Detrás de la maquinita: ¿Cuánto gana un famoso en las redes?

Hasta en cuarentena, con todos los famosos encerrados, los escándalos estallan: el de las últimas semanas fue el de la “maquinita” NuSkin, un dispositivo de belleza facial que promocionaron varias famosas y que es un “negocio multinivel” (no se obtiene ganancias solo de los productos vendidos sino, sobre todo, de crear una red de asociados de los cuales se cobra comisión).

Un ejército de famosas de primer nivel (Nicole Neumann, Marcela Kloosterboer, Florencia Peña) promocionó “la lumi”, el dispositivo para exfoliar el rostro, pero aparecieron también voces disidentes como La China Suárez y Jimena Barón, quienes además aconsejaron que para tener la piel linda no son necesarios productos caros sino una rutina sana de vida, en alusión a la feroz invasión de marcas de belleza en las cuentas de decenas de famosas.

Es que NuSkin es diferente al resto de las publicaciones publicitarias que las famosas realizan en Instagram: no es una publicidad tradicional, de esas a las que ya nos acostumbramos en las redes, sino que NuSkin no paga a las famosas por mostrar el aparatito. No hacen publicidad, sino que trabajan con cuentas de más de 20 mil seguidores y el usuario decide si solo va a utilizar su cuenta para vender el producto, o para sumar nuevos vendedores utilizando la popularidad de su canal.

No extraña que la movida haya sido denunciada inmediatamente como un estafa piramidal, y que las famosas hayan sido atacadas por defender un producto que, como el resto de los que publicitan, probablemente no usen y no sepan si funciona o no, pero que en este caso involucra sumar gente al esquema de ventas.

¿No sabían lo que hacían? Puede ser, sobre todo si es cierto que la marca, como afirmó en un artículo del diario La Nación, no hace regalos, es decir, no brindó el producto a las celebridades, sino que simplemente les acercó la posibilidad de ser parte del negocio. También, claro, son tiempos donde muchas de nuestras famosas están buscando cómo “juntar el mango”, sin perspectivas de pronta reapertura de salas de teatro y cine, recintos para la música y rodajes para la pantalla grande y chica.

Una publicidad en Instagram oscila entre los $100 mil y los $150 mil por 50 mil likes

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De hecho, no pasó demasiado tiempo hasta que desde el grupo de famosas que promocionaron la maquinita, con ese argumento, salieran alguien en defensa de su honestidad y, de paso, atacando a “la contra”: La China, Barón y todo aquel que se pronunciara por encima de este tipos de promociones en Instagram.

Cinthia Fernández abrió el fuego, revelando que Suárez tenía, como es costumbre entre las famosas, una cuenta paralela donde promociona productos para la belleza y el cuidado personal: “Si tenés un Instagram con tu nombre paralelo es para controlar tus ventas, sino lo haces del personal, eso es porque cobras comisión al igual que nosotras, cosa que no tiene nada de malo, tranquila. Nosotras no reclutamos ni obligamos a nadie. Recomendamos igual que vos y justamente mostré la información de qué haces lo mismo porque te sigue mucha gente y está bueno que sepan que es un trabajo. Muchas mujeres salieron adelante económicamente vendiendo productos que son buenísimos, así como lo puede ser el tuyo. Es una manera de venta. No hay que juzgar la próxima”, defendió su promoción de “la lumi” la morocha, apuntando que no hay grandes diferencias entre su forma de publicitar y la de La China.

Efectivamente, las cuentas personales de las famosas suelen “disfrazar” este procedimiento: las utilizan para mostrar su vida y actividades, y cada tanto aparece una historia o un posteo donde muestran cómo funciona algún producto: arrobada o etiquetada aparece en esas publicaciones la otra cuenta, que es, básicamente, una vidriera donde la mencionada famosa publicita los productos de alguna marca, que las famosas mantienen “privadas” (es decir, hay que pedir autorización para verlas). La China Suárez, dijo Cinthia, tiene la suya, pero con productos de otra empresa de cosmética (aunque su esteticista dijo que no recibe comisión, sino que es solamente un canal dedicado al cuidado personal que no pertenece a la actriz) y allí, como en el resto, aparece un enlace que lleva a la tienda de productos online de la empresa.

Es una profundización del negocio publicitario tradicional: aunque no promueva un esquema piramidal como parecía hacer NuSkin (porque no busca sumar vendedoras), de lo vendido a través de esas vidrieras virtuales se llevan una comisión.

Así, si alguna vez te preguntaste cómo sostienen su nivel de vida “influencers” que no trabajan en televisión o cine hace años, aquí parte de la respuesta: la venta por comisión se suma a las ganancias por la publicidad, que aunque no tiene un monto fijo oscila entre los 100 mil y los 150 mil pesos por una foto en Instagram que alcance más de 50 mil likes. El video se cobra más caro, y, claro, los famosos pueden negociar su tarifa.

Y no es nada: a empresas multinacionales la celebridad argentina le cuesta barata, teniendo en cuenta el valor del dólar y lo que cobran las grandes estrellas del espectáculo por cada publicación. Según estimaciones, Cristiano Ronaldo cobra casi un millón de dólares por cada publicación, un poco más que Lionel Messi, que pasa el medio millón de dólares. El jugador de la Juventus realizó el año pasado unas 50 publicaciones patrocinadas: hagan el cálculo de lo que ganó sacándose 50 fotitos...

Y no son los más caros de las redes: aunque celebridades más terrenales como Emily Ratajkowski cobran alrededor de 80 mil dólares una publicación, Selena Gomez cobra alrededor de un millón de dólares por cada publicación, y Kylie Jenner, gran aprendiz de la reina de los negocios 2.0, su hermana Kim Kardashian, se lleva unos 1.27 millones de dólares por patrocinio, aunque apenas realizó tres publicidades el año pasado, ya que en su cuenta vende su propia línea de maquillaje.