota volvía una y otra vez contra la defensa albiazul. Los descansos eran solo por los errores de Boca en la puntada final, ya que la posesión al Lobo no le duraba dos pases. Ledesma le tapó un mano a mano a Zenón que podría haber convertido el segundo.

Un blooper de Leandro Brey casi le da el empate a Gimnasia. El arquero contuvo un remate frontal de Leandro Mamut pero cometió el error técnico de no respaldar las manos con el cuerpo, se le escurrió la pelota y lo salvó que el roce en una pierna mandó el balón al tiro de esquina.

Boca fue mucho más que Gimnasia y el final de los primeros 45 minutos supuso una pausa para el asedio Xeneize más que un tiempo para replantear el partido tripero.

Para el segundo tiempo, Méndez probó con el ingreso de Martín Fernández en lugar de Max, un cambio de apellidos dentro de la misma matriz táctica. Sin embargo, la tónica del complemento fue similar, porque luego de una apilada de Zeballos, el remate de Milton Giménez salió pegadito al caño izquierdo de Ledesma.

También tuvo el segundo Edinson Cavani, que extrañamente falló en la definición mamo a mano con Ledesma. El Changuito Zeballos fue un problema insoluble para todo Gimnasia y cada arranque suyo parecía que terminaba adentro del arco.

Luego de una pelota parada favorable al Lobo, llegó otra contra de Zeballos que no tuvo buena resolución. Gimnasia buscó un poco más adelante, pero expuesto permanentemente a los contragolpes del equipo de Fernando Gago. Dentro de ese riesgo asumido, no llamaron la atención los ingresos de David Zalazar, Manuel Panaro y Valentín Rodríguez por Santino Primante, Enzo Martínez y Nicolás Colazo para, ahora sí, cambiar el dibujo táctico a un 4-3-3.

Manuel Panaro peleó y ganó una pelota contra Saracchi y Rojo. El pibe cedió hacia adentro a Rodrigo Castillo, que no pudo definir y perdió una chance inmejorable para igualar el juego cuando el ingresado Milton Delgado le quitó la pelota.

Curiosamente, en el final Boca pareció quedarse sin nafta, aunque Gimnasia no pudo aprovechar algunas aproximaciones contra el área de Brey. Méndez apeló al ingreso de Juan Cruz Esquivel por Mamut para buscar más desborde por las puntas.

El ingresado (y resistido) Lucas Janson perdió el segundo. Y un tiro libre de Brian Aguirre pasó rozando el caño izquierdo de Ledesma. Sin embargo, en el final hubo tiempo para una tapada de Leonardo Brey al juvenil Panaro, que casi vive una situación soñada. El arquero estuvo rápido para salvar a su equipo en una de las tantas dudas defensivas del segundo tiempo.

No hubo margen para más. Al margen de la ilusión óptica del final, el Lobo se acordó tarde de los problemas de este Boca, que sufrió demasiado pero ganó bien.