Cambio climático: el planeta, camino al “infierno”

En un giro alarmante de los acontecimientos climáticos, las temperaturas globales se encuentran al borde de superar un umbral crítico que muchos anticipaban que tomaría años alcanzar. La advertencia de la Oficina Meteorológica de Gran Bretaña sobre la posibilidad de que el próximo año la temperatura global promedio supere los 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales ha dejado a activistas y científicos climáticos instando a los líderes mundiales a renunciar a la ilusión de que aún pueden prevenir niveles desastrosos de calentamiento.

El calentamiento a 1,5 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales no solo representa un hito simbólico, sino que implica consecuencias catastróficas. La amenaza de un aumento del nivel del mar y la transformación del calor extremo en una amenaza para la vida de dos mil millones de personas son solo algunas de las proyecciones alarmantes. A medida que el planeta se encuentra al borde del abismo climático, la urgencia de abordar la crisis climática se vuelve más apremiante que nunca.

Activistas y científicos, incluido el reconocido climatólogo James Hansen, consideran que el objetivo de 1,5ºC es cada vez más inalcanzable / Freepik

La reciente Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático en Dubai concluyó con un acuerdo que reafirma el compromiso de limitar el calentamiento a 1,5°C. Aunque este objetivo sigue siendo fundamental, las críticas no se hicieron esperar. Activistas y científicos, incluido el reconocido climatólogo James Hansen, consideran que el objetivo de 1,5°C es cada vez más inalcanzable, calificándolo de “más muerto que un clavo”. La brecha entre las aspiraciones declaradas y la realidad climática evidente plantea preguntas cruciales sobre la capacidad de los líderes mundiales para actuar con la celeridad necesaria.

El énfasis en el objetivo de 1,5°C durante la COP28 añadió una nota de disonancia a medida que los responsables políticos buscaban formas de reducir las emisiones. Mientras algunos oradores abogaban fervorosamente por el objetivo de 1,5°C, otros, como el investigador principal del Centro Cicero para la Investigación Climática Internacional en Noruega, Glen Peters, lo calificaban de “cada vez más vergonzoso”. Esta discrepancia plantea la pregunta: ¿es realista aún aspirar a mantener el aumento de la temperatura por debajo de 1,5 grados?

LE PUEDE INTERESAR

Ejercitarse en familia: el momento de poner atención y moverse

LE PUEDE INTERESAR

Realeza: festividades y rumores en el seno de las monarquías

El calentamiento a 1,5ºC representa un hito e implica consecuencias catastróficas

Los científicos climáticos destacan que el mundo está al borde de una nueva realidad climática, con consecuencias palpables. Inundaciones devastadoras, incendios forestales incontrolables y fenómenos meteorológicos extremos han marcado este año, superando las expectativas de los expertos. El hielo marino de la Antártida está en mínimos récord, y las anomalías de temperatura continúan acelerándose, superando las proyecciones iniciales.

A medida que el calentamiento global se acelera, algunos expertos sostienen que la conversación debería cambiar de la prevención a la adaptación. Pierre Friedlingstein, del Instituto de Sistemas Globales de la Universidad de Exeter, afirma que es “inevitable” que el calentamiento global supere la marca de 1,5°C. Este cambio de perspectiva sugiere que las futuras conversaciones climáticas deben centrarse en cómo la humanidad puede reducir las temperaturas globales y cómo adaptarse a la nueva realidad.

El dilema actual plantea la pregunta crítica de si es realista esperar que los países cumplan con los compromisos asumidos en la COP28. El alto funcionario climático de la ONU, Simon Stiell, destaca que mantener viva la esperanza de los 1,5 grados depende de la acción colectiva. Sin embargo, algunas voces, como la del presidente de la cumbre climática, el sultán Al Jaber de los Emiratos Árabes Unidos, minimizan la dramática reducción necesaria en los combustibles fósiles.

A medida que la sociedad enfrenta la realidad de que el objetivo de 1,5°C podría ser una ilusión, los observadores del clima advierten sobre los riesgos de una desconexión pública o una relajación de las políticas de reducción de emisiones si se admite la derrota. En este punto crítico, el objetivo de 1,5°C se convierte en un garrote, recordándonos la necesidad imperante de medidas para reducir las emisiones y enfrentar los riesgos climáticos extremos que aumentarán con cada fracción de grado de calentamiento.

La ciencia, a través de eventos climáticos extremos y proyecciones inquietantes, está enviando un mensaje claro: el mundo se encuentra en una carrera contra el tiempo para evitar el abismo climático. La COP28, aunque mantuvo el enfoque en el objetivo de 1,5°C, también reveló la creciente conciencia de la distancia entre las aspiraciones y la realidad. La necesidad urgente de aumentar la financiación para la adaptación y para las pérdidas y daños causados por el cambio climático se destaca como un punto clave en la formulación de políticas climáticas.

El planeta, al borde del abismo climático y urge abordar la crisis climática

A medida que el mundo enfrenta un aumento inesperado de calor global, las preguntas persisten: ¿puede la humanidad cambiar su rumbo a tiempo y trabajar unida para abordar la emergencia climática? ¿Se traducirán las promesas de los líderes mundiales en acciones significativas para evitar las consecuencias climáticas desastrosas que amenazan con desencadenarse en los próximos años? El reloj está en marcha, y la responsabilidad de evitar el abismo climático recae en las decisiones y acciones que se tomen en los próximos años. La historia del cambio climático aún está siendo escrita, y el desenlace depende de la capacidad de la humanidad para enfrentar la verdad incómoda y tomar medidas decisivas.

TODAVÍA QUEDA CAMINO POR RECORRER

El mundo actual se enfrenta a diversas crisis simultáneas, como guerras, recesión e inflación, pero el calentamiento global destaca como una de las más críticas. Desde la firma del Acuerdo de París en 2015, combatir el cambio climático ha sido una prioridad mundial. Sin embargo, cada año la conclusión es la misma: queda mucho por hacer. El año 2023 no es la excepción, aunque trae consigo la noticia de que la Cumbre Climática de la ONU (COP28) ha concluido con un acuerdo significativo, instando a una reducción gradual del uso de combustibles fósiles.

La brecha entre las aspiraciones declaradas y la realidad climática evidente plantea preguntas cruciales sobre la capacidad de los líderes mundiales para actuar con la celeridad necesaria / Pexels

En la COP28, se lograron avances notables como la creación de un fondo para ayudar a las naciones más pobres frente a desastres climáticos y el compromiso de 118 países de triplicar su capacidad de energía renovable para 2030. El acuerdo alcanzado subraya la necesidad de una transición justa y ordenada de los combustibles fósiles, apuntando a una reducción neta a cero para 2050. A pesar de ser considerado histórico, el presidente de la COP28, Sultan al-Jaber, enfatizó que el éxito real dependerá de su implementación efectiva.

El contexto de este acuerdo es especialmente urgente, ya que 2023 ha sido el año más caluroso registrado, superando 1,4 °C por encima de los niveles preindustriales. Este incremento acerca al mundo al umbral crítico de 1,5 °C establecido en el Acuerdo de París.