Los dos antecedentes de Estudiantes con Goiás: la palomita de Calderón

La Copa Libertadores de 2006 fue mágica para Estudiantes. No logró el título ni tampoco llegar a la definición. Pero fue el germen de lo que cosecharía tres años después en Belo Horizonte ante Cruzeiro. Ya se palpitaba que algo bueno podía suceder.

En ese camino se cruzó con Goiás, el equipo del interior de Brasil, con tradición en los campeonatos brasileros y en competiciones internacionales. Fueron dos los partidos jugados en esa Copa épica: la de los goles en los últimos minutos, la de las remontadas y la que mostró en cancha a varios jugadores del Club con enorme sentido de pertenencia. Fue el regreso a la Libertadores después de casi 20 años y la que hizo que nunca más dejara tanto tiempo de lado pese a no vivir siempre un presente de bonanza. Pero se puede decir que volvió para quedarse.

En los octavos de final de la Copa Libertadores de 2006, luego de superar de manera dramática la zona que integró junto a Bolívar, Independiente Santa Fe y Sporting Cristal, el Pincha que dirigía Jorge Burruchaga tuvo que medirse por primera y única vez contra este equipo brasilero de camiseta verde en una serie que se disputó el martes 25 de abril y el miércoles 4 de mayo de ese año, que en el final le regalaría una de sus mayores alegrías de la historia moderna.

Esa noche en Quilmes el Pincha formó con Martin Herrera; Marcos Angeleri, Juan Cáceres, Agustín Alayes, Jorge Núñez; Rodrigo Braña, Marcos Gelabert, Juan Manuel Huerta, José Sosa; José Luis Calderón y Mariano Pavone. En el segundo tiempo ingresaron Diego Galván, Pablo Lugüercio y Marcelo Carrusca.

No fue para nada sencillo el encuentro, porque pese a que el local fue más y dominó el partido al menso territorialmente, no tuvo lucidez para pisar con superioridad numérica el área rival. Recién en el tramo final del encuentro logró la diferencia que le dio un impulso mayor para viajar a Goiania.

El partido fue 2-0 en favor de Estudiantes gracias a un gol de Diego Galván a los 35 minutos del segundo tiempo. Le dieron un pase frontal, la paró de pecho y desde afuera del área remató fuerte y sin chances para el arquero. El segundo gol llegó en el minuto final y fue de penal. Lo hizo José Luis Calderón tras una mano adentro del área. El rival terminó jugando con 9 hombres por las expulsiones de Leonardo y Danilo Portugal, ésta última en el minuto final.

En la cancha de Quilmes, en donde el Pincha hizo de local toda la competencia, estuvo presente esa noche el hincha albirrojo más celebre: Carlos Salvador Bilardo, que no se quiso perder otra función de ese equipo de los milagros: le había ganado 4-3 a Cristal después de estar 3-0 abajo, derrotó a Santa Fe con un gol en el minuto 44 e hizo lo propio con Bolívar, sobre el final, tras arrancar 1-0 abajo.

La revancha se jugó en Brasil. Primera vez que Estudiantes viajaba a Goiania, un estado poco turístico para los argentinos y salvo una buena gastronomía no ofrece demasiado salvo que uno viaje por negocios. Una buena cantidad de simpatizantes acompañó al plantel, unos pocos en vuelo en el vuelo chárter (lo hizo en el Tango 03, el de la presidencia) y la mayoría en vuelos comerciales.

El partido fue cuesta arriba para el equipo de Jorge Burruchaga, que sufrió la extensión del Serra Dourada (el mismo estadio donde se jugará la revancha en esta serie por Sudamericana). Los mismos once que en Quilmes la pasaron mal y a los 9 minutos del segundo tiempo Vitor marcó el primero. A los 21 Nonato llegó al segundo y se venía la noche para ese equipo con muchos juveniles y algunos jugadores con rodaje pero pasados de kilometraje.

Pero a falta de 10 minutos llegó un desborde por la derecha del Tanque Pavone, que le ganó a su marcador y tiró un centro pasado. Por el segundo palo apareció José Luis Calderón que conectó de cabeza con una palomita para poner el 2-1. En aquellos años el gol de visitante valía doble, con los cual Goiás debía hacer dos más para clasificar y entonces la multitud se calló. Y el equipo mermó su intensidad.

Recién en el último minuto el local logró la nueva diferencia, pero ya no quedó tiempo para mucho más. Sufrió pero se clasificó Estudiantes, que nuevamente quedó entre los 8 mejores equipos del continente. Lo esperaría Sao Paulo, el primer partido a jugarse en una semana pero la revancha quedaba para después del Mundial de Alemania. Una serie, contra Goiás, que quedó en la historia. En horas comienza otra.

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