Recalculando: ¿Cuál será el objetivo de Estudiantes en el segundo semestre?

La derrota con eliminación de Estudiantes en la Copa Argentina desató todo tipo de comentarios y dejó arriba de la superficie una pregunta que se vienen repitiendo los hinchas desde hace varios meses: ¿cuál será el objetivo para este segundo semestre? A juzgar por lo realizado en Córdoba no muy altos.

Se fueron Zaid Romero, Fernando Zuqui, Javier Correa (todos titulares) y se podrían ir algunos más. El plan es vender, saldar deudas y liberar contratos altos. Pero los que dejaron el equipo fueron jugadores importantes y que aportaban el salto de calidad en algunos casos y el recambio en otros.

No fue en la misma sintonía el recambio. En lugar de Romero llegó Facundo Rodríguez, con poco nombre y posiblemente potencial, pero no todavía es una incógnita y en el primer partido del año el entrenador prefirió cuidarlo.

Para reemplazar a Zuqui llegó Gabriel Neves, que no tuvo un buen paso por Independiente y en San Pablo no deslumbró pese a las expectativas. Del mismo modo que Rodríguez es un jugador a esperar, que no genera entusiasmo sino más bien una reacción moderada.

En ataque, a la salida de Corres y la lesión de Mauro Méndez la secretaría técnica busca un “9” a toda costa para que compita con Guido Carrillo. El único nombre que está en carrera y que hoy firmaría contrato es Luciano Giménez, que juega en Cuiabá de Brasil y que en Argentina se formó en Chacarita. En este 2024 jugó 13 partidos y convirtió 1 gol.

Del mismo modo que con otros refuerzos, puede que resulte el mejor delantero del fútbol argentino, pero no es un apellido que ilusione o que movilice a pensar en un equipo superador al del semestre pasado.

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De esta manera, sin copas internacionales ni Copa Argentina, ya clasificado a la Libertadores 2025 y sin interés en la tabla Anual, el objetivo de Estudiantes será terminar lo más arriba posible en la Liga Profesional, probar a sus nuevos jugadores y ver qué juveniles (que para eso tienen que jugar) pueden tener otra espacio en el futuro inmediato.

Eduardo Domínguez se refirió a la poca llegada de refuerzos y aseguró que para nada está impaciente. Al menos públicamente no lo admitió. Pero está claro que necesita jugadores porque el plantel quedó corto y con jugadores que no están en su mejor momento.

“Estamos con tranquilidad porque sabemos a lo que apuntamos y cómo lo apuntamos”, dijo el entrenador que reconoció que los clubes se quieren aprovechar de Estudiantes a la hora de sentarse a negociar. “Cuando un equipo crece las negociaciones son más difíciles y duras. No es lo mismo negociar con un equipo que gana que hacerlo con uno que no lo consigue”.

En ese sentido se explica el freno al arribo de Santiago Arzamendia: o la representación baja sus pretensiones o el jugador tendrá que buscar otro lugar.

Lo que reconoció el Barba fie que el equipo no jugó el partido como lo ameritaba y se hizo cargo de eso también, “como cuando las cosas salen bien”.

“Pero no hay que olvidar una cosa: este equipo fue campeón el año pasado y lo repitió este año. Entiendo la exigencia, pero los jugadores son seres humanos y tienen los mismos bajones que todos”, continuó el DT.

También fue muy autocrítico el capitán José Sosa, que remarcó que el equipo se eliminó a sí mismo y que eso le hizo perder objetivos para elresto del año. “Nosotros nos vamos a poner la altura de la vara”.

No quiso poner la excusa de haber jugado un partido eliminatorio luego de una pretemporada y tampoco que no hayan llegado refuerzos. Y dejó una frase que rebotó por los pasillos del estadio de Belgrano y alrededores: “Eso de decir que ya nos clasificamos a la próxima Copa Libertadores terminó jugándonos en contra”.

La derrota pegó duro y desnudó a un plantel que no encuentra por dónde encontrar la zanahoria a perseguir. “Estamos obligados a pelear la Liga”, coincidieron los dos.