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Séptimo Día |PUBLICADO EN 1921

Horacio Quiroga: el uruguayo que contaba sus tragedias y dolores

Horacio Quiroga: el uruguayo que contaba sus tragedias y dolores

Cuentista, dramaturgo y poeta uruguayo: uno de los referentes de la literatura latinoamericana / Web

25 de Mayo de 2025 | 04:09
Edición impresa

 

LA CRUDEZA EN LA PROSA DEL ESCRITOR
“CUENTOS DE LA SELVA”: UN LIBRO PARA NIÑOS Y ADULTOS

A simple vista, Cuentos de la selva podría confundirse con un libro para chicos. Animales que hablan, relatos cortos, tramas sencillas. Pero detrás de esa apariencia amable se esconde una obra de enorme potencia literaria, escrita por uno de los autores más fascinantes y oscuros de nuestra literatura: Horacio Quiroga. Publicado en 1918, el libro reúne ocho relatos ambientados en la selva misionera, ese escenario que el autor conocía de primera mano y que retrató como nadie, con sus peligros, su belleza, su misterio.

No hay moralejas edulcoradas ni personajes idealizados. Los animales, aunque personificados, conservan su instinto de supervivencia. Las serpientes muerden, las hormigas matan, los yacarés se defienden a tiros de los barcos que invaden su territorio. Y sin embargo, en ese mundo brutal también hay lugar para la ternura, la solidaridad y el juego. Es ese equilibrio, entre la violencia y la inocencia, lo que hace de Cuentos de la selva un libro único.

Quiroga escribió estos relatos pensando en sus hijos, a quienes dedicó el libro. Pero su mirada nunca subestima a los lectores más jóvenes. Hay una ética implícita en cada cuento, una manera de enseñar sin dar lecciones. En “La tortuga gigante”, por ejemplo, un animal se sacrifica por gratitud. En “El loro pelado”, un loro aprende a defenderse después de sobrevivir a la crueldad humana. En “La guerra de los yacarés”, los animales luchan contra el avance de la civilización, encarnada en una lancha torpedera. En todos los casos, se transmite una misma idea: el mundo es hostil, pero también se puede resistir.

La selva que Quiroga retrata no es una postal exótica, sino un espacio vivo y complejo. Los animales hablan, sí, pero sus conflictos están lejos de la fantasía ingenua. Las historias están atravesadas por la lógica de la naturaleza: quien no se adapta, muere. Y esa lección, tan dura como real, convierte al libro en una pequeña escuela de vida. Por eso Cuentos de la selva no envejece, no se agota. Se sigue leyendo con fascinación, incluso más de un siglo después de su publicación.

Además, la prosa de Quiroga es precisa, ágil, con descripciones filosas que capturan el espíritu del monte misionero. No hay palabras de más ni de menos. Todo está al servicio de la acción, del ritmo narrativo. Es un estilo directo pero sensible, ideal para narrar lo esencial: el miedo, la astucia, el peligro, el cuidado mutuo.

¿Es un libro para niños? Sí, pero también es un libro para adultos que se animen a mirar la naturaleza con ojos menos domesticados. Quiroga logra ese milagro infrecuente: escribir para chicos sin restarles inteligencia y, al mismo tiempo, recordarle a los grandes que la selva —como la vida— no perdona, pero enseña.

Cuentos de la selva y otros relatos
HORACIO QUIROGA
Editorial: Alianza Editorial
Páginas: 108
Precio: $16.500

 

PUBLICADO EN 1921
ANACONDA: ANIMALES QUE PIENSAN, RESISTEN Y PELEAN CONTRA EL HAMBRE

En Anaconda, Horacio Quiroga vuelve a la selva misionera, ese territorio salvaje que conoció como pocos, pero esta vez con una carga aún más simbólica y combativa.

Este libro de cuentos protagonizados por animales despliega una tensión central: la batalla entre la naturaleza y la civilización, entre los bichos del monte y los hombres que avanzan con sus laboratorios, sus armas y su idea de progreso. Pero no es un libro de aventuras ni una fábula al uso. Es una obra con conciencia ecológica, política y narrativa, escrita en una época en la que nadie hablaba todavía de esas cosas.

El cuento que da nombre al libro es una pequeña epopeya: una serpiente anaconda, vieja y sabia, lidera una resistencia animal contra los humanos que experimentan con sus cuerpos. El relato se convierte, así, en una metáfora poderosa sobre el colonialismo científico, la crueldad del hombre y la dignidad de los animales. No hay ingenuidad en la mirada de Quiroga: sabe que la selva es brutal, pero también denuncia que la verdadera amenaza viene de afuera, de la arrogancia de quienes creen tener el derecho de someter todo lo que los rodea.

En El regreso de Anaconda, la protagonista sobrevive a las heridas del primer combate y vuelve a su territorio, maltrecha pero no vencida. En otros cuentos, como Historia de dos cachorros de coatí y de dos cachorros de hombre, los vínculos entre especies se cruzan, se tensan, se rompen. Quiroga no romantiza a los animales, pero tampoco los rebaja. Les da pensamiento, emociones, estrategia. Son personajes complejos, muchas veces más nobles que los humanos que los rodean.

El estilo de Quiroga en Anaconda es el de siempre: claro, dinámico, preciso. Pero hay una madurez narrativa que se nota. Hay más capas de lectura, más densidad simbólica. Los relatos funcionan como cuentos para chicos, sí, pero también como alegorías profundas sobre el choque entre mundos. En ese sentido, el libro se vuelve inquietante porque se termina leyendo con el corazón dividido: admirando la inteligencia animal y cuestionando el lugar que los humanos ocupamos en la cadena.

 

HISTORIAS DE AMOR, DE LOCURA Y DE MUERTE: LA OBRA CONSAGRATORIA

Publicado en 1917, Cuentos de amor de locura y de muerte es el libro que consolidó a Horacio Quiroga como uno de los grandes cuentistas de la literatura en lengua española. Esta colección de dieciocho relatos breves reúne, como su título lo anuncia sin rodeos, historias atravesadas por pasiones extremas, desequilibrios mentales, destinos crueles y muertes muchas veces absurdas. Es un libro que no da respiro: cada cuento es una descarga eléctrica que muestra, en pocos párrafos, hasta qué punto la vida puede ser frágil y brutal.

Quiroga no romantiza ni suaviza. Va directo al hueso. Escribe con un realismo descarnado, casi clínico, que muchas veces roza el horror. Pero no es un horror sobrenatural, sino profundamente humano. El miedo que transmite no viene de fantasmas, sino de lo cotidiano: una enfermedad inexplicable, una fiebre que sube sin control, un insecto que muerde, una mente que se quiebra.

En El almohadón de plumas, por ejemplo, el cuerpo de una mujer joven se va deteriorando sin razón aparente, hasta que se descubre que un parásito letal vivía oculto en su cama. En La gallina degollada, un grupo de niños con discapacidad severa comete una atrocidad en un instante de descuido. En A la deriva, un hombre muere lentamente tras la mordedura de una serpiente, mientras el lector acompaña, paso a paso, el deterioro de su conciencia. La muerte aparece sin aviso, como una consecuencia más de la vida, como si fuera parte del paisaje.

El estilo de Quiroga en este libro es preciso, directo, sin adornos. Cada palabra parece elegida con bisturí. Sus cuentos no buscan rodeos: empiezan con una situación concreta, avanzan con tensión creciente y cierran con finales tajantes. Hay en sus tramas una lógica de fatalidad, como si todo estuviera determinado desde la primera línea. Esa sensación de destino ineludible es uno de los sellos de su narrativa.

Pero también hay amor. Aunque siempre mezclado con la locura o la muerte. Amores que enferman, que obsesionan, que matan. No es el amor idealizado de los cuentos clásicos, sino uno atravesado por el deseo, los celos, la desesperación. En muchos relatos, las parejas conviven en espacios cerrados, opresivos, donde el silencio pesa más que las palabras. La tensión psicológica es constante, casi insoportable.

Lo interesante es que Quiroga no juzga a sus personajes. No hay buenos ni malos, sólo seres humanos atrapados en situaciones límite. Y es justamente esa mirada —cruda pero compasiva— lo que vuelve sus cuentos tan actuales. El dolor, la pérdida, el miedo a lo inexplicable, la fragilidad del cuerpo y la mente, son temas que no pierden vigencia.

Cuentos de amor de locura y de muerte
HORACIO QUIROGA
Editorial: Plaza & Janes
Páginas: 184
Precio: $23.000
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