“Casa Matriz”: Ana Acosta y su hija son madre e hija en la ficción

En su primer gran proyecto compartido, Ana Acosta (61) y su primogénita Talía Acosta (27) protagonizan “Casa Matriz”, una comedia de Diana Raznovich que, de la mano de personajes desopilantes llevados al extremo, pone sobre la mesa las relaciones entre madres/ padres e hijos, relaciones de la cuales “tenemos que aprender todo el tiempo, porque van cambiando y nos van sorprendiendo siempre”, según aseguró la reconocida actriz y humorista en diálogo con EL DIA.

Bajo la dirección (y arbitraje) de Nicolás Pérez Costa, y con música de Martín Bianchedi, se trata de una obra que Ana Acosta protagonizó con gran éxito en los 90, una versión en la que interpretó al personaje que ahora encarna su hija y al que no le resultó sencillo de soltar.

En esta pieza, Bárbara es una joven que para el día de su cumpleaños número 30 decide regalarse una madre sustituta y para eso acude a una agencia. Sin embargo, la madre que le llega no es lo que esperaba generando una serie de encuentros y desencuentros que van guiando esta historia que se mueve entre la comedia y la reflexión.

Estrenada en enero de 2021, “Casa Matriz” tuvo una exitosa temporada el verano pasado en Mar del Plata y ahora se encuentra embarcada en una gira bonaerense que este sábado, desde las 21, la tendrá haciendo función en El Escape, 44 entre 23 y 24. Las entradas están disponibles en Alternativa Teatral.

En diálogo con este medio, Ana Acosta se refirió al origen de este proyecto, uno de los primeros en apostar por la presencialidad tras el largo parate por la pandemia, con el que está disfrutando al máximo el tiempo compartido sobre el escenario con su hija, uno de los mayores premios que su trayectoria de más de 40 años -entre el teatro, la televisión y el cine- le ha regalado.

-“Casa Matriz” fue el proyecto con el que volviste a los escenarios, una vuelta cargada de sentido por lo que implica trabajar con tu hija. ¿Cómo lo viviste?

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-En julio de 2020, para mi cumpleaños, estábamos todos encerrados, y yo le pedí a mi hija mayor, Talía, que me viniera a ver. Llevaba tres meses sin verla y no aguantaba más y se vino. No hubiera soportado un cumpleaños sin mi otra hija, porque la más chica vive con nosotros. Ese día aprovechamos para leer esta obra porque mi marido hacía tiempo que decía que nosotras teníamos que hacerla juntas. Así que aproveché su visita, le di el libreto, la leímos juntas y cuando terminó de leerla Talía estaba con los ojos aguados y me dijo “me encantaría hacerla con vos”, y ahí nos pusimos. Ensayamos, al principio, a través de una pantalla, algo que me pareció re loco, porque nunca lo había imaginado. Después le empezamos a poner el cuerpo. Le pusimos mucha garra.

-¿La ensayaron pensando en la presencialidad o había posibilidad de hacerla por streaming?

-Tenía tanta fe en que iban a bajar los casos y que iban a llegar las vacunas que yo quería estar preparada para que ni bien se pudiera volver al ruedo, ahí íbamos a estar. Y así fue. De hecho, cuando hablé con el dueño del Picadilly, para reservarle la sala, él me dijo “pero todavía no hay fecha de apertura”. Pero a mí no me importaba. Yo quería estar lista. Finalmente, el 8 de enero de 2021 fuimos el tercer espectáculo que se estrenó en CABA tras la reapertura.

-Con Talía habían compartido algún proyecto juntas pero es el primero gestado exclusivamente para las dos, ¿no?

-Sí. En realidad, yo dirigí dos obras en las que Talía tuvo una participación chiquita. Y después trabajamos juntas en “Entretelones” porque en la última semana una de las actrices no pudo hacer función y la reemplazó Talía. Y ahí estuvimos las dos arriba del escenario. Pero “Casa Matriz” es la primera obra donde empezamos desde cero y por eso es tan especial.

-¿Cómo fue el proceso creativo? ¿Pudieron “borrar” el vínculo madre e hija y ser dos actrices preparando una obra?

-Después de decirme “me encantaría hacer esta obra con vos” lo segundo que me dijo fue “pero vos no la dirigís” (risas) y ahí buscamos un director. Tenía mucha razón. Porque yo esta obra la hice en el año 93 con Lidia Catalano (dirigidas por Tina Serrano) y con esa experiencia, obviamente que yo iba a interferir un poco. Si hubiera dirigido, la hubiera inclinado a hacer lo que yo hice porque sabía que había resultado bien y quizás no hubiera sido el camino adecuado para ella. Ella tenía que hacer su propia experiencia y crear una Bárbara diferente a la que yo había hecho. El director supo poner los puntos sobre las íes y toda esa cosa que yo quería llevar a cabo tuve que dejarla a un costado y cerrar la boca. Pero me costó. Hubo algunas rispideces donde el director me decía “¡Anaaa!” o sino mi hija me decía “hay un director” o “¿eso me lo decís como mamá o como sustituta?” (risas). Pero después se fue encarrilando todo porque yo empecé a preocuparme y ocuparme de mi trabajo: dejando que Talía se preocupe y ocupe del suyo. Para el director fue muy gracioso ver cómo esta interna de hija y madre interpretaban a una hija y madre en la ficción.

-Y Talía, finalmente, hizo un trabajo muy diferente al tuyo.

-Absolutamente. Primero porque la obra fue reactualizada, imaginate que es una obra de los 90, donde el humor ya no es el mismo, entonces se hizo una reactualización con el director. Y aparte ella eligió hacer otra cosa. Yo, cuando la hice en su oportunidad, hice de una hija que iba aceptando a las madres, pero ella decidió acompañar esas madres, acercándose con algunas características similares. El que vio aquella versión y tiene recuerdo, va a estar viendo una nueva obra, con el corazón y el espíritu de lo que escribió Diana Raznovich pero reactualizada.

-La trama sigue a Bárbara, una mujer que pide como regalo de cumpleaños una madre sustituta perfecta, que llega pero no es lo que esperaba.

“Quiero disfrutar de mi hija, después ella ya empezará a hacer su camino y quizás no tengo la posibilidad de cruzarme otra vez con ella en el escenario”

Ana Acosta, actriz y humorista

-Exacto. A partir de ahí ella empieza a recriminarle y vuelve a explicarle las condiciones que tiene que tener esa madre con la que quiere compartir su cumpleaños. Y esta madre, un poquito a propósito y un poquito por desconocimiento, le interpreta siete madres distintas, hasta que llegamos a un final que no se puede spoilear (risas).

-En esta hija y esta madre sustituta, ¿se juega un poco también el vínculo de ustedes dos?

-La obra tiene como un cierto aditamento o cierta cosita que muchos piensan que algunas de las situaciones también las pudimos atravesar nosotras. Y sí, obviamente, hay como una carga de historia de Talía conmigo y de mí para con ella que evidentemente atraviesa la obra.

-¿Cuál podrías decir que es el gran tema de “Casa Matriz”?

-Más allá de la relación entre una madre y una hija, diría que es algo más general: la relación entre padres e hijos. Circunstancialmente, Diana Raznovich escribe para mujeres, conoce el mundo femenino y lo puso en esta obra en una madre y una hija pero es perfectamente adaptable entre un padre y un hijo, un padre y una hija. Es la relación de la cual tenemos que aprender todo el tiempo, es una relación que va cambiando, que siempre nos va sorprendiendo. Yo, siendo madre, no soy la misma cuando tenía mis hijas chicas que ahora: He cambiado también gracias a que ellas me han hecho cambiar. Es un tema recurrente, desde Edipo con su madre, hasta los días de hoy.

-Además, alguien quizás no es madre o padre sin embargo es hijo/hija, por lo que es una temática muy identificable.

-Tal cual. Si bien no todos tuvimos la fortuna, por considerarlo así, de ser madres o padres, sí todos somos hijos y en muchas circunstancias de la obra se van a sentir reflejados.

-Estando vos en el escenario se pueden esperar muchos momentos de comedia, ¿no?

-Sí, tiene mucho humor, muchísimo humor porque todos los personajes son personajes estereotipados, irónicos. Lo que trabajamos con el director es llevarlos al extremo, de la mano de un tipo de actuación como de caricatura que hace que la gente se ría mucho.

-Más allá de “Casa Matriz”, ¿tenés algún otro proyecto para este año?

-Por el momento, como le digo a todos los que me ofrecen, porque gracias a Dios, la virgen y todos los santos tengo muchas ofertas de teatro (esta es mi obra número 48), creo que es el momento justo y oportuno de dedicarle tiempo a “Casa Matriz”. Quiero disfrutar de mi hija, después ella ya empezará a hacer su camino y quizás no tengo la posibilidad de cruzarme otra vez con ella en el escenario. Y la verdad es que nos está yendo bien, sabemos que tenemos un producto maravilloso, la gente aplaude de pie. Y sinceramente arriesgarme a hacer otro espectáculo para no estar en las mismas condiciones prefiero continuar con el mío y con el que me hace feliz. Vivir el presente que viene tan bien.