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Domingo desde el sillón: el crimen como una de las bellas artes

Robos, estafas, mentiras y ficciones: universos que se estrechan en un abrazo en una serie de documentales y películas que revelan suciedades de la industria y plantean interrogantes

Domingo desde el sillón: el crimen como una de las bellas artes

Orson Welles en “F de Falso”, obra emblemática sobre arte y falsificación

23 de Mayo de 2021 | 03:00
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El arte puede ser una estafa, como sabe cualquiera que haya pagado una entrada para ver una película de Michael Bay. Y el crimen puede ser un arte, como sabe cualquier amante obsesionado con los grandes robos de la historia y el género “caper”. Pero a menudo, arte, estafa, crimen, ficción y mentira se entrelazan, se combinan y se entrecruzan, para entregar historias de crímenes artísticos y artesanales estafas: en los últimos meses, de hecho, Netflix estrenó dos contenidos, “Esto es un atraco” y “Made you look”, donde ambos universos se estrechan en un fraternal abrazo.

La primera es una atrapante serie documental sobre un reconocido robo ocurrido en el Museo Gardner de Boston en 1990, del que dos hombres vestidos de policías se llevaron valiosos objetos, incluido “La tormenta en el mar de Galilea”, único Rembrandt marítimo. El crimen, sin resolver, tiene las huellas de la mafia italiana, y dejó detrás un reguero de sangre. Una serie para atraconar y especular con otros sobre las distintas teorías en torno al robo anónimo.

La segunda, “Made you look”, en tanto, es un documental sobre una estafa monumental, el mayor caso de fraude del mercado de arte en toda la historia de Estados Unidos: el filme interroga a los actores de la estafa que involucró la venta de más de 60 obras falsas que llevaban la firma de artistas como Jackson Pollock, Mark Rothko y otros por un monto de 80.7 millones de dólares por parte de Knoedler Gallery, una reconocida y centenaria galería de arte de Nueva York.

El documental retrata el caso mientras investiga si la galería sabía que trataba con falsificaciones, un tema que es objeto, en tono de comedia, de otro documental: “Art and Craft”, disponible Google Play para alquilar, la historia de un habilidoso falsificador de arte y el detective que lo persigue obsesivamente, una especie de “Atrápame si puedes” documental y en el mundo del arte. En la misma plataforma se pueden ver otros dos documentales, “The painter and the thief”, sobre una mujer que se hace amiga del hombre que robó dos obras suyas, y “Robar a Rodin”, acerca del robo de una escultura de Rodin de parte de un tímido estudiante, para, supuestamente, un proyecto artístico, que plantean similares preguntas acerca de las relac iones entre el arte y el crimen.

Porque, al final, ¿la falsificación es un arte o solo un delito? “Si una falsificación es lo suficientemente buena para engañar a los expertos, entonces es lo suficientemente buena para darnos placer”, explicó María Gainza en una entrevista a Télam a propósito del lanzamiento de su novela “La luz negra”, donde una narradora sigue la ruta de galerías tras los pasos de una falsificadora de cuadros. “El valor del original es un tema de mercado. Tan abiertamente de mercado que es obsceno. Una falsificación es un delito económico en un mercado que también tiene mucho de espurio. ‘Falsificar es un delito económico pero no sé si es un delito estético’, decía Blake Gopnik”, agregó Gainza.

Uno de los sospechosos del robo de “Esto es un atraco”

La falsedad, además, está legitimada: en “Made you look” quedan claros los lazos entre falsificadores y galerías que legitiman esas obras por una ganancia fastuosa. Se supone que este mercado negro ha provocado que el 50% de las obras que circulan son falsas; lo que es más, los museos mismos exhiben, a menudo, copias de los originales para no correr riesgos.

De estos lazos entre arte y falsedad ya se había avivado Orson Welles hace casi cinco décadas: en 1973 lanzó su última película, “F de falso”, especie de ensayo documental que se revela (alerta de spoiler) como ficción a mitad de camino, mostrando los lazos entre arte y mentira. La película, que puede verse alquilarse en Google Play, retrata, justamente, al falsificador de arte húngaro Elmyr de Hory.

FICCIONES

La mención a la seminal obra de Welles nos permite ingresar en el terreno de la ficción para hablar de crimen y arte: allí, claro, muchas veces ha coqueteado el “caper”, género criminal, con el mundo del arte, incluyendo ejemplos recientes como la serie de Netflix “Lupin” (comienza con un robo en un museo y estrena en junio su segunda parte) o “Ocean’s 8”, la versión de “La gran estafa” protagonizada por mujeres donde el robo principal ocurre en la gala del Met (puede verse por Amazon Prime Video).

Todas las “grandes estafas”, la original y las de Steven Soderbergh, incluyen artísticos robos, pero en la segunda de las nuevas, “La nueva gran estafa” (puede verse en Netflix) la metáfora se vuelve más explícita con el robo a un museo de un exclusivo huevo Faberge, por el que compiten Danny Ocean y su rival.

Thomas Crown, emblemático ladrón de arte

Soderbergh recuperó para esa trilogía una historia contada originalmente en 1960, protagonizada por el Rat Pack de Sinatra, Dean Martin y Sammy Davis: aquella era una época de mucho “caper” burbujeante, en la que también se estrenaron clásicos del robo de arte como “Como robar un millón”, de William Wyler con Audrey Hepburn, “Topkapi” de Jules Dassin (ambas en Google), y “El caso Thomas Crown”, recordada película sobre un ladrón millonario y su perseguidora cuya remake, protagonizada por Pierce Brosnan y Rene Russo, puede verse a través de Google Play.

Netflix estrenó dos contenidos en los que arte y crimen se estrechan en un fraternal abrazo

 

Las ficciones sobre arte y crimen también se hacen en Argentina, claro: en Netflix, puede verse la taquillera (aunque discutida por la crítica) “Mi obra maestra”, en la que un galerista inescrupuloso (Francella) y un pintor en decadencia (Brandoni) deciden falsificar la muerte del artista para que sus obras aumenten de valor.

La película es de Gastón Duprat, que junto a Marino Cohn ya había explorado similares ideas en “El Artista”, película protagonizada por el enorme Alberto Laiseca y Sergio Pángaro, quien se pone en la piel de un enfermero que cuida personas mayores y que, tras presentar como propias unas pinturas de uno de los ancianos, transforma su vida.

 

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