Para Gimnasia, el empate terminó siendo una verdadera pesadilla

SAN MIGUEL DE TUCUMÁN
Enviados Especiales

Cuando el empate sin goles parecía sellado, Mauro Guevgeozian, que recién había ingresado, conectó de cabeza, desde el borde del área, un centro cruzado desde la izquierda por Matías Gómez, y puso en ventaja a Gimnasia, frente a San Martín, en un partido que sobre la hora, con otro cabezazo, en este caso de Lucas Acevedo, volvió a ser empate.

Increíble, verdaderamente, porque las emociones aparecieron en el segmento final, cuando el reparto estaba poco menos que firmado al cabo de una noche para el olvido, desde lo futbolístico. Y lo terminó lamentando el Lobo, que por un momento volvía al triunfo como visitante después de casi un año.

LEA TAMBIÉN

“Hay que tener mucho cuidado cuando ponen a dirigir a un chico con tan poca experiencia”

La grilla de partidos por la cuarta fecha del campeonato oficial de Primera, la Superliga, se completó de este modo en La Ciudadela, con un cotejo que tanto para el local, San Martín, como para Gimnasia, significó un verdadero partido “de seis puntos”, al considerarse de gran trascendencia en ese torneo aparte que ambos están jugando con Tigre, Patronato, San Martín de San Juan, Atlético Tucumán, Vélez y Newell’s, para citar a los más comprometidos, con el objetivo de asegurarse la permanencia.

El Lobo, que después de un debut triunfal ante Argentinos, en el Bosque, perdió contra Banfield y Talleres, se presentó con tres caras nuevas: Luciano Perdomo, Maximiliano Comba y Horacio Gabriel Tijanovich, quienes aparecieron para reemplazar al paraguayo Víctor Ayala, Lorenzo Faravelli y Santiago Rosales, que no conformaron a Pedro Troglio.

El clima que bajó desde las tribunas certificó la significación que el partido representaba para el local, que tras postergar el cruce con Independiente de la primera fecha, igualó de local frente a Unión y perdió en Rosario ante el por entonces único puntero, Central, y como una consecuencia lógica anoche se hizo cargo del trámite desde que la pelota empezó a rodar.

Un error individual en el traslado de la pelota puso en marcha lo que fue el primer ataque a fondo de San Martín, desbaratado por Nazareno Arasa, el árbitro que debutó en la categoría superior, al interrumpir la jugada, a instancias de un juez de línea, por una posición adelantada de Claudio Bieler que en realidad no existió, y antes de completarse el primer cuarto de hora, otra vez por la izquierda, ahora el que apareció fue Fabián Espíndola, para sacar un pelotazo cruzado que tapó Alexis Martín Arias.

LEA TAMBIÉN

El gol no opaca una sobria actuación

Un descuido por un momento dejó al Lobo con dos jugadores afuera (uno lesionado, el otro cambiándose los botines), lo cual fue aprovechado por el Santo tucumano para acelerar otra jugada por afuera, que Bieler levantó desde el medio del área.

A la vuelta, un tiro libre ejecutado desde la izquierda fue interrumpido por Lucas Acevedo, dentro del área, con el brazo izquierdo extendido, que el juez central debió haber castigado con penal para Gimnasia. Pero dejó seguir, y tras una aparición de Matías Gómez por el medio, de alto riesgo para Ignacio Arce, Gonzalo Piovi fue amonestado en acción que dejó ver al árbitro influenciado por los gritos que bajaban desde las tribunas.

Sin goles pasó un primer tiempo que mostró a San Martín desarrollando más juego por la izquierda y a Gimnasia apostando más a la pelota parada. Y dos situaciones que fueron más allá de la polémica, ya que directamente fueron errores del árbitro: aquella corrida de Bieler anulada por un off side que no fue, y la mano penal que debió ser penal a favor de los Triperos.

Se calentó el partido ni bien comenzó el segundo tiempo... El árbitro empezó a revolear la tarjeta amarilla, y después de otra tapada de Martín Arias, por cabezazo de Adrián Arregui, llegó el final menos pensado. Con el gol de Mauro Guevgeozian y el agónico empate de Acevedo.