El mapa que Kicillof tiene en la cabeza, el efecto Massa y un final abierto en la oposición

Las sensaciones que quedaron flotando en el oficialismo tras el drástico cambio de la fórmula presidencial abrieron la puerta para, al menos, dos lecturas básicas. La primera, que el encumbramiento de Sergio Massa como candidato a la Casa Rosada le otorga a la oferta peronista un volumen político del que carecía Wado De Pedro. La segunda, acaso más osada, es que termine como termine el proceso electoral, se estaría asistiendo a una cambio de época respecto del liderazgo indiscutido de Cristina Kirchner.

Esos dos análisis no se desarrollan con exclusividad en Unión por la Patria. En Juntos por el Cambio olfatean que De Pedro les caía mejor. Massa les plantea un enigma. Carga con la mochila de ser un ministro clave de un Gobierno con alta imagen negativa. “¿Pero quién mejor que él para debatir sobre economía con la oposición?”, se preguntan.

Axel Kicillof también parece cómodo con el volantazo final que pegó el armado oficial. “Hay una expectativa de triunfo a nivel nacional que antes no se percibía”, describen en su entorno. También despunta un cambio de lógica en la campaña del Gobernador: con De Pedro en la cancha, su presencia junto al dirigente de La Cámpora surgía imperiosa para elevar el nivel de conocimiento del ministro del Interior. Con Massa es otra cosa, pero hay un desafío que el oficialismo no está pasando por alto y que tiene que ver con los heridos del cierre de listas y con el voto duro del kirchnerismo que recela del candidato presidencial. Por eso, se prevé que Kicillof comparta varias actividades con el tigrense en un intento por fidelizar ese núcleo.

Hay otro operativo en marcha en el laboratorio electoral del Gobernador: marcar presencia en todo el Conurbano y en unos 19 distritos del Interior donde se hizo más notorio el derrape electoral de 2021 en relación a los comicios de 2019 cuando resultó electo. La Plata, Mar del Plata, Bahía Blanca, Junín, San Nicolás, Olavarría y Tandil, son algunas de las comunas marcadas con lápiz rojo por los estrategas bonaerenses de Unión por la Patria.

También habrá particular atención sobre el denominado “corredor norte” del Conurbano que integran Tigre, San Fernando, San Isidro y Vicente López, donde Juntos por el Cambio se hizo fuerte hace dos años. La mirada vuelve sobre Massa y su posible incidencia sobre una zona que conoce bien.

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Antes el oficialismo deberá limar las asperezas que quedaron tras el cierre de listas y el virtual monopolio que ejerció La Cámpora sobre los principales cargos. Por caso, Kicillof no coló ni un nombre en las nóminas de diputados nacionales ni bonaerenses. Lo más cercano al Gobernador que apareció es Sergio Berni, pero el ministro “cobró” por las suyas y lejos estuvo de ser un pago al mandatario. En la Gobernación aseguran que no pidieron nada y que el “único” objetivo era el proyecto de reelección que ahora ya está en marcha de manera oficial. El kicillofismo, si es que lo hay, sigue siendo el propio Kicillof y su núcleo más cercano de funcionarios.

Juntos por el Cambio aparece de cara a una interna caliente en la Provincia. La pelea entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich es de final abierto. Cerca de la ex ministra de Seguridad sostienen que están arriba del alcalde porteño, pero al mismo tiempo reconocen que Larreta hizo “un buen cierre” en territorio bonaerense.

Bullrich esperaba un salto en cadena de intendentes luego de que moviera fuerte el avispero con la llegada a su espacio del alcalde de Bahía Blanca, que finalmente no se dio. Aguardaba algunos golpes fuertes como la llegada de Julio Garro (La Plata), Guillermo Montenegro (Bahía Blanca) o Javier Martínez (Pergamino). Martínez y Garro finalmente se quedaron con Larreta y Montenegro se mantuvo equidistante sin inmiscuirse en la disputa nacional.

Aún así creen que la figura de Bullrich terminará, por arrastre, imponiendo a Néstor Grindetti como triunfador de la PASO bonaerense.

Rodríguez Larreta hace otra lectura. “Vamos a ganar el Conurbano y La Plata”, señalan. Y acotan que esa ventaja será indescontable para Bullrich aún cuando saque diferencias en casi todo el Interior bonaerense. Por eso sostienen que será Diego Santilli quien se calce el traje de candidato a gobernador. También ponen sobre la balanza que el acuerdo de los “halcones” con la UCR bonaerense no arrastró todo lo que se pensaba.

En ese juego de estrategias, hay muchas incógnitas sin resolver. Acaso la más importante tenga que ver con una pregunta que se responderá el 13 de agosto por la noche, cuando empiecen a aparecer los resultados de las PASO. ¿Traccionará más la boleta nacional a la hora de imponer el candidato a gobernador o será el poder territorial de los intendentes el que será determinante? Un enigma que, por ahora, no tiene respuesta.