Novios y amigos: una tensión constante que puede complicar las relaciones

La nueva normalidad ha traído consigo un desafío inesperado pero fundamental: equilibrar el tiempo entre parejas, amigos y familiares. Después de largos periodos de aislamiento, donde las relaciones se vieron confinadas a los límites del hogar, el regreso a una vida social activa ha planteado preguntas importantes sobre cómo gestionar las conexiones interpersonales sin descuidar ningún aspecto vital de nuestras vidas.

En su libro “Friendship: The Evolution, Biology, and Extraordinary Power of Life’s Fundamental Bond”, la periodista científica Lydia Denworth argumenta que las amistades no son solo un lujo sino una necesidad. Denworth explora la importancia de la amistad para nuestra supervivencia, equiparando la soledad con peligros para la salud tan graves como fumar cigarrillos o la obesidad. Esto lleva a reflexionar sobre cómo las vidas ocupadas y centradas en el trabajo a menudo ponen en riesgo las conexiones sociales.

El dilema de cómo equilibrar el tiempo entre las relaciones personales se vuelve particularmente prominente entre los 30 y 40 años. Según los estudios citados por Denworth, es en esta etapa de la vida cuando muchas amistades se desvanecen, opacadas por las demandas del trabajo y la familia. Sin embargo, preservar estos vínculos es crucial, no solo para el bienestar emocional, sino también para la salud mental.

Por su parte, Silvana Savoini, psicóloga y sexóloga, subraya la importancia de mantener espacios individuales dentro de las relaciones de pareja. Explica que interactuar socialmente con otras personas permite una “ventilación emocional” necesaria para el sistema de la pareja, contribuyendo a la salud de la relación al proporcionar perspectiva y mantener el deseo sexual.

Pero, ¿cómo se puede lograr un equilibrio efectivo? Laura Enríquez, psicóloga y terapeuta de parejas, reconoce que no es una tarea sencilla, especialmente dada la naturaleza exigente de la vida moderna y los mandatos sociales que priorizan la productividad. Sin embargo, destaca que estar en pareja implica encontrar un espacio compartido, construido sobre la intimidad, la conexión y la comunicación.

Enríquez sugiere que más importante que la cantidad de tiempo compartido es la calidad de este. Es crucial planificar y propiciar momentos que sean significativos para ambos miembros de la pareja. Esto es especialmente importante para aquellos que conviven, ya que la convivencia diaria puede confundirse fácilmente con un tiempo de calidad, cuando en realidad puede estar centrada en responsabilidades y obligaciones.

LE PUEDE INTERESAR

Vacaciones para jóvenes: una guía para disfrutar del verano

LE PUEDE INTERESAR

Toulouse, la “ciudad rosa” con un encanto especial

Incorporar este concepto de calidad sobre cantidad no solo con la pareja sino también en todos los vínculos es fundamental. Enríquez enfatiza que asignar prioridades a los vínculos es también una forma de comunicación.

Otro aspecto clave es la conversación y la planificación. Aunque puede parecer poco romántico, estructurar el tiempo y jerarquizar los encuentros puede ser vital para mantener un equilibrio saludable en nuestra vida social. Savoini advierte que frecuentemente relegamos los encuentros socioafectivos al último lugar en nuestra lista de prioridades, lo que no solo carga la relación con interacciones basadas en deberes y obligaciones, sino que también afecta nuestra calidad de vida.

No imponer expectativas

Un aspecto crucial es no imponer expectativas, sino más bien expresar y comprender las expectativas de cada uno en la relación. Esto facilita una comunicación eficaz, lo que permite transmitir de forma asertiva los deseos y escuchar las expectativas del otro para llegar a acuerdos conciliatorios.

Es importante reconocer que habrá desafíos y dificultades en el camino. Los imprevistos y el poco tiempo libre son obstáculos comunes que hay que sortear. Enríquez sugiere que si surgen reproches o quejas dentro de la pareja, es crucial hablar y expresar estas sensaciones de manera asertiva. Sugiere elaborar propuestas que funcionen para ambos, incluyendo actividades personales, tiempo de calidad con otras personas y tiempo para la familia, en caso de que la haya.

En algunos casos, puede ser beneficioso buscar la consulta profesional, ya sea a través de terapia individual o de pareja. Enríquez recalca que la terapia no es solo para casos extremos; a menudo, unas pocas sesiones pueden mejorar significativamente la calidad de vida de una persona o una pareja.

Además, es crucial estar atentos a las señales de un vínculo absorbente. Savoini advierte contra los apegos ansiosos y la necesidad de controlar, que pueden limitar la libertad de la otra persona. En lugar de etiquetar a una persona como “absorbente”, sugiere pensar en términos de vínculos de dependencia y trabajar hacia la fomentación de la autonomía dentro de la pareja.

Finalmente, Savoini concluye que identificar las vulnerabilidades de cada uno y fomentar la autonomía no solo ayuda a resolver los desafíos de gestión del tiempo, sino que también contribuye significativamente a la intimidad y salud de la pareja. Este enfoque integral y reflexivo hacia nuestras relaciones interpersonales es esencial para navegar con éxito la complejidad de nuestras vidas modernas, donde el equilibrio entre trabajo, amor y amistad es más crucial que nunca.

En el mundo

En la dinámica social contemporánea, un fenómeno cada vez más frecuente se presenta en la intersección de las relaciones de amistad y las relaciones de pareja. La dificultad de mantener un equilibrio saludable entre ambos aspectos de la vida social se ha convertido en un tema de debate y reflexión.

Conforme publicó Diario.es, Irene y Pedro, una pareja de Madrid, ejemplifican esta situación. Tras siete años juntos, incluyendo un período de relación a distancia, ahora viven en la misma ciudad y comparten la mayoría de sus actividades sociales. Para Irene, esto es un aspecto positivo, una forma de integrar a su pareja en su círculo social. Sin embargo, Pedro, en ocasiones, siente cierta incomodidad al ser el único en estas situaciones que acompaña a su pareja.

Por otro lado, Samuel, un joven de un barrio del sur de Madrid, observa cómo la dinámica de su grupo de amigos ha cambiado con el tiempo. Algunos de ellos ahora prefieren estar siempre acompañados de sus parejas, lo que ha generado divisiones dentro del grupo. Samuel ve este comportamiento como una pérdida de la calidad del tiempo que antes compartían solo como amigos.

Este fenómeno no es exclusivo de un grupo o área geográfica. En muchas sociedades, se observa una tendencia creciente hacia lo que algunos expertos denominan “amor compañero”. Sergio García Soriano, un psicólogo especializado en vínculos de pareja, explica que este tipo de amor se caracteriza por una dilución de la individualidad, donde las parejas tienden a operar como una unidad indivisible en todos los aspectos de la vida.

Esta tendencia puede derivar de diferentes causas. En algunos casos, se debe a un apego ansioso en uno de los miembros de la pareja, que se siente inseguro sin la presencia constante de su compañero. En situaciones más extremas, puede evolucionar hacia un comportamiento celotípico, donde uno de los miembros de la pareja siente la necesidad de controlar todos los aspectos de la vida del otro.

Clara, una joven de Murcia, vivió una relación marcada por la celotipia. Su pareja requería su presencia constante, alegando sentirse ansioso y desconfiado si no estaban juntos. Esto, según García Soriano, es un ejemplo de una relación tóxica donde la celotipia crea un entorno de sometimiento y control.

No obstante, existen parejas que, a pesar de asistir juntas a eventos sociales, mantienen una independencia relativa dentro del grupo. Sergio, perteneciente a un grupo de amigos en el que la mayoría tiene pareja, siente que la presencia de las novias enriquece sus reuniones grupales. Sin embargo, también ha experimentado situaciones en las que preferiría tener momentos exclusivamente con sus amigos, sin la presencia de las parejas.

Hablar de manera abierta

García Soriano aconseja que en estos casos es crucial comunicar de manera abierta y respetuosa las necesidades y expectativas de cada uno. Sugiere establecer de antemano el formato de las reuniones sociales para evitar malentendidos y tensiones. Por ejemplo, especificar cuando se trata de un evento solo para amigos puede ayudar a mantener claras las expectativas.

En este contexto, el desafío para muchos es encontrar un equilibrio entre nutrir las relaciones de pareja y preservar las amistades individuales. El equilibrio adecuado varía de una relación a otra y depende en gran medida de la comunicación, la comprensión y el respeto mutuo entre todas las partes involucradas.

El impacto de esta dinámica no se limita solo a las relaciones personales. También tiene implicaciones más amplias en la salud mental y el bienestar emocional. La capacidad de mantener relaciones sociales satisfactorias fuera de la pareja es crucial para el desarrollo personal y la salud emocional.

En la era de las redes sociales y la comunicación digital, donde las interacciones personales a menudo se reducen a intercambios en línea, el valor de las relaciones cara a cara cobra aún más importancia. La necesidad de mantener un equilibrio saludable entre las diferentes esferas de la vida social se vuelve aún más crítica.

El fenómeno de las parejas que se vuelven inseparables también plantea preguntas sobre la autonomía personal y la identidad individual dentro de una relación. La capacidad de mantener una identidad separada y disfrutar de actividades independientes es fundamental para el crecimiento personal y la salud de la relación.

La influencia de las normas culturales y las expectativas sociales también juega un papel en cómo las personas navegan sus relaciones de amistad y pareja. En algunas culturas, existe una mayor aceptación de las parejas que hacen todo juntas, mientras que en otras se valora más la independencia individual.

Las etapas de la vida

El equilibrio entre amistad y pareja también puede verse afectado por etapas de la vida y circunstancias cambiantes. Por ejemplo, la llegada de los hijos, los cambios en la carrera o la reubicación pueden requerir un ajuste en la forma en que las personas gestionan sus relaciones sociales.

En última instancia, el desafío de equilibrar las relaciones de amistad y pareja es un reflejo de la naturaleza compleja y multifacética de las relaciones humanas. Mientras que algunas parejas pueden encontrar fácilmente un equilibrio que funcione para ellos y sus amigos, otras pueden luchar por alcanzar ese punto medio saludable.

Los expertos sugieren que la clave para navegar con éxito estas aguas a menudo turbulentas reside en la empatía, la flexibilidad y la disposición a comprometerse. Al entender y respetar las necesidades y límites de los demás, las personas pueden forjar relaciones más sólidas y satisfactorias tanto con sus parejas como con sus amigos.

La sociedad moderna continúa evolucionando, y con ella, las dinámicas de las relaciones personales se desarrollan de modos más avanzados. A medida que las personas se enfrentan a nuevos desafíos y oportunidades en sus vidas sociales, la búsqueda del equilibrio entre la amistad y la pareja sigue siendo una cuestión relevante y de importancia continua.

Puede parecer poco romántico, pero estructurar el tiempo y los encuentros sería vital

El dilema del tiempo entre las relaciones se vuelve prominente entre los 30 y 40 años