Sociedad: “Los nuestros”, historias de familias ensambladas platenses

En la década del sesenta se hizo famosa en la película: “Los tuyos, los míos y los nuestros”. Eran tiempos en los que estos vínculos eran toda una novedad. No solo no había tantos segundos matrimonios, sino que la incorporación de la familia anterior a veces no sucedía. “Hoy son más las familias ensambladas, no necesariamente porque haya más divorcios, sino también porque hay más conciencia de que se separan del cónyuge no de los hijos”, sostuvo Analía Sempé, terapeuta holística.

La mencionada explicó: “Por cierto que armar este tipo de familia no es nada fácil, cada una de ellas tiene sus características según dónde vivan, con quién, cómo son los ex, cómo se incorporó el nuevo integrante, etc. Las variables son tantas como personas implicadas. Por eso lo importante son las reglas. La negociación previa de la nueva pareja!.

“Las dificultades de la familia ensamblada son adentrarse a lo profundo del vínculo, que tiene una inteligencia propia, pero que muchas veces frustra nuestra identidad, porque el otro trae consigo lo que deseo y también lo que repulso, es lo diferente, lo que me saca de mi repetición automática. Eso otro responde a otra lógica y a otros mandatos”, expuso, por su lado, Violeta Vázquez, coautora del libro “Ensambladas (todo tipo de familia”). Al mismo tiempo, añadió que “cuando el juego se abre y las parejas separadas y con hijos, rearman su vida afectiva con nuevas parejas, la cantidad de actores crece exponencialmente y se evidencian nuestras limitaciones para darle lugar a las elecciones de los demás y dejar que aquellos que ya no son parte de nuestra vida cotidiana sí sean parte de la vida de nuestros hijos”.

LOS HIJOS

“En las familias ensambladas, los chicos se enfrentan a nueva y distinta dinámica vinculares: esta nueva realidad implica para ellos tener que aprender poco a poco a compartir un espacio con nuevos integrantes que tienen sus propias costumbres, hábitos diferencias; teniendo que integrarse a una nueva realidad distinta a la conocida por ellos. Los chicos pueden llegar a experimentar un ‘abanico’ de sensaciones y emociones como ansiedad, enojo, confusión y tristeza tras la separación de sus padres y los cambios que conlleva para ellos esta nueva unión cómo familia ensamblada. En este sentido, resultará fundamental tanto validar como respetar sus emociones y necesidades, comprendiendo que para ellos, al igual que el resto de los integrantes, necesitarán de tiempo y de un proceso para poder integrarse y sentirse parte de esta nueva familia”, dice María Laura Lezaeta, psicóloga infantil.

En esa línea, la profesional citada sumó: “Se aconseja que cómo adultos habilitemos espacios y momentos de diálogo con ellos en los que puedan compartir sus inquietudes, preocupaciones y sentimientos. De esta manera, les estaremos transmitiendo que lo que les sucede y sienten es importante para nosotros y por ende, podrán sentirse seguros y comprendidos”.

El amor, el gran lazo para unir dos hogares / Pexels

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“Para generar un clima familiar sano y positivo, será importante poder establecer entre todos los integrantes de la familia acuerdos respecto de las nuevas normas y los nuevos hábitos que se establecerán en esta nueva dinámica. Para ello, hay que tener presente que la anticipación y el acompañamiento por parte de nosotros, serán cruciales a la hora de que ellos puedan transitar estos cambios de la mejor manera posible. Cuando les anticipamos cuales serán las nuevas reglas de convivencia y los hacemos partícipes de las mismas, les brindamos seguridad, al mismo tiempo que posibilitan su cooperación, facilitando el proceso de aceptación de dichas normas y de las diferencias que pueden llegar a aparecer ante las diversas posturas que cada integrante tenga”, agrega la especialista.

“En este camino hacia la construcción de nuevos vínculos, el diálogo, el respeto, la contención y el acompañamiento por parte de nosotros serán esenciales para hacer de esta nueva dinámica familiar un ambiente de contención y seguridad para los chicos y adolescentes”, completa Lazaeta.

UN “FAMILIÓN”

“Nosotros estamos juntos hace 25 años con el Pela. En 2017 nos casamos. Nos conocimos en el año 98, cuando mi marido lo contrató para hacer unos trabajos en el departamento que había comprado. Él fue el que hizo la reforma y después de eso, me entregó las llaves, me invitó a almorzar y empezamos a salir y no nos separamos más. Yo desde que lo conocí sabía que estaba separado y que tenía dos hijos chicos. En ese momento Tomás tenía 2 años y medio y Juanita tenía 6. Yo tenía 24, él casi 37. Para mi era súper atractivo verlo cumplir su rol de papá con sus hijos. Para mi era una condición súper importante manejarse con sus chicos. El hecho que fuera papá no era un impedimento, sino que creo que más bien, todo lo contrario porque los primeros años, hasta que nació nuestro primer hijo, ese tiempo previo para mí fue alucinante. Era convivir con los nenes, aprender a cumplir un rol maternal, porque los días que estaban en casa con nosotros, cuando él se iba a trabajar yo estaba a cargo de ellos. Me sentí muy cómoda y ellos me lo hicieron muy fácil: eran chicos muy amorosos, abiertos, me aceptaron de entrada. Fue un ensamble inmediato, con mucho cariño desde el principio”, cuenta Felicitas Vagnoni.

En la década del ‘70 se hizo famosa en la película: “Los tuyos, los míos y los nuestros”

“El vínculo lo fuimos construyendo entre todos... El ‘Pela’ me habilitaba mucho espacio, para que yo pudiera vincularse con ellos. Yo prácticamente me enamore de él y de sus hijos, a la par. Fue muy natural, se fue dando. Yo era muy joven, venía con mucha energía; siempre me gustaron mucho los niños y las niñas, así que jugábamos, hacíamos las tareas. Estuve muy atenta a todas sus cuestiones, conversábamos un montón. De entrada tuve una buena llegada a ellos. Si es cierto que para las familias que nos criaron a nosotros fue un poco más difícil. Para mis padres, aceptar una relación con una persona separada, con hijos chiquitos no fue simple. Para los padres de él también, pensando que la pareja de él se había terminado, que de golpe aparece una chica más joven. Fueron muchos fantasmas que anduvieron alrededor, pero la verdad es que desde que empezamos a estar juntos, nunca pensamos en no estarlos”.

Por su parte, adhirió: “Para nuestros hijos en común, Manu y Margarita, fue muy natural, porque nacieron en ese contexto: ya tenían hermanos y hermanas. De hecho mi hijo mayor, nació y tenía a sus hermanos y la esposa de mi compañero ya tenía otro hijo con otra pareja, así que se iban armando ensambles nuevos. Mis hijos nacieron en una familia con hermanos, que los esperaban, que los deseaban como nosotros, así que no concebimos una familia diferente. Siempre fuimos muy felices de que se integrarán a la familia que ya habíamos formado previamente”.

Dos familias platenses se ensamblaron para formar una y disfrutar del casamiento / EL DIA

“Sus hermanos mayores fueron y son siempre muy presentes: comparten y compartieron la crianza, han estado siempre al lado de ellos. La realidad es que yo no tengo dos, tengo cuatro. No puedo pensar en mis hijos sin sus hermanos y viceversa. Al ‘Pela’ le pasa lo mismo. Somos así, una familia grande. Y la verdad es que como siempre muy compañeros. La hermana mayor, con la más chiquita nuestra se lleva muchos años -veintipico- el tiempo que estuvo con nosotros acá, porque ahora vive afuera, fue muy compinche, de acunar, de proteger en la crianza. Siempre fue muy natural, nunca hubo una diferencia de que llevan diferentes apellidos compuestos o cualquier otra cosa”, se explayó.

Vagnoni agregó que desde su experiencia personal, “como todo en la vida, nada es sencillo ni color de rosas. Hay conflictos a los que hay que ponerle más cabeza, o más el cuerpo. Algunas son más dolorosas, pero no podría pensar en una familia diferente. Amo la familia que formamos. El vínculo que tengo con Juana y Tomás es el de estar presentes, de contenernos, de darnos amor. Es una experiencia que si se elige con amor, bienvenida sea, porque es alucinante. Para mi lo es”.

“Hoy son más las familias ensambladas, no solo porque haya más divorcios”

“En mi caso el vínculo con la ex mujer de mi marido nunca fue difícil porque ellos venían tomando caminos diferentes desde hacía tiempo, así que eso lo hizo simple. Con el tiempo, en estos 25 años, hemos construido un vínculo propio. De hecho, compartimos nuestros hijos; compartimos actualmente también un nieto y el detalle también es que tomamos clases juntas de idioma. Podemos pasarla muy bien, nos podemos divertir, podemos charlar. La verdad es que nunca fue una rivalidad. Como todo, al principio fue construyéndose y con los años hemos podido tener un acercamiento muy estrecho, pudiendo compartir momentos, espacios, eventos, reuniones, charlas, hacer una actividad juntas. No es que seamos amigas, pero si nos llevamos muy bien”, confesó la entrevistada.

Más allá de las crianzas y convivencias separadas, hay momentos memorables. En este caso, una familia platenses lo registró con una foto y un dibujo / EL DIA

“Hoy somos un familión: somos nosotros cuatro; los dos hijos mas grande; su ex esposa con su actual pareja; el hijo que tuvieron ellos; nuestra hija mayor que está casada y acaba de tener un bebé... y la familia de su esposo que también se suma a nuestra familia. Entonces somos un montón. Lo más lindo de nuestra vida es el haber armado esa gran familia. Creo que lo que te permite el ensamble es que te saca el temor a sumar nuevos vínculos. Uno está abierto a sumar a la familia, a todo aquel que se quiera sumar. Y eso es hermoso, porque se es familia más allá de los lazos de sangre. La pasamos muy bien juntos; nos divertimos un montón, nos acompañamos un montón y eso creo que tiene que ver con las ganas de que el camino sea más sencillo de transitar sintiéndose acompañado. Eso creo que es lo más lindo”, finalizó, orgullosa, Felicicitas.