

La ruta del dinero “F”: el caso Foresio acorrala a más empresas
Colapinto mejoró sus tiempos y logró meterse en Qualy 2 del Gran Premio de Austria
Para los más chicos, "La oveja Lani": un libro con sonido, para pintar y ¡viene con crayones!
Sábado bajo cero y con amanecer despejado en La Plata, aunque desmejora: ¿llueve este finde?
Cierran en Mendoza el paso fronterizo Cristo Redentor ante el pronóstico de fuertes nevadas
El ruido en Plaza Italia duplica el límite de lo aceptable para la salud
Suben las retenciones a la soja y el maíz y hay bronca en el campo
VIDEO. Refuerzo al caer: el colombiano J.J. Pérez, a un paso de Gimnasia
Cartonazo por $2.000.000: los números de este sábado 28 de junio
¡Que el frío no te impida pasarla bien! La agenda cultural de este sábado en La Plata
El auge del fútbol femenino: cada vez más chicas transpiran la camiseta
Las ofertas en El Nene para este fin de semana con 20% de reintegro con Modo
Los universitarios se preparan para seguir la protesta tras el receso
VIDEO. Atrincherada: Wanda y otro día de locura en el Chateau
Cristina volvió con un audio y dijo que “el plan económico se cae a pedazos”
Caputo aseguró que es “sano” que salgan más dólares de los que entran
Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí
Con cada crisis nacional, hay una nueva ola de emigración en busca de bienestar económico y una vida más predecible. Tres platenses, que viven afuera hace poco, cuentan sus experiencias
Cecilia Famá
vivirbien@eldia.com
Tranquilidad. Trabajo digno. La posibilidad de planificar. El dinero necesario. La paz indispensable. Si, tras consultarlos, hiciéramos una de esas nubes de palabras que hoy tanto difunden las encuestadoras, estas palabras aparecerían más grandes, sobre el resto, en el discurso de aquellos argentinos que eligen irse del país. Quienes apuestan a reciclar sus vidas en el extranjero, en general, buscan un devenir más tranquilo, más disfrutable, bajarse de la montaña rusa y abordar el bote a pedal en un lago sosegado. Barajar y dar de nuevo. Dejan atrás, acá, planes frustrados, familias, amigos y la certeza de todo lo que van a extrañar. Y se lanzan a la aventura.
En palabras de la psicóloga María José Mansur, “el desarraigo es un fenómeno que se produce cuando una persona o familia, por alguna u otra razón -mudanzas, razones laborales, estudio, formación profesional, guerras, exilio, violencia, búsqueda de mejora vital, etcétera- cambia su lugar de residencia”.
“A veces” -agrega la especialista- “la motivación tiene una connotación positiva para la persona y otras no, sin embargo el impacto psicológico está presente. Todo cambio nos convoca a una adaptación emocional, cognitiva y conductual. Se caracteriza por la pérdida de patrones culturales, interpersonales (grupos de pertenencia), representaciones sociales, localidad y espacios físicos. Es un gran desafío, y demanda procesos de adaptación psicosocial”.
EXTRANJEROS POR ELECCIÓN
Lisandro está trabajando en España y quiere volver al país en unos años
LE PUEDE INTERESAR
Vivir al límite: cuando la personalidad lleva hasta los extremos
LE PUEDE INTERESAR
Cuando el amor es más fuerte: bodas que esperaron años
Lisandro González tiene 35 años. Es arquitecto especializado en la metodología BIM (Building Information Modeling) y creación de gemelos digitales en Sinergia BIM. Se fue de nuestro país en 2019, a través de un plan que lanzó el gobierno de España para reclutar jóvenes profesionales hijos de españoles en Argentina. Su objetivo, asegura, “es el de poder desarrollar y crecer en mi carrera profesional en España”. Está haciendo camino al andar.
“La decisión de irse del país, en la mayoría de los casos, no es fácil. En el mío, considero que fue multicausal. La búsqueda del crecimiento profesional, la tranquilidad del día a día, la estabilidad económica”, confiesa el arquitecto, que vive en Barcelona y trabaja en relación de dependencia -por un lado-, y por otro está desarrollando su emprendimiento de Consultoría BIM, “donde doy cursos de formación en BIM de forma online y brindo servicios BIM para empresas”.
“Desde acá, a la Argentina la veo mal en un contexto de un mundo que también está mal. Hoy nuestro país no sólo tiene que hacer frente a sus problemas sociales, económicos y políticos, sino que también se encuentra en un contexto donde el mundo está saliendo de una pandemia y con conflictos bélicos que repercuten en la economía planetaria”.
“Dentro de algunos años, me encantaría volver para aportar un granito de arena para levantar el país”
“Dentro de algunos años, me encantaría volver para aportar un granito de arena y poner el hombro para trabajar y levantar el país (le estoy agradecido, y en particular a la UNLP por las herramientas que me dio). Pero creo que son necesarias algunas condiciones sociales y económicas que difícilmente se den a corto o mediano plazo”, dice Lisandro, que gracias a la tecnología actual tiene comunicación diaria, por llamadas, videollamadas, mensajes u otras vías, con los suyos.
“Con mis amigos también es frecuente el contacto, pero lógicamente con algunos más espaciado que con otros. Lamentablemente no he podido ir a Argentina desde que llegué a España, pero mis padres vinieron después de la pandemia y estos meses he recibido o voy a recibir a cuatro de mis amigos que conocí en la Anexa y el Colegio Nacional”, cuenta con la alegría de poder ser anfitrión de sus compatriotas.
Con respecto a la ciudadanía e integrarse en una nueva nación, las cosas nunca suelen ser color de rosa. Lisandro lo confirma: “vine con un visado especial para jóvenes profesionales hijos de españoles que lanzó España en el 2019 (Plan VISAR). La verdad, el plan nos abrió las puertas para venir a trabajar a aproximadamente mil argentinos, pero ha tenido varias desprolijidades y en algunos casos la han tenido muy difícil. En cuanto a lo profesional yo lo analizaría en dos partes. Por un lado, el proceso de homologación de título para las carreras que se encuentran reguladas es largo, engorroso y con poca información. Por otro lado, yo me dedico a una rama de la arquitectura que se encuentra en claro crecimiento a nivel global (el modelado colaborativo BIM) y no hay muchos profesionales capacitados en el tema. Esto me ayudó a poder posicionarme rápidamente dentro de mi área en el trabajo, y tuve la oportunidad de trabajar en proyectos de empresas como Amazon, Laboratorios Roche, Zalando, North Volt, entre otras. Por lo tanto, si hay algún arquitecto leyendo esto y le interesa emigrar le recomiendo que se capacite en BIM (y si es de otra profesión, que busque qué es lo que se está demandando) para poder tener una inserción en el mercado laboral más rápida y segura”.
“En lo personal estoy bien. Al principio tenía mucha relación con los argentinos que vinieron con la misma visa que yo. Luego cada uno se fue acomodando en un espacio distinto y con la pandemia nos fuimos alejando. Actualmente tengo más relación con compañeros y ex compañeros de trabajo de acá, con la Filial Catalunya Tripera, con mi hermano y su grupo de amigos, con las familias de la escuela de mi hijo y también con la colla del Casteller de Barcelona, a donde va mi hijo”, cuenta con orgullo albiazul.
Laureano e Iara se fueron a vivir a Italia
“Les vamos a contar un poco el ‘lado B’ de emigrar: la idea de irnos de Argentina venía pisando fuerte desde hace un par de años, más o menos 2018. Cuando éramos más chicos, nos fuimos en plan ‘work and travel’ y vivimos un tiempo en otros países, y eso nos abrió un montón la cabeza y nos permitió notar que no estábamos viviendo como queríamos. Nos quedamos varios años más en Argentina, tratando de desarrollar nuestros proyectos y profesiones, pero aun así nos dejaba siempre un sabor amargo no poder crecer ni proyectar; tener dos o tres trabajos a la vez, y no para llevar una vida de lujos, sino para mantener los gastos cotidianos”, cuentan Iara Gravagna (31), productora audiovisual y administrativa y Laureano Nill (31) asesor financiero en activos digitales y NTFs.
“En 2018 empecé a juntar todo para tramitar mi ciudadanía italiana y el tema me fascinó, así que empecé a estudiarlo e investigarlo legalmente, pero conseguir turno en el consulado era imposible. Realmente fue frustrante. Así que, con mi pareja Laureano, nos dedicamos todo el 2020 y 2021 a ahorrar fuerte, actualizar los documentos, averiguar cómo es la vida en Italia y qué necesitábamos, y nos vinimos a vivir acá. La idea realmente surge de aspirar a un futuro mejor, de tener un poco más de vida, de vivir en un país más justo con el que trabajar, nos cansamos de cómo funciona la política argentina y la decadencia cada vez mayor en un país que podría ser increíble, es muy triste. Vinimos con varios proyectos que ya teníamos armados para seguir trabajando de manera virtual, por ejemplo con las criptomonedas, asesoría financiera, gestoría administrativa… Una vez que ya nos instalamos acá, empezamos a desarrollar aún más y a sumar más cosas; por ejemplo, ya estamos en contacto con el ministerio de Cultura para programar eventos sobre criptomonedas, y a la vez, desarrollamos producciones audiovisuales con el apoyo del ‘sindaco’ (alcalde) y los responsables del área. Lógicamente todo lleva su tiempo, pero está encaminado. La idea a futuro es tener nuestros locales físicos”, dice Iara.
“Una vez que estuvieron todos los papeles listos, incluyendo los de nuestra gata (que por supuesto también vino), sacamos los pasajes. Teníamos dos meses para organizar lo que faltaba, o sea todo, era un caos: teníamos que vender todas nuestras cosas, pedir a algún familiar que nos guardara algunas otras, devolver la llave de cada departamento, dejar las cuentas en cero, habilitar las tarjetas internacionalmente, conseguir euros (en Argentina es difícil y te los cambian a un precio pésimo), hacer el registro internacional, darnos una última dosis de la vacuna por las dudas. Y entre toda esa movida, nos dimos cuenta de que si no estábamos casados, yo no le podía pasar la ciudadanía a Laureano, y casarnos en Italia era otro caos por los tiempos, ya que si pasaban los 90 días como turista, él iba a quedar ilegal y se iba a tener que volver... Así que dos semanas antes de que saliera el vuelo (con tantas cosas por hacer, alguna siempre se te pasa de largo), busqué turno en todos los registros civiles, no había, tenían recién para dentro de tres o cuatro semanas, se me ocurrió buscar en el registro de City Bell y tenían una sola fecha disponible, dos días antes de nuestro vuelo; por supuesto la reservé…”, recuerda.
“La idea realmente surge de aspirar a un futuro mejor, de vivir en un país más justo”
“Esta parte es muy graciosa, porque lo llamé a Laureano y le dije, ‘el 21 nos casamos’ y él me dijo ‘¿me estás pidiendo matrimonio?’ y yo le respondí ‘no, te estoy extendiendo la estadía en Italia’” se ríe Iara: “dijimos que íbamos al Civil, firmábamos y nos íbamos, pero claramente eso no pasó, nuestras familias nos organizaron una fiesta al mediodía, otra a la noche, nos pusimos vestido y traje, hubo ramo, torta, vals, todo fue hermoso, emotivo y lleno de amor, y así nomás, nos casamos y a los dos días nos fuimos”.
“La ciudadanía italiana es un trámite que conlleva mucha paciencia pero termina valiendo la pena, hay que juntar toda la documentación para poder demostrar que sos descendiente de un italiano, y que ese legado no se cortó. Lamentablemente, hacerlo en Argentina se volvió prácticamente imposible, conseguir turno en el consulado es muy difícil (mi papá y yo estuvimos dos años intentándolo) y después, la práctica por consulado puede llegar a tardar tres años aproximadamente”, asegura Iara.
“En cambio, al tramitar la ciudadanía en Italia, podés presentarte en cualquier comuna, no necesariamente en la que haya nacido el AVO (antepasado de nacionalidad italiana), fijar residencia y presentar la carpeta. El trámite íntegro puede demorar de 4 a 10 meses, como mucho. Todo depende de la comuna y la demora de las respuestas de los PECs entre consulados. Nosotros consideramos que hacer la ciudadanía en Italia es una inversión que te vas a agradecer en el corto plazo. De hecho, una vez que te dan el ‘permesso di soggiorno’ (permiso para residir legalmente luego de los 90 días que te dan por turismo), ya podés comenzar a trabajar y generar ingresos para quedarte más tranquilo”.
“Mi ciudadanía ya está, para tramitar la de mi marido tenemos que esperar dos años de casados, si vivimos en Italia, o tres si vivimos en el exterior), pero él, al estar casado con una ciudadana europea, puede adquirir el ‘permesso di soggiorno’ por familia y con eso residir legalmente hasta que pueda tramitar su propia ciudadanía por matrimonio”.
“Qué temita el de la familia que queda lejos...” reflexiona Iara: “La verdad es que tenemos dos familias increíbles, que nos apoyaron en todo momento y nos acompañaron en cada paso, lógicamente al principio no nos creían, sobre todo porque venimos diciendo hace años que queremos irnos, pero cuando sucedió hubo llanto y dolor pero también comprensión y sostén. Particularmente, para mí fue y es muy doloroso, soy una persona muy familiera, compartía mucho tiempo con ellos y es algo que te duele muchísimo, siento que estando acá estamos bien, pero falta algo. Y por supuesto que hacemos videollamadas, nos escribimos todo el tiempo y estamos en constante comunicación, pero yo corto la llamada y me largo a llorar, me dan ganas de irme a comer un asado con ellos, a tomar un mate. En fin, dicen que es normal... Me hubiese gustado tener un país mejor, realmente, para no tener que irme”.
“Las primeras sensaciones son de confusión, incertidumbre y miedo, obvio. No caés desde que te fuiste hasta que pasa bastante tiempo, de hecho, creo que aún no caemos del todo. Al principio es todo un poco caótico por lo que conlleva buscar alquiler, conseguir un lugar que sea lindo pero que no te arranquen la cabeza, darte cuenta de que dejaste todo, el desprendimiento, sentirte sola…” repasa la platense: “Después lo empezás a transitar con más calma, es un trabajo cotidiano comprender que tomaste esta decisión por un futuro mejor, porque es inevitable extrañar o no sentirte cómodo con el idioma, y quizás te sentís conflictuado por estar tan lejos, o renegás por haber vendido todo lo que tanto te costó conseguir. Pero de a poco te vas adaptando, recorriendo el lugar y los paisajes hermosos que tiene Italia, te vas abriendo y empezás a hablar con los ‘tanos’ y empezás a hallarte a vos mismo en otro contexto, te redescubrís, planeás, paseás, empezás a tener un rutina y te acomodás. Los humanos nos adaptamos a todo”.
“En este momento estamos viviendo en Lerici, en un pueblo de 10 mil habitantes en la región de Liguria. Es un lugar precioso, vivimos en la montaña, donde tenemos bosques y arroyos y a 10 minutos a pie llegamos a la playa. Los italianos nos tratan con mucho cariño, cada vez que decimos que somos argentinos se ponen muy contentos, nos cuentan de algún familiar que tienen, nos hacen preguntas, y se despiden con ‘auguri argentina’, ‘brava la argentina’ y frases por el estilo. Incluso el propietario de la casa que alquilamos es súper amable, nos lleva a cenar, a pasear, nos presta su auto, sus bicicletas o su kayak, etc. Pero, no todo es color de rosas, también hay racismo, machismo y un poco de maltrato en las oficinas públicas, sobre todo si la persona extranjera no habla bien o si no quieren hacerte algún trámite. Te dan muchas vueltas, me tuve que aprender toda la ley italiana para poder refutarlos en varias cosas”.
“Encontramos que se puede vivir seguro, nosotros creíamos que eso ya se había perdido, pero no. Aca la gente deja la bicicleta sin candado, las zapatillas en la puerta o las ventanillas del auto bajas y no pasa nada. Está bien, nosotros vivimos en un pueblo grande, pero estando en ciudades grandes, nos dimos cuenta de que la gente camina tranquila a la noche, que en la playa podes dejar tu mochila y tu lona, ir al mar y volver y todo va a estar ahí y esa tranquilidad, no tiene precio”.
“Estamos trabajando mucho de manera virtual con nuestro proyecto www.movimentaria.com, donde nos encargamos de las asesorías para personas que quieran tramitar su ciudadanía. A la vez, seguimos trabajando en el mundo de las criptomonedas, que es algo que aún está en desarrollo en Italia (las oficinas de Binance se inauguraron oficialmente en mayo de este año). Además Laureano está creando contenido y podcasts de asesoría financiera y yo estoy desarrollando guión-documental y presentando propuestas al ministerio de Cultura”.
Para finalizar, Iara señala que “la frase va a sonar trillada pero es real, nosotros amábamos nuestro país o nuestras costumbres. Pero lamentablemente lo destruyeron, está siendo cada vez más decadente, no se puede vivir así. Somos dos personas que laburan desde chicos, que tenemos incorporado el chip del trabajo, jamás nos regalaron nada ni queremos que así sea. Nos gusta trabajar, nos gusta generar, nos gusta ganarnos nuestras cosas. Pero sentimos que no se puede crecer ni progresar con tanta corrupción, con tanto inoperante gobernando, con tanta negligencia”.
Agustina se radicó en Malta
La fotógrafa Agustina Gavagnin siempre tuvo la idea de viajar por el mundo trabajando y fotografiando lugares. Había hecho todos los papeles para poder viajar al estado de Malta, un conjunto de islas en Europa Meridional, pero la cuarentena por la pandemia impidió su partida. Cuando se abrieron las fronteras, logró concretar su proyecto y se fue. Desde hace varios meses está viajando, aunque ahora también está de novia con un joven estonio. “Lo conocí acá, en una fiesta, el primer mes que llegué… ¡Y pintó el amor!” se ríe.
“A pesar de que ya venía sintiendo que la situación de Argentina era un poco insostenible, mi proyecto de viajar estuvo desde siempre. Lo que también es cierto es que yo, al ser fotógrafa, no tenía muchas muchas posibilidades en nuestro país, donde mi actividad se la ve más relacionada al arte y donde en todos los trabajos es difícil que paguen lo que te piden lo que realmente vale”, se sincera la joven.
“Hace varios años que empecé a pensar en viajar alrededor del mundo e ir trabajando en distintos lugares. Elegí primero Malta porque yo, en su momento, no tenía pasaporte italiano y como ésta fue una colonia británica, tiene muchas escuelas de inglés. Entonces tiene una visa que se llama ‘Work and study’ , que es la misma que te dan en Dublín. Son seis meses de estudio y dos de vacaciones, por lo cual te dan una visa para estar legal en Europa durante 8 meses. En ese momento que lo planeé, como no tenía los papeles, fue: ‘voy a hacer un curso de inglés y de paso aprovecho para estar unos meses en Europa y trabajar, obviamente’”, recuerda Agustina.
“Con la llegada de la pandemia se me pospuso porque me iba a ir en 2020 y no pude. Y ya estando en Argentina todavía, me salió la ciudadanía italiana, que hacía años que venía trabajando para conseguirla. Me llevó muchísimo tiempo tenerla y por fin la tuve, por lo que la visa de Malta no la necesito, pero la mayoría de los argentinos y latinoamericanos que hay acá -que son muchísimos- viene con esa visa”, dice, y agrega: “en Malta es bastante fácil asentarse hoy en día y hay mucha oferta laboral. Es una isla que vive del turismo. Hay trabajos en un montón de rubros y la vida no es tan cara como en otros países de Europa”.
“Además, lo bueno que tiene Malta es que es una isla en el medio del Mediterráneo, está muy cerca de todos los países y los vuelos son muy baratos. Me he ido a Italia por 9 euros el pasaje de avión, a España lo mismo. Ahora que es temporada alta están un poco mas caros, pero cuando afloja el verano, te podés ir un fin de semana por dos mangos a recorrer otra ciudad”, se entusiasma Agus, que eso lo está aprovechando, y muestra fotos de Roma, París…”.
“Mi vida hoy, básicamente, es trabajar de lunes a domingo, porque trabajo en una agencia que hace contenido para redes sociales y acá en Malta hay mucha fiesta, festivales, y me contrataron para esos eventos así que los fines de semana trabajo, pero cuando tengo un día libre, me hago una escapadita”.
“En Malta es bastante fácil asentarse hoy en día y hay mucha oferta laboral
“Acá la vida es muy, muy relajada, y entonces se me hace medio raro. Salgo del trabajo y me voy a la playa con amigos: me siento un poco de vacaciones. Es de día hasta las 9 de la noche, y yo salgo a las 5 o 6 y me voy a la playa; disfruto mucho. La plata, con un sueldo medio como el mío, te da para vivir tranquilo y poder disfrutar”, asegura.
“Mi familia tomó bárbaro la decisión de que me fuera, porque hace varios años que nos pusieron la semillita ésta de que hay que conocer el mundo y mis padres tienen la cabeza de que no hay que quedarse en un lugar, sino que hay que conocer. Yo desde muy chiquita ya sabía que no me iba a quedar en Argentina, sino que iba a salir a conocer cómo era la vida en otros lugares. Seguramente pronto me vaya a España y después a otros países, experimentar otras culturas, conocer personas de otros lugares. Eso me re interesa… y como soy fotógrafa, también conocer la mayor cantidad de lugares posibles para sacar fotos. Eso es genial”. Se la oye feliz, entusiasmada, con muchos planes que le brotan y brotan.
“Mi idea ahora es mudarme a España y buscar un trabajo en el que pueda trabajar desde casa en forma on-line, ser nómade digital. Ahora en Europa hay un visado específico para eso, que es medio complicado de conseguir, pero conozco gente que lo hizo. Así que estoy pensando en eso desde el diseño y no tanto por la fotografía, para después volver a la foto”, proyecta en voz alta.
“Para mí fue un alivio venir porque lo venía posponiendo hace un montón. Instalarse es un poco caótico, pero después disfrutás de tener la alegría de estar haciendo algo que siempre había deseado. Tuve la suerte de encontrarme con otra platense y unas chicas argentinas, con las que conseguimos trabajo juntas. Me venía contactando por los grupos de estudiantes de Malta de facebook y hasta me esperaron con un guiso. Estoy trabajando a full y aprendiendo un montón. Me siento realmente plena”.
ESTA NOTA ES EXCLUSIVA PARA SUSCRIPTORES
HA ALCANZADO EL LIMITE DE NOTAS GRATUITAS
Para disfrutar este artículo, análisis y más,
por favor, suscríbase a uno de nuestros planes digitales
¿Ya tiene suscripción? Ingresar
Full Promocional mensual
$650/mes
*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $6100
Acceso ilimitado a www.eldia.com
Acceso a la versión PDF
Beneficios Club El Día
Básico Promocional mensual
$500/mes
*LOS PRIMEROS 3 MESES, LUEGO $3950
Acceso ilimitado a www.eldia.com
Diario El Día de La Plata, fundado el 2 de Marzo de 1884.
© 2025 El Día SA - Todos los derechos reservados.
Registro DNDA Nº RL-2024-69526764-APN-DNDA#MJ Propietario El Día SAICYF. Edición Nro. 6986 Director: Raúl Kraiselburd. Diag. 80 Nro. 815 - La Plata - Pcia. de Bs. As.
Bienvenido
Estimado lector, muchas gracias por su interés en nuestras notas. Hemos incorporado el registro con el objetivo de mejorar la información que le brindamos de acuerdo a sus intereses. Para más información haga clic aquí
Ante cualquier inconveniente durante el inicio de sesión, por favor escribanos a sistemas@eldia.com
Bienvenido
Estimado lector, con sólo registrarse tendrá acceso a 80 artículos por mes en forma gratuita. Para más información haga clic aquí
DATOS PERSONALES
Ante cualquier inconveniente durante el inicio de sesión, por favor escribanos a sistemas@eldia.com
¿Querés recibir notificaciones de alertas?
Para comentar suscribite haciendo click aquí