A la espera de Brasil

Pese a que estaba estipulado que viajara ayer mismo hacia Belo Horizonte, el seleccionado argentino pidió un permiso especial a la competencia y permaneció en Río de Janeiro, donde inició la preparación del clásico ante Brasil con un entrenamiento distendido en el predio deportivo de Fluminense, que tuvo como particularidad la presencia de familiares.

Ante esta situación, Lionel Scaloni ordenó el trabajo posterior a la victoria frente a Venezuela en el estadio Maracaná acompañado de Ian, uno de sus hijos, que vestía una camiseta azul del equipo nacional.

La sesión, como suele ocurrir después de cada compromiso, tuvo un carácter liviano y se desarrolló en un clima de alegría y tranquilidad después del resultado y la buena actuación del equipo ante la “Vinotinto” por cuartos de final.

Por un lado, los jugadores que fueron titulares en el cruce ante Venezuela trabajaron en la recuperación física dentro de uno de los gimnasios del lugar y luego algunos se relajaron en la pileta, también con la cercanía de sus seres queridos.

Muchos familiares de los jugadores permanecen todo el fin de semana en Río tras asistir al Maracaná, donde una de las “estrellas” en el palco fue Mateo, el simpático y alegre segundo hijo de Lionel Messi, que se robó varios de los flashes.

Otro grupo trabajó en uno de los campos de juego para realizar un partido en espacios reducidos, que fue observado atentamente por el entrenador y sus colaboradores. Del mismo participaron Paulo Dybala, Renzo Saravia, Roberto Pereyra, Milton Casco, Giovani Lo Celso, Guido Rodríguez, Matías Suárez, Ramiro Funes Mori y los arqueros Agustín Marchesín y Juan Musso.

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Franco Armani, por su parte, se ejercitó en uno de los arcos junto con el entrenador Martín Tocalli y algunos sparrings que colaboraron en la preparación del arquero de River.

El plantel argentino, que descansó la noche de ayer en Río, volverá hoy a entrenarse a puertas cerradas en el predio de Fluminense y por la tarde, cerca de las 14.30, emprenderá finalmente su viaje rumbo a Belo Horizonte, donde el martes a las 21.30 se jugará el pase a la final ante los anfitriones de la Copa.

Las entradas para el clásico del martes en el estadio Mineirao de Belo Horizonte están casi agotadas

Se estima que en la práctica de hoy, Scaloni comience a dar algunos indicios de lo que será la formación para el clásico. La principal duda es saber si mantendrá el esquema de tres delanteros que le dio buenos resultados y sobre todo funcionamiento ante Qatar y Venezuela o, dado el poderío ofensivo del rival, refuerza el mediocampo con un cuarto volante, por lo que Agüero o Martínez podrían dejar su lugar.

UN CLÁSICO MÁS QUE PAREJO

Argentina y Brasil tiene un historial general de 100 partidos con gran paridad: 38 victorias para los pentacampeones mundiales, 37 triunfos “albicelestes” y 25 empates.

En partido oficiales, el equipo argentino lleva una pequeña ventaja con 19 victorias, 12 empates y 17 derrotas en 48 encuentros; sin embargo, los antecedentes más recientes por Copa América favorecen claramente al “Scratch” hoy dirigido por Tité.

La victoria más reciente de Argentina en el clásico por el torneo sudamericano ocurrió por penales en los cuartos de final de Ecuador 1993, que además fue el último título del seleccionado mayor, bajo la conducción de Alfio Basile.

Desde entonces, Brasil salió airoso en cuartos de final de Uruguay 1995 y Paraguay 1999 y en las finales de Perú 2004 y Venezuela 2007.

En medio de esa racha, los brasileños también fueron ganadores de otro cruce de eliminación directa con la goleada por 4-1 en la final de la Copa de las Confederaciones 2005.

El equipo de Scaloni se clasificó entre los cuatro mejores del continente por tercera vez consecutiva -viene de ser finalista en Chile 2015 y Estados Unidos 2016- después de ingresar segundo en el Grupo B y eliminar a Venezuela en cuartos.

Brasil se adjudicó invicto el Grupo A y después dejó en el camino a Paraguay por penales tras empatar sin goles en el reglamentario.