Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí

Enviar Sugerencia
Conectarse a través de Whatsapp
Temas del día:
Buscar

Los 10 reyes del tiro libre: cuando el balón obedece a los genios

ESPACIO PATROCINADO

Los 10 reyes del tiro libre: cuando el balón obedece a los genios
7 de Noviembre de 2025 | 16:00

 

Hay jugadas que definen el alma del fútbol. Un regate, un pase filtrado, una atajada milagrosa. Pero pocas cosas despiertan tanta expectación como un tiro libre directo. En ese instante, el estadio contiene la respiración, el tiempo parece detenerse y el balón se convierte en una extensión del talento. No se trata solo de potencia o precisión; se trata de arte, intuición y carácter. A lo largo de la historia, algunos jugadores han elevado el tiro libre a la categoría de arte mayor, transformando cada lanzamiento en una obra maestra. Y es precisamente esa mezcla de emoción y suspense la que también seduce a los aficionados fuera del campo, especialmente a quienes disfrutan de las apuestas deportivas, siempre atentos a cada detalle técnico o táctico. 

Para quienes viven el fútbol con esa pasión total, ver la oferta actual del código Betano puede ser una forma diferente de experimentar el juego, añadiendo un toque extra de adrenalina a cada falta, a cada gol, a cada momento de magia. Desde los años sesenta hasta la era moderna, el fútbol ha visto desfilar a verdaderos arquitectos del gol. Ellos no solo marcaron goles; marcaron épocas. Este recorrido repasa a los diez mejores especialistas en tiros libres de todos los tiempos, figuras que convirtieron la quietud del balón en pura poesía.

El poder y la técnica: Cristiano Ronaldo y Ronald Koeman

Comenzamos este viaje con dos nombres que, aunque comparten cifra goleadora, 60 goles de tiro libre cada uno, representan estilos radicalmente distintos. Cristiano Ronaldo, icono de la modernidad futbolística, redefinió el tiro libre con su ya legendaria “folha seca”, ese golpeo seco y descendente que desconcierta a porteros y defensas. Sus goles con el Manchester United, el Real Madrid y Portugal se grabaron en la memoria colectiva: balones que suben como cohetes y caen como plomo, imposibles de detener. Su técnica, basada en la precisión del impacto con el empeine, cambió la forma de entrenar el balón parado para toda una generación.

En contraste, Ronald Koeman, defensor y cerebro del “Dream Team” de Johan Cruyff, representa la escuela clásica del golpeo limpio y calculado. Sus 60 goles no llegaron desde la improvisación, sino desde la ciencia pura del pie derecho. Koeman poseía un disparo potente, seco, casi quirúrgico, y una lectura táctica que le permitía colocar el balón exactamente donde el portero no llegaba. Su gol en la final de la Copa de Europa de 1992 con el Barcelona no solo le dio un título, sino también un lugar eterno en la historia del tiro libre.

Elegancia y precisión: Zico y Diego Armando Maradona

Si hablamos de talento natural, es imposible no mencionar a Zico y Diego Maradona, dos artistas que elevaron el tiro libre a una experiencia estética. Zico, conocido como el “Pelé blanco”, marcó 62 goles desde la distancia. Su golpeo era una sinfonía de técnica, efecto y colocación. En Flamengo y con la selección brasileña, sus lanzamientos parecían desafiar la física, siempre con un toque de suavidad que desarmaba barreras y arqueros.

Por su parte, Maradona convertía cada balón detenido en una promesa de arte. Con los mismos 62 goles, el genio de Villa Fiorito no necesitaba correr mucho para ejecutar: bastaban unos pasos y un toque de zurda para dibujar una parábola imposible. Sus goles ante Juventus o Bélgica son lecciones eternas sobre cómo combinar talento, intuición y fe. En el fútbol de Maradona, el tiro libre era una extensión de su alma rebelde: un acto de desafío, una forma de poesía en movimiento.

La escuela del estilo: David Beckham, Ronaldinho y Víctor Legrotaglie

En el corazón de este ranking encontramos tres nombres que, cada uno a su manera, convirtieron la estética en eficacia. El inglés David Beckham, con 65 goles de tiro libre, fue la personificación del equilibrio entre técnica y elegancia. Su golpeo, con el interior del pie derecho, creaba un efecto casi hipnótico: el balón se curvaba en el aire como si obedeciera órdenes invisibles. Beckham no solo anotó goles decisivos, como aquel inolvidable ante Grecia en 2001, sino que transformó su estilo en una marca personal, una firma global del fútbol moderno.

Más allá del glamour británico, Ronaldinho aportó al tiro libre el ingrediente que le faltaba: la improvisación alegre. Con 66 goles, el brasileño hacía del balón parado un espectáculo imprevisible. Sus lanzamientos bajo la barrera, sus golpes con efecto imposible, sus sonrisas antes de patear: todo en él era pura diversión. En Barcelona, en Milán o con Brasil, cada tiro libre era una invitación a soñar. Y en medio de esas superestrellas mediáticas aparece una figura menos conocida pero legendaria: Víctor Legrotaglie, también con 66 goles, mito del fútbol argentino de los años sesenta y setenta. Jugó casi toda su carrera en Mendoza, lejos de los focos internacionales, pero sus ejecuciones son materia de culto. Su estilo natural, su precisión quirúrgica y su amor por el balón parado lo convirtieron en una leyenda silenciosa. Legrotaglie demuestra que el arte del tiro libre no pertenece solo a los grandes escenarios, sino también a los corazones donde el fútbol sigue siendo pasión pura.

El duelo eterno: Lionel Messi y Pelé

En la parte alta del ranking, dos nombres trascienden generaciones y estilos. Lionel Messi, con 68 goles, ha demostrado que el tiro libre puede ser tanto arte como ciencia. Durante años, el argentino convirtió los lanzamientos desde la frontal del área en su sello personal. Sus goles ante Liverpool, Athletic Club o Ecuador se recuerdan no solo por su belleza, sino por su perfección técnica. Messi no patea, pinta con el balón. Su golpeo con la zurda combina sutileza, potencia y un control del efecto que parece inhumano. A diferencia de otros, no necesita sorpresas: su talento consiste en avisar al portero y, aun así, marcarle el gol.

En cambio, Pelé, con 70 goles de tiro libre, representa la era dorada del fútbol brasileño. En tiempos sin cámaras en HD ni análisis biomecánicos, Pelé ya ejecutaba tiros libres con una técnica adelantada a su época. Su golpeo directo, con el empeine, unía potencia y precisión. Marcó de falta en mundiales, amistosos y finales, y aunque sus cifras pudieron ser mayores de haber existido registros más completos, nadie duda de su maestría. Pelé fue el pionero, el primer artista global del balón parado, y su legado sigue siendo el punto de partida de todos los que vinieron después.

El maestro absoluto: Juninho Pernambucano

Y en la cima, como si fuese un científico del fútbol, se encuentra Juninho Pernambucano, el indiscutible rey de los tiros libres con 77 goles. Nadie en la historia ha comprendido mejor la física del balón. Su técnica, basada en el impacto limpio con tres dedos, generaba un efecto imprevisible: el balón subía, flotaba y caía de repente, como si desafiara la lógica. En el Olympique de Lyon, Juninho convirtió los tiros libres en un arma de destrucción masiva, anotando desde cualquier distancia, incluso desde más de 40 metros.

Pero más allá de las estadísticas, lo que lo distingue es su influencia. Juninho cambió la manera en que el mundo entendía el golpeo moderno. Su estilo inspiró a Cristiano Ronaldo, a Drogba, a Pjanić y a toda una generación de especialistas. No solo dominaba la técnica: dominaba la psicología del momento. Cuando se colocaba frente al balón, el estadio entero sabía que algo especial estaba a punto de suceder. Y casi siempre, sucedía. Juninho no solo fue el mejor tirador de faltas del mundo; fue el símbolo de una era en la que el talento técnico se convirtió en ciencia aplicada. Su legado sigue vivo cada vez que un jugador se atreve a imitar esa curva imposible que hace suspirar a millones de aficionados.

Más que goles: la herencia del tiro libre

El tiro libre es más que un recurso táctico: es un acto de fe. Los jugadores que dominan esta disciplina comparten una cualidad común: la obsesión por el detalle. Detrás de cada gol hay horas de práctica, de ensayo y error, de comprensión del viento, de la hierba, del peso del balón. Desde los tiempos de Pelé hasta la precisión milimétrica de Messi, el arte del tiro libre ha evolucionado, pero su esencia sigue intacta: un instante de silencio, un pie que impacta y un suspiro colectivo. Los nombres cambian, las generaciones pasan, pero los verdaderos maestros del balón parado permanecen en la memoria. Juninho, Messi, Beckham, Ronaldinho, Maradona, Koeman... todos ellos nos enseñaron que en el fútbol, la belleza puede medirse en la trayectoria de un balón que entra rozando el ángulo.

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE a esta promo especial

ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES

HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS

Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales

¿Ya tiene suscripción? Ingresar

Full Promocional mensual

$690/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6470

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Acceso a la versión PDF

Beneficios Club El Día

Suscribirme

Básico Promocional mensual

$530/mes

*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $4190

Acceso ilimitado a www.eldia.com

Suscribirme
Ver todos los planes Ir al Inicio
cargando...
Básico Promocional mensual
Acceso ilimitado a www.eldia.com
$530.-

POR MES*

*Costo por 3 meses. Luego $4190.-/mes
Mustang Cloud - CMS para portales de noticias

Para ver nuestro sitio correctamente gire la pantalla