Ejercitarse en familia: el momento de poner atención y moverse

En la actualidad, las familias con niños pequeños a menudo se enfrentan a un desafío constante: equilibrar la atención a los hijos con el cuidado personal, especialmente en lo que respecta a mantener una rutina de ejercicio. Sin embargo, una solución práctica y beneficiosa surge al involucrar a los niños en estas actividades físicas. Ejercitarse juntos no sólo facilita la logística, sino que también establece un ejemplo positivo de hábitos saludables para los más pequeños.

La importancia de esta práctica va más allá de la simple conveniencia. Los estudios han mostrado que los niños cuyos padres llevan un estilo de vida activo tienen mayor probabilidad de adoptar y mantener hábitos saludables en su vida adulta. Este efecto multiplicador del ejercicio en familia es un poderoso motivador para integrar a los niños en las rutinas de ejercicio.

Adaptar la rutina de ejercicio para incluir a los niños requiere creatividad y flexibilidad. Kelly Bryant, experta en fitness y entrenadora de la aplicación Future, subraya la importancia de ajustar las expectativas. Aunque el entrenamiento no sea perfecto, existen muchas maneras de mantener una rutina efectiva y satisfactoria.

Los estudios han mostrado que los niños cuyos padres llevan un estilo de vida activo tienen mayor probabilidad de adoptar y mantener hábitos saludables en su vida adulta / Pexels

Una estrategia efectiva para involucrar a los niños es asignarles tareas específicas durante el ejercicio. Actuar como “entrenadores”, contar repeticiones o manejar el tiempo les otorga un sentido de responsabilidad y pertenencia. Además, convertir el ejercicio en un juego con movimientos divertidos y lúdicos mantiene el interés de los niños. Jess Sims, instructora de Peloton, sugiere usar “juegos de escucha” donde los niños reaccionan a palabras clave en las canciones con movimientos específicos. Este enfoque no solo es divertido, sino que también ayuda a desarrollar habilidades de escucha y coordinación.

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El exterior ofrece un sinfín de posibilidades para ejercitarse de manera divertida y efectiva. Desde circuitos de carrera en parques hasta juegos de sprints en canchas públicas, estas actividades no solo promueven la actividad física, sino que también permiten a los niños explorar y disfrutar del aire libre. Los parques infantiles, por ejemplo, pueden transformarse en espacios ideales para el ejercicio físico. Ejercicios como dominadas en los pasamanos, fondos de tríceps en bancos y saltos en columpios pueden constituir una rutina completa de entrenamiento.

En la era digital, la tecnología puede ser una aliada en el ejercicio familiar. Plataformas como Peloton y Crunch+ ofrecen clases en línea orientadas a familias, pero incluso sin suscripción, recursos gratuitos como YouTube brindan un acceso sin precedentes a una variedad de rutinas de ejercicio. Bryant menciona actividades como AcroYoga y step aeróbico que pueden ser más atractivas para los niños, especialmente si se realizan en entornos divertidos como camas elásticas. Además, combinar el ejercicio con música y baile puede convertir una rutina de ejercicios en una fiesta familiar.

Más allá de la actividad física, el ejercicio en familia refuerza los lazos emocionales y crea recuerdos duraderos. Es una oportunidad para enseñar valores como la perseverancia, la salud y el trabajo en equipo. Asimismo, proporciona a los padres la oportunidad de observar y entender mejor las habilidades y preferencias de sus hijos, ajustando las actividades para maximizar el disfrute y el beneficio para todos.

En conclusión, entrenar con hijos puede parecer un desafío, pero con creatividad y adaptabilidad, se convierte en una experiencia enriquecedora y divertida. Lo importante no es la intensidad o la perfección del entrenamiento, sino la calidad del tiempo compartido y los hábitos saludables que se inculcan. Como dijo Jess Sims, cualquier grado de actividad es un gran avance. En última instancia, el ejercicio en familia no sólo es una forma de mantenerse en forma, sino también de fortalecer los lazos familiares y construir un estilo de vida saludable para el futuro.

Lo importante no es la intensidad o la perfección, sino la calidad del tiempo compartido

La paternidad, esa montaña rusa de emociones y experiencias, lleva consigo sorpresas inesperadas, muchas de las cuales involucran fluidos corporales y la repentina escasez de tiempo para que mamá y papá suden en el gimnasio. Amanda Holliday, profesora de danza y fitness de Takoma Park, Maryland, cuyo hijo nació en 2016, señala cómo su rutina de ejercicio matutino ha cambiado drásticamente desde entonces. La facilidad de simplemente levantarse y ejercitarse se ha visto reemplazada por la complejidad de cuidar a un niño, algo que va mucho más allá de contar repeticiones o preparar una bolsa de gimnasia.

Jennifer Lungren, con 15 años de experiencia impartiendo clases de acondicionamiento físico para madres en el norte de Virginia y madre de cuatro hijos de 8, 10, 13 y 15 años, advierte que encontrar tiempo para uno mismo no se hace más fácil a medida que los niños crecen. Entre actividades extraescolares y la logística familiar, cada tarde, noche y fin de semana se convierte en un torbellino de actividades.

Mientras tanto, Malikah Lakhani, copropietaria de Urban Evolution, encuentra formas de incorporar a sus gemelos de 2 años en su rutina de entrenamiento con pesas rusas. Esto demuestra que la creatividad es clave para mantenerse activo mientras se cría a un niño. Para aquellos padres que buscan evitar un hiato de 18 años en su régimen de ejercicio, existen estrategias para hacer que los entrenamientos sean viables para toda la familia.

Holliday, por ejemplo, encontró en su hijo un compañero de baile inesperado. Desarrolló una clase de baile y ejercicios para bebés llamada Baby Mombo, la cual comenzó a enseñar cuando su hijo tenía solo 8 semanas. La clase incluye movimientos suaves y danzas del vientre para aumentar el ritmo cardíaco, además de sentadillas y estocadas para tonificar. Este enfoque no solo promueve la actividad física sino también una conexión emocional profunda entre madre e hijo.

Para aquellos con bebés, el uso de portabebés adecuados puede convertir el llanto en momentos de conexión y ejercicio. Programas como Stroller Strides, desarrollado por Fit4Mom, combinan ejercicio para padres con canciones y entretenimiento para los niños, lo que demuestra que la actividad física y la diversión familiar pueden ir de la mano.

Una estrategia para involucrar a los niños es asignarles tareas específicas durante el ejercicio

Lauren Gerard, instructora de Fit4Mom en el distrito, recalca la importancia de simplemente comenzar a hacer algo. Después del nacimiento de su hija, le tomó un año retomar el ejercicio, pero una vez que lo hizo, descubrió una energía renovada que le duró todo el día.

Con niños pequeños, la dinámica cambia nuevamente. Salil Maniktahla y Malikah Lakhani, propietarios de Urban Evolution y padres de gemelos de 2 años, animan a los padres a participar activamente en clases para niños pequeños. Estas clases no solo promueven el ejercicio sino también enseñan habilidades como escalar y mantener el equilibrio, fundamentales tanto para niños como para adultos.

El exterior ofrece un sinfín de posibilidades para ejercitarse de manera divertida y efectiva / Pexels

Además, programas como Zumbini y Family Zumba, enseñados por Holliday, fomentan la participación familiar en actividades físicas que son divertidas y accesibles. Shea Miller, madre de dos, ilustra la importancia de dedicar tiempo al ejercicio personal, asistiendo a clases de alta intensidad por la noche o temprano en la mañana. Compartir estos momentos con otros padres, como en las clases de Body Back Boost de Fit4Mom, también ofrece un espacio para la solidaridad y el apoyo mutuo.

A medida que los niños crecen y se convierten en estudiantes de primaria, surgen nuevas oportunidades para involucrarse en actividades físicas juntos. Clay Smith de Mobile, Alabama, descubrió el placer de correr junto a su hijo, lo que llevó a toda su familia a adoptar este deporte como una actividad regular. Esta experiencia demuestra que involucrar a los niños en las actividades físicas de los padres no solo es beneficioso para la salud sino que también fortalece los lazos familiares.

Jonathan Hill y Jennifer Dolan de Fairfax City encontraron en el parkour una forma de unirse con sus hijos, transformando incluso su sótano en una “zona de entrenamiento general para niños y adultos”. Esta adaptabilidad muestra cómo las familias pueden encontrar formas creativas de combinar sus preferencias de fitness en actividades conjuntas.

Sin embargo, a medida que los niños se convierten en preadolescentes y adolescentes, los desafíos de equilibrar el tiempo entre el ejercicio y las responsabilidades parentales se intensifican. Lungren describe cómo ha aprendido a aprovechar los tiempos de espera en las prácticas deportivas de sus hijos para incluir su propia rutina de ejercicio, una estrategia que muchos padres pueden encontrar útil.

Ricky Ricardo Aguilar, director del programa infantil de Urban Boxing DC, subraya la importancia de no presionar demasiado a los adolescentes durante los entrenamientos conjuntos, ya que esto podría afectar negativamente su autoestima. La clave es encontrar un equilibrio entre ser un modelo a seguir y permitirles espacio para crecer.

En resumen, la paternidad y el ejercicio son un desafío continuo y cambiante. Desde encontrar formas innovadoras de incorporar a los niños en las rutinas de ejercicio hasta ajustar estas rutinas a medida que los niños crecen, los padres deben ser creativos, flexibles y, sobre todo, comprometidos no solo con su propia salud, sino también con el bienestar y la felicidad de sus hijos. Con estrategias como estas, las familias pueden disfrutar de los beneficios de un estilo de vida activo juntos, creando recuerdos y hábitos saludables que perduran toda la vida.

Más allá de la actividad física, el ejercicio en familia refuerza los lazos emocionales y crea recuerdos duraderos / Pexels