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Deportes |LA CIUDAD SE VIO PARALIZADA POR EL TRADICIONAL ENCUENTRO, DONDE CADA UNO POR SU LADO BUSCÓ VIVIRLO DE LA MEJOR MANERA POSIBLE, METIÉNDOLE CALOR, COLOR Y FOLKLORE A SU MANERA

El nuevo disfrute de una jornada clásica

Hace más de una década que los hinchas de Gimnasia y Estudiantes no pueden compartir en nuestra ciudad de un clásico juntos en un mismo estadio. Otra vez, como en diciembre pasado, los Triperos pudieron vivirlo en el Bosque con un gran marco. Los Pinchas, hicieron su fiesta en City Bell, despidieron al plantel, comieron asado y lo siguieron por pantalla gigante

El nuevo disfrute de una jornada clásica

Diego Maradona eternamente presente en el Bosque. En banderas, remeras y también en imágenes. Todo es válido para meter colorido / demian alday

Walter Epíscopo

Walter Epíscopo
wepiscopo@eldia.com

21 de Marzo de 2022 | 05:31
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Los platenses nos hemos tenido que acostumbrar a las “nuevas normalidades” cuando llega un clásico. Ya hace más de una década que no podemos disfrutar en nuestra ciudad de las dos parcialidades en un mismo estadio desplegando su colorido, cantando, alentando, empujando a su equipo.

Hace años no podemos disfrutar del “aperitivo” que significaba presenciar el partido preliminar, ni tampoco de las dos parcialidades.

Habría que ir al 5 de abril de 2009 al clásico que terminó 1-1 con gol para el Lobo de Pipino Cuevas, y el empate agónico del Pincha de Sánchez Prette, que se jugó en el Ciudad de La Plata. Después hubo clásicos de verano en Mar del Plata con las dos hinchadas, pero en nuestra ciudad, ya no habría “duelos” de cánticos de tribuna a tribuna.

Hoy todo es por separado y así cada uno debe armar su fiesta. El que es local, lo puede disfrutar en la cancha; al que le toca ser visitante, a mirarlo por tele o en una pantalla gigante y al menos vivivirlo en grupo como si fuera una tribuna.

Los hinchas del Lobo recibieron al equipo con muchas banderas y humo azul y blanco

 

Ayer por segundo clásico consecutivo le tocó a los hinchas del Lobo peregrinar al Bosque para vivir el clásico. Y hubo un lleno total. Cuando se abrieron las puertas a las 14, ya había un mundo de gente dando vueltas por la zona del Monumento, miles de triperos con sus camisetas como piel azul y blanca que llegaban desde 1 y 60.

Banderas largas y de todos los tamaños, humo azul y blanco formaron la escenografía del “Juan Carmelo Zerillo”. Lógicamente, todo fue del local, a escepción de la ochava de 60 donde unas poco más de 50 personas entre dirigentes, allegados y jugadores que quedaron fuera del banco, simplemente hubo aplausos cuando salió Estudiantes y gritaron obviamente el gol de Godoy.

La fiesta albirroja, una vez más los hinchas debieron organizarla a varios kilómetros de la cancha. Puntualmente, en el Country Club de City, mirándolo desde una pantalla gigante, algo que ya es una cábala positiva por que viviéndolo desde ahí a fines de 2019 el Pincha le ganó 1-0 al Lobo con gol de Retegui; en diciembre del año pasado la tremenda remontada tras estar 4-2 abajo de poder empatarlo. Y ayer otra vez, por una pantalla.

Desde temprano los hinchas del Pincha colmaron City Bell / Seba Casali

En el contestador de La Redonda, un hincha albirrojo se preguntaba, “¿cuándo vamos a volver a ver un clásico en la cancha, viejo?”. Y tenía razón, por que cuando se jugó en 1 y 55, en abril 2021, por la pandemia no hubo público. Y la data es inapelable, los hinchas del León el último clásico que vieron en la cancha fue el 10 de marzo de 2019. Esa tarde Estudiantes se impuso 1-0 con gol de Albertengo, y se jugó en el estadio de 25 y 32.

Por eso los hinchas de Estudiantes ayer a media mañana fueron colmando el predio de City Bell, mientras cerca de las 11:30 los jugadores se juntaban en la vconcentración.

Hubo lugar para prender el fuego, preparar un asadito, vivirlo en familia, cantar al ritmo de los bombos, y brindarle una gran despedida a sus jugadores cuando a las 13:30 se subieron al ómnibus.

Flamearon las banderas, afloraron los cánticos y una vez más se dio esa inigualable comunión entre los jugadores y la gente que le brindó su apoyo al grupo.

Salen los equipos y flamean las banderas albiazules / Demian Alday

Mientras tanto, en el estadio de 60 y 118 la temperatura iba en aumento. El pedido de “hoy hay que ganar, hoy hay que ganar”.

Y el clima de clásico se terminó de armar cuando ambos planteles realizaron la entrada en calor en el mismo campo de juego.

Los hinchas del Lobo desplegaron todo el inventario de canciones alentando a sus jugadores. Mientras tanto, los jugadores visitantes se arengaban entre si, y un guerrero de mil batallas como Mariano Andújar como un estratega le hablaba a sus compañeros. En el Country, los hinchas tratando de imaginarse en una tribuna con muchas banderas, largaban su grito de guerra, “¡Estudiaaa... Estudiaaaa!”.

La gente del León despidió el micro de los jugadores / Seba Casali

Hubo aplausos en City Bell cuando por la pantalla apareció el equipo de Zielinski pisando el campo de juego del Bosque, y cantitos dedicados al rival.

En el Bosque se jugaba con dientes apretados, como se deben jugar los clásicos, pero todo tenía una carga extra por la espantosa labor del árbitro Silvio Trucco. De lo peor que se ha visto en años en un clásico. Y el hincha Tripero lo hizo saber enseguida.

Las atajadas de Andújar en la primera etapa arrancaron aplausos de la numerosa familia pincharrata siguiendo el clásico en el Country. Y sobre el final, la explosión cuando Leo Godoy convirtió el 1-0 en el cierre del primer tiempo. Los privilegiados directivos y allegados ubicados en la ochava de 60 lo vieron de cerca por que fue justo en el arco de ese lado.

Hubo abrazos, aplausos y el grito de gol que se amplificó, desde el Bosque a City Bell.

Los hinchas Triperos masticando su bronca siguieron alentando al equipo de Gorosito esperando ilusionados el complemento. Y el segundo tiempo sería vibrante.

La gente del Lobo empujó al equipo ayudado por los cambios que Pipo fue haciendo. Andújar parecía cada vez más gigante en ese arco. Y si no era el “uno”, era un defensor, o en un momento el travesaño, el que le decía “no” a la esperanza albiazul.

El partido se había “picado” adentro, y en City Bell cantaban como esperando hacer llegar su aliento y energía.

La gente del Pincha armó su fiesta en el Country. Banderas, bombos, asado y pantalla gigante

 

Así se iba un nuevo clásico de la nueva normalidad, con los hinchas de un equipo en la cancha y el de los otros, siguiéndolo por una pantalla gigante, la tele o la radio.

El empate de Ramírez a segundos del final provocó una verdadera explosión en el Bosque. Cuando la pelota quedó dormida adentro del arco visitante, se multiplicaron los abrazos en los cuatro costados. Hubo puteadas mirando al cielo en medio del griterío, por ese destino que parece haberse ensañado.

Hinchas se sacan una foto con la estatua viviente de Diego / Dolores Ripoll

El “¡Dale Lobo, Dale Lobo! fue la música que acompañó a los jugadores hasta que desaparecieron por la manga. En City Bell hubo aplausos para el equipo del Ruso que sigue sin perder los clásicos, que sigue arriba en la tabla del torneo local y se acaba de meter en la fase de grupo de la Copa Libertadores.

El Triperío dejó un mensaje claro y directo en el final: “Poné a los pibes, la p... que te parió”, se escuchó en el atardecer del Bosque.

 

 

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Diego Maradona eternamente presente en el Bosque. En banderas, remeras y también en imágenes. Todo es válido para meter colorido / demian alday

Desde temprano los hinchas del Pincha colmaron City Bell / Seba Casali

Salen los equipos y flamean las banderas albiazules / Demian Alday

La gente del León despidió el micro de los jugadores / Seba Casali

Hinchas se sacan una foto con la estatua viviente de Diego / Dolores Ripoll

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