Las 10 pautas fundamentales

Sentirse más joven que la edad cronológica puede tener muchos beneficios para la salud física y mental de las personas mayores. Según diversos estudios, las personas que se sienten más jóvenes que su edad real tienden a vivir más tiempo, tener menos riesgo de demencia, menos síntomas de depresión y una mayor satisfacción con la vida. Además, se mantienen más saludables con el tiempo y conservan una mente ágil, un cuerpo activo y una vida social ocupada.

Pero, ¿cómo se puede lograr sentirse más joven? ¿Qué factores influyen en la edad subjetiva? ¿Qué hábitos se pueden adoptar para rejuvenecer el cuerpo y la mente? En este artículo, vamos a explorar algunas formas de verte y sentirte más joven de forma natural, basándonos en la evidencia científica y en las experiencias de las personas que lo han logrado.

1. CAMBIAR LA PERCEPCIÓN

Nuestra percepción de la edad se basa en una interpretación material del universo, que nos hace creer que somos víctimas del paso del tiempo y que nuestro cuerpo se deteriora inevitablemente. Sin embargo, esta percepción se puede cambiar si nos conectamos con nuestro ser esencial, que es atemporal e inmortal. Podemos hacerlo a través de la meditación, el mindfulness, la oración o cualquier práctica espiritual que nos ayude a trascender el ego y a reconocer nuestra verdadera naturaleza.

2. CUIDAR LA NUTRICIÓN

La alimentación es fundamental para mantener una buena salud y prevenir enfermedades relacionadas con el envejecimiento. Una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas, nos aporta los nutrientes esenciales para el funcionamiento óptimo de nuestro organismo. Además, debemos evitar el consumo excesivo de azúcar, sal, grasas saturadas y trans, alcohol y tabaco, que son sustancias que favorecen el estrés oxidativo y la inflamación celular.

3. HACER EJERCICIO REGULARMENTE

El ejercicio físico es uno de los mejores aliados para sentirse más joven, ya que mejora la circulación sanguínea, fortalece los músculos y los huesos, previene la obesidad y las enfermedades cardiovasculares, aumenta la energía y el ánimo, y retrasa el deterioro cognitivo. Lo ideal es practicar una actividad física moderada al menos 30 minutos al día, combinando ejercicios aeróbicos (como caminar, correr, nadar o bailar) con ejercicios de fuerza (como levantar pesas o hacer flexiones) y ejercicios de flexibilidad (como estirar o hacer yoga).

4. ELIMINAR LAS TOXINAS

Las toxinas son sustancias nocivas que se acumulan en nuestro cuerpo por la exposición a agentes contaminantes del medio ambiente, los alimentos procesados, los medicamentos o el estrés. Estas toxinas interfieren con el funcionamiento normal de nuestras células y órganos, provocando síntomas como fatiga, dolor de cabeza, alergias o problemas digestivos. Para eliminar las toxinas y depurar nuestro organismo, podemos recurrir a terapias naturales como la hidroterapia, la fitoterapia, la aromaterapia o la acupuntura.

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5. AMA Y DÉJATE AMAR

El amor es el sentimiento más poderoso que existe y tiene un efecto rejuvenecedor tanto en nuestro cuerpo como en nuestra mente. El amor nos hace liberar hormonas como la oxitocina, la serotonina y las endorfinas, que nos hacen sentir felices, relajados y conectados con los demás. El amor también nos motiva a cuidarnos a nosotros mismos y a los que nos rodean. Por eso es importante cultivar el amor propio y el amor hacia nuestra pareja, familiares y amigos.

6. UNA VIDA SOCIAL ACTIVA

La soledad es uno de los factores que más contribuyen al envejecimiento prematuro. Las personas que se sienten solas tienen un mayor riesgo de sufrir depresión, ansiedad, demencia e incluso muerte prematura. Por el contrario, las personas que tienen una red de apoyo social fuerte y satisfactoria se sienten más jóvenes, más felices y más saludables. Para mantener una vida social activa, podemos participar en actividades grupales que nos interesen, como clubs, asociaciones, voluntariados o cursos. También podemos aprovechar las nuevas tecnologías para comunicarnos con nuestros seres queridos a distancia.

7. APRENDER COSAS NUEVAS

El aprendizaje es una forma de mantener nuestra mente ágil y curiosa, lo que nos ayuda a sentirnos más jóvenes y a prevenir el declive cognitivo. Aprender cosas nuevas estimula la creación de nuevas conexiones neuronales y mejora la memoria, la atención y la creatividad. Además, aprender cosas nuevas nos abre a nuevas experiencias, nos hace más flexibles y nos permite adaptarnos mejor a los cambios. Podemos aprender cosas nuevas inscribiéndonos en cursos, leyendo libros, viendo documentales o viajando a lugares desconocidos.

8. SER POSITIVO

La actitud que tenemos ante la vida influye mucho en cómo nos sentimos y en cómo envejecemos. Las personas que tienen una actitud positiva se sienten más jóvenes, más optimistas y más resilientes ante las adversidades. La actitud positiva nos ayuda a ver el lado bueno de las cosas, a agradecer lo que tenemos, a perdonar lo que nos duele y a esperar lo mejor del futuro. Para cultivar una actitud positiva, podemos practicar la gratitud, el optimismo, el humor y la meditación.

9. DISFRUTAR DEL PRESENTE

Vivir en el presente es una forma de sentirse más joven y de aprovechar al máximo cada momento. Cuando vivimos en el presente, dejamos de preocuparnos por el pasado o el futuro, y nos enfocamos en lo que estamos haciendo y sintiendo aquí y ahora. Vivir en el presente nos hace más conscientes de nosotros mismos y de nuestro entorno, nos hace más felices y nos permite disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Para vivir en el presente, podemos practicar el mindfulness, la respiración consciente, la atención plena o la meditación en movimiento.

10. SER UNO MISMO

La autenticidad es una cualidad que nos hace sentir más jóvenes y más libres. Ser auténtico significa ser fiel a uno mismo, expresar lo que pensamos y sentimos, hacer lo que nos gusta y ser coherentes con nuestros valores. Ser auténtico nos hace sentir más seguros, más satisfechos y más respetados por los demás. Para ser auténtico, debemos conocernos bien, aceptarnos tal como somos, confiar en nuestra intuición y seguir nuestro corazón.

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