Un club que desde hace tiempo parece estar a punto de explotar

La imagen descolorida, sin rumbo, con desniveles en todas las líneas, mostrada en oportunidad de la caída frente a Talleres, certificó que la histórica goleada a Vélez y el posterior buen superclásico jugado frente a River no fueron suficiente para motorizar el salto de calidad que el equipo dirigido por Miguel Russo está buscando.

Lo que pudo considerarse un paso en falso contra el Lobo, se repitió luego contra Sarmiento, el recién ascendido que también se llevó un punto de la Bombonera, y tras el referido leve repunte ante el clásico rival, contra la “T” no sólo que perdió, sino que dejó ver una formación sin juego, que prácticamente no pateó al arco, y como si esto fuera poco, exhibió una postal ajena al fútbol profesional: un jugador haciéndole una recriminación a otro, quien respondió con un manotazo.

“Es cierto que no podemos mantener los niveles de juego y me preocupa. Igual lo ocurrido ante Talleres no fue un retroceso. Hay que ser inteligentes e ir a buscar los partidos en forma ordenada y no desesperarnos”, explicó Russo, el entrenador que en esta segunda etapa en el club encontró rápidamente el equipo, con el que se adjudicó primero la Superliga y después la Copa Diego Maradona, y cuando se esperaba una continuidad en esa superación, por el contrario ha perdido las riendas.

A esta altura de la nueva temporada, Boca no tiene un equipo base, sino todo lo contrario, porque tras probar con una defensa a partir de tres marcadores centrales, volvió a la tradicional línea de cuatro, los cambios de multiplican en la línea de medios, donde el fin de semana reapareció Agustín Almendra después de más de un año afuera, y en el ataque, sin Edwin Cardona en cancha, la confusión llegó hasta el propio Russo.

En este marco, los rumores que rodearon al equipo desde que la renovación de los contratos produjo chispazos que hicieron mucho ruido, con ejemplos concretos, como cuando ”Pol” Fernández fue “colgado” por el Consejo de Fútbol que encabeza el vicepresidente Juan Román Riquelme, Julio Buffarini quedó desplazado del equipo titular y hasta Carlos Tevez recibió un trato impropio para un ídolo, y parecen haber generado un mal clima interno. La bronca expresada en el festejo de algunos goles, caras que no manifiestan la alegría que tendría que reinar en un bicampeón que va por el tercer título, y versiones que adelantan el fin de ciclo para Russo en la etapa previa del comienzo de una nueva Copa Libertadores, plantean el peor cuadro de situación para un club que desde hace tiempo parece estar a punto de explotar.

Desde la conducción, y más precisamente Riquelme, quien es el encargado del área fútbol, se prefiere esconder todo debajo de la alfombra, dejando pasar cada suceso como si nada, inclusive el cruce Izquierdoz-Fabra, sin explicaciones. El látigo es el arma con la que se castiga a quien no comparte las ideas y los silencios en un plantel que por lo bajo se ha mostrado en contra de lo que entiende es un “manoseo”.

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Al respecto, en las últimas horas se escucharon voces críticas para con la dirigencia en general y Riquelme en particular. Daniel Angelici, el ex presidente, volvió a referirse a la relación de Tevez con el Consejo de Fútbol y afirmó que al “Apache” lo “han ninguneado”; mientras que Oscar Ruggeri consideró que “si no se prepara como corresponde”, Román podría “terminar comoPassarella en River”. Angelici dijo que “Carlos (en referencia a Tevez) es una persona que tiene mucha experiencia porque fue un jugador exitoso en todos los clubes en los que estuvo. Creo que lo han ninguneado de entrada, pero él es profesional, terminó haciendo un buen campeonato el año pasado y a los 37 sigue dándole cosas a Boca... Tuvo un golpe muy fuerte que fue la muerte de su padre, pero va, entrena y no se mete en puteríos”.

El anterior titular de la institución azul y oro criticó el desempeño de la actual dirigencia que preside Jorge Ameal y recordó las acusaciones que recibió de parte de ella. “Boca es un club muy grande que necesita un presidente presente y hay que estar en el día a día tomando decisiones, cosa que no veo hoy. Yo salí a hablar cuando me hicieron denuncias sobre la administración que creo que fue un fuerte nuestro”.

“El socio les dio el voto de confianza, tienen que gobernar, pero no son los dueños del club. Yo les deseo lo mejor, por Boca, porque quiero que a Boca le vaya bien siempre”, advirtió y por último, deslizó una crítica hacia Riquelme por presenciar los encuentros de local rodeado de ex jugadores que trabajan en el club, algunos amigos y sus familiares directos: “Uno ve en la cancha que están familiares y jugadores amigos de él, mientras varios lo tenemos que ver por televisión”, cuestionó.

En medio de este clima el conjunto boquense llega al partido de hoy contra Defensores de Belgrano por la Copa Argentina, y aunque con una formación alternativa, es un examen que en el caso de no aprobar tendrá consecuencias muy fuertes en la antesala del cruce con Independiente por la Copa de la Liga Profesional