Independiente Rivadavia vence 2 a 1 a Argentinos Juniors en la final de la Copa Argentina

Independiente Rivadavia de Mendoza escribió esta noche una de las páginas más gloriosas de su historia al consagrarse campeón de la Copa Argentina tras vencer 2-1 a Argentinos Juniors en una final vibrante disputada en el Estadio Monumental Presidente Perón de Instituto de Córdoba. El equipo de Alfredo Berti, que jugó gran parte del partido con un hombre menos, resistió, golpeó en los momentos justos y supo sobreponerse a la adversidad para coronar una campaña inolvidable.

El encuentro comenzó con el protagonismo repartido, aunque los mendocinos golpearon primero y rápido. A los ocho minutos del primer tiempo, Álex Arce aprovechó un error garrafal de Sergio “Chiquito” Romero en un centro pasado y conectó de cabeza para abrir el marcador. El tanto, producto de un blooper del arquero de Argentinos, encendió al público leproso y le dio confianza a un equipo que se mostró sólido en defensa y peligroso en las transiciones. Sebastián Villa, en su primera final con la camiseta azul, se convirtió en un dolor de cabeza constante para la defensa rival con su velocidad y desequilibrio.

Argentinos Juniors intentó responder con la conducción de Hernán López Muñoz y las proyecciones de Florentín, pero se topó con la firmeza del arquero Ezequiel Centurión, ex River, que intervino con seguridad en cada intento. A los 41 minutos, la Lepra sufrió un duro golpe con la expulsión de Franco Amarfil por doble amarilla, lo que condicionó el cierre del primer tiempo. Aun así, el equipo mendocino se fue al descanso con la ventaja mínima y una entrega que ilusionaba.

El complemento comenzó con dos cambios ofensivos en el conjunto de La Paternal, que buscó el empate con decisión. A los 46 minutos, Luciano Gómez salvó milagrosamente sobre la línea un remate de corta distancia, manteniendo con vida la ilusión mendocina. Sin embargo, la insistencia del “Bicho” tuvo recompensa: a los 63 minutos, Alan Lescano capturó una pelota en el área y venció a Centurión para poner el 1-1 parcial. La igualdad parecía inclinar la balanza hacia los porteños, que además contaban con un jugador más.

Pero la reacción de Independiente Rivadavia fue inmediata y heroica. Apenas un minuto después, Matías Fernández encaró desde la izquierda tras una asistencia de Villa, eludió a un defensor y definió cruzado ante un Romero inmóvil para volver a poner a su equipo al frente. El 2-1 encendió el estadio y cambió el guion del partido. El elenco mendocino, pese al cansancio y la inferioridad numérica, se aferró con alma y corazón a la ventaja.

La tensión se elevó en los minutos finales, con una tapada monumental de Centurión a Tomás Molina que evitó el empate y selló su nombre como una de las figuras del encuentro. En medio del nerviosismo, el técnico Alfredo Berti fue expulsado tras una discusión con López Muñoz, pero su equipo resistió con temple y determinación.