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Opinión |Punto de vista

El agua como derecho humano

El agua como derecho humano

Henry Stegmayer  y Juan D. González Morales *

6 de Enero de 2022 | 02:43
Edición impresa

La pandemia que asola al mundo desde el año 2020 ha confirmado la necesidad del compromiso político e indelegable del Estado de prevenir y cuidar de la salud pública de todos los ciudadanos. En ese contexto, el acceso al agua potable, en su carácter de derecho humano fundamental, y no como mercancía que cotiza en la bolsa, se convierte en una herramienta insoslayable para lograr ese objetivo.

Entonces, ¿de qué hablamos cuando decimos que el acceso al agua potable es un derecho humano? Pues bien, entendemos que es el derecho de todas las personas a disponer oportunamente de agua suficiente y de calidad para el consumo, el uso personal y doméstico.

El agua es un bien que integra el patrimonio natural de la humanidad, sobre el cual coexisten derechos de incidencia colectiva que deben ser respetados y garantizados por los Estados. El derecho humano al acceso al agua potable está íntimamente relacionado con el derecho a un nivel de vida apropiado e indisolublemente asociado al derecho a la salud física y mental, así como al derecho a la vida y la dignidad humana

El acceso al agua potable debe necesariamente estar en el centro de la agenda política de los próximos años, mas aún, teniendo en cuenta que UNICEF ha informado que 2.200 millones de personas en el mundo no tienen acceso a agua potable gestionada de manera segura, por lo que, al ritmo actual, se está muy lejos de poder alcanzar el objetivo del acceso universal al agua en 2030 fijado en la Agenda de Desarrollo Sostenible.

La Organización de las Naciones Unidas señala que el consumo de agua potable en el mundo es enormemente injusto e inequitativo. En Europa es de entre 250 y 400 litros por habitante día, en Argentina de alrededor de 500 litros, mientras que en África es de 10 litros, siendo las mujeres, especialmente las del África Subsahariana, las que más sufren la vulneración de su derecho al agua, ya que tienen que recorrer varios kilómetros y dedicar buena parte de su jornada para obtener agua para sus familias.

El acceso al agua potable permite eliminar enfermedades, ya que al no tenerla se limita la higiene personal lo que agudiza la propensión de algunas personas, principalmente de niñas, niños y adultos mayores, de adquirir enfermedades de otro tipo, como el coronavirus, por ejemplo.

Por todos los motivos enunciados, la UNESCO ha señalado dramáticamente: “De todas las crisis sociales y naturales que debemos afrontar los seres humanos, la de los recursos hídricos es la que más afecta a nuestra propia supervivencia y la de nuestro planeta”.

Para empezar a revertir esta situación creemos que hay liberar el agua de la bolsa de Nueva York, que no cotice más como un comodity, y atacar las lógicas que impone el mercado con un mayor y preponderante rol del Estado en la regulación del acceso al servicio público de agua potable, que permita romper inequidades entre los usuarios, ya sean reales o potenciales, y que promueva la elaboración de programas específicos de acceso al agua para los grupos más vulnerables, los que por la mercantilización de los marcos regulatorios de los 90’ siempre son excluidos de los planes de expansión de los prestadores.

También insistimos en la necesidad impostergable de promover y difundir a través de una amplia participación ciudadana la adopción de políticas públicas que fomenten y premien el consumo racional del agua potable, fomentando el conocimiento y la responsabilidad en la conservación y protección de los recursos hídricos y el suministro del servicio público.

Por último, creemos que se debe poner en el centro de la agenda política el debate sobre el status legal que le daremos en la Argentina al derecho humano al acceso al agua potable. Las Naciones Unidas lo reconoció como tal en el año 2010. Países latinoamericanos como Uruguay, Colombia, Ecuador y Bolivia, entre otros, lo incluyen en sus Constituciones nacionales. Leyes de las provincias de Buenos Aires y Santa Fe también norman sobre ello. ¿No es tiempo entonces de darle jerarquía constitucional y consagrarlo como un derecho humano fundamental?

 

* Presidente y Secretario de la Asociación Consumidores Responsables

“El acceso al agua potable debe necesariamente estar en el centro de la agenda política de los próximos años”

 

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