Posibles cambios y un enroque de piezas en el Gabinete nacional

La discusión del Presupuesto nacional, habilitada tras la presentación que anoche hizo el presidente, Javier Milei, en el Congreso, podría llegar acompañada de algunos cambios clave en la primera línea del Gobierno. Si bien es cierto que todo dependerá de los resultados que el oficialismo consiga en el fragor de ese debate, los rumores ya echaron a andar.

El principal es el que habla de una eventual salida del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, recién recuperado de un cuadro de hipotensión aguda que lo obligó a internarse y que, según distintas versiones podría pasar a la Cancillería para ser reemplazado en la jefatura de los ministros por Karina Milei, la Secretaria General de la Presidencia que además lleva la batuta de la construcción partidaria de la Libertad Avanza.

La salud de Francos aparece entre los motivos de este posible enroque. Pero también las internas en el Gobierno. En especial, las ventiladas tensiones entre el jefe de Gabinete y el asesor estrella de Milei, Santiago Caputo.

Aunque él mismo lo desmintió, muchos asociaron la internación de Francos con un supuesto pico de estrés por haber sido desautorizado en público tras asegurar en la Cámara de Diputados que el Ejecutivo estaría dispuesto a corregir el polémico decreto que limita el acceso a la información. Algo que después negaría el vocero presidencial, Manuel Adorni, con quien el titular de la jefatura de Gabinete tuvo una fuerte discusión y, a través de él, le hizo llegar su enojo a Caputo. “Lo puteó en serio. Tenía que ponerles un límite. Su rol de informar ante el Congreso está en la Constitución y no puede ser cuestionado por un asesor sin firma. Debía poner cierto orden, sino para qué está”, reconstruyó una fuente cercana al ministro.

Tras esos cruces, Francos no quedó en las mejores condiciones para asumir más tareas y, pese a su pronta recuperación, su internación generó preocupación en el Gobierno.

Tanto que habló de su salud con el Presidente, al que le habría anticipado que buscaría moderar su ritmo de trabajo.

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Eso se contrapone con lo que se había acordado en la mesa chica que el mandatario comparte con su hermana Karina, Santiago Caputo, el propio Francos, Patricia Bullrich, Martín Menem y Manuel Adorni. Allí se insistió en la necesidad de revalorizar el papel de Francos al frente de las gestiones políticas, para evitar así la interlocución desacoplada de los vicejefes de Gabinete, José Rolandi, y Lisandro Catalán, y las negociaciones paralelas del asesor Caputo, quien se corrió de la interlocución con el Congreso.

Hay coincidencia en que los políticos (sobre todo los gobernadores) se entienden mejor con Francos, a quien le reconocen su expertise negociadora, que con Santiago Caputo, al que le achacan cierta iracundia. Aún en las sombras y por redes sociales, el asesor estrella de Milei sigue siendo una presencia urticante para muchos.

Pero la salud de Francos, la suerte del oficialismo con el Presupuesto en el Parlamento y las nunca apagadas internas del Gobierno podrían guiar la brújula de los cambios que se rumorean en el Gabinete libertario.