Del aplauso al insulto, una fina línea y muy peligrosa

¿Cómo una misma persona puede aplaudir a alguien, y solo en minutos insultarlo? Así vivimos. Así estamos como sociedad. “Te amo, te odio, dame más...”, escribió alguna vez Charly García en el tema “Peperina”. Pasamos de corear un apellido, a pedirle que se vaya, con una facilidad increíble.

Esto pasó ayer con Facundo Oreja. Antes del encuentro fue aplaudido por todo el Estadio por cumplir 200 partidos con la camiseta albiazul, y se retiró insultado, con algún silbido y cruzando palabras con plateístas de la “H”.

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Tras ganarle a Boca hace 15 días no era todo color de rosa, y ahora por perder con el líder del torneo está todo perdido. La lucha de los Promedios resulta tan desgastante, como felicidad haber llegado a la semifinal de la Copa Argentina.

Y en eso anda el hincha, que ayer fue soñando con otro triunfazo ante un grande, pero no pudo ser. Licha López, Cristaldo, Centurión, Pol Fernández y Cardozo fueron demasiado cuando atacaron. Esa jerarquía se paga, y Gimnasia no tiene billetera para pagarla. Pedro Troglio lo tiene claro eso, y lo sabe tanto como que sus hijos Gianluca, Iara y Camila que ayer sufrían en la tribuna, lo adoran.

En la previa se hablaba que los tres puntos debían quedar en el Bosque “como sea”, después de la fallida excursión a Córdoba. “Perdió Belgrano!!!”, tiró uno, y cerca suyo en la Platea Techada otro agregó, “Independiente nos dio una gran mano esta semana, le ganó a los sanjuaninos y ahora a Belgrano”. Al mismo tiempo, el interés por saber qué pasaba en la Bombonera con el clásico, estaba también a la orden del día.

Alguno recordó cuando concurrían las dos parcialidades el cántico, “el Lobo y la Academia, unidos siempre están”, al ver alguna camiseta de Racing por ahí.

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Piovi tomaba un mate tras otro y masticaba bronca por no poder jugar por una cláusula. Varios juveniles como Calderón, Durso, Perdomo, Bonifacio y Cataldi (que quedó afuera del banco) alentaban a sus compañeros. El paraguayo Ayala (cuyo futuro en el Lobo no está asegurado después de diciembre) seguía atentamente el juego. La amenaza de lluvia se iba diluyendo y la tarde se puso agradable.

El segundo gol de Racing a los 8 minutos del segundo tiempo fue un mazazo para las ilusiones de poder empatar. Así todo, fue cuando la gente más comenzó a saltar, a cantar y alentar. El equipo sintió ese empujón y por momentos parecía que el descuento llegaba. Los pequeños Matías, Benjamín y Clara, aplaudieron al ver el ingreso de su padre, Lucas Licht.

Los minutos iban pasando y el descuento no llegaba. La bronca empezó a apoderarse de plateístas que insultaron a algunos jugadores. La paciencia del árbitro para con los jugadores visitantes, también era como tirar nafta al fuego.

De a poco el clima en el Bosque se puso tenso por la derrota. Alguna discusión entre hinchas que opinaban diferente. Las salidas de Maxi Coronel primero y Oreja después, fueron acompañadas por algunos silbidos para los defensores, que en el caso del número cuatro albiazul incluyó un cambio de palabras con un plateista de la “H”.

Troglio trató de contener a su futbolista; tras el pitazo final el Chacho Coudet fue a abrazar y llevarse a Pedro para el túnel. El equipo se fue en medio de algunos aplausos y también reprobaciones.

En estos momentos suele aparecer aquella fantástica frase que decía el inolvidable técnico uruguayo, Luis Garisto: “Ni fenómenos cuando ganamos, ni desastres cuando perdemos”. Cuanta razón tenía el Gordo... Es verdad que Gimnasia necesita ganar dos partidos seguidos o no perder dos seguidos como dijo su técnico, pero el fútbol tiene estas cosas.

Ahora vendrá San Martín de San Juan en una verdadera final en la lucha por los Promedios y luego la esperada semifinal con River por Copa Argentina. El hincha estará apoyando como siempre, y tal vez Coronel y Oreja tengan su revancha. Sin dudas, ambas partes lo necesitan y lo merecen.