Qué hay detrás de los gestos entre Massa y Cristina

El ministro Sergio Massa devolvió ayer el respaldo a su gestión que le brindó Cristina Kirchner un día antes en el Teatro Argentino, destacando el valor conceptual de su discurso. Así, esta saga de las últimas 48 horas no hace más que demostrar que por esas dos figuras pasan las decisiones fuertes del Gobierno. Una aparente corriente de afinidad que algunas fuentes del PJ se animan a proyectar hacia una fórmula presidencial que encabece el de Tigre, en compañía de algún dirigente representativo de la Vicepresidenta. Pero eso será más sobre el cierre de listas, previsto para junio, porque los sectores duros del kirchnerismo mantienen la esperanza de ver a la vice en la boleta.

La aparición de Massa tuvo un condimento extra: irrumpió en el acto el presidente Alberto Fernández, presencia no esperada por los concurrentes. Seguramente sí por el ministro, aunque ayer persistían las dudas. A Fernández y a Cristina los separa un océano de diferencias, entre ellas la idea de realizar las Primarias Abiertas del Frente de Todos. El primero las cree necesarias; la segunda y su gente piensan que hay que evitarlas. Massa no se ha expresado al respecto.

CRISIS ECONÓMICA

Lo de ayer fue en el Centro Cultural Kirchner (CCK). Hubo varios gobernadores en la presentación del Plan Integral Argentina Irrigada (una idea de riego tecnificado) y ocurrió en el epílogo de una semana caliente para Massa: crisis cambiaria con la suba del dólar blue y los financieros y su decisión de la intervenir en el mercado con el Banco Central, en contra del acuerdo con el FMI pero con un supuesto permiso excepcional del organismo.

Cristina Kirchner

El ministro habló antes que Alberto. Cuestiones protocolares. Planteó lo que definió como el desafío y la necesidad de “pensarnos a 10 años”. Esa es una frase que había utilizado Cristina en La Plata, en su clase magistral del jueves.

“Teniendo uno de los 10 países más grandes en superficie del mundo, el otro gran desafío es ver cómo transformamos el agua, la inversión de nuestras empresas, el talento creativo para generar valor agregado sobre el agua, de alguna manera la generación de valor y de defensa del recurso estratégico en un mundo en el que la discusión, la distribución y el valor de las proteínas va a ser tan importante como la discusión alrededor de otros de otros recursos estratégicos. Además, nos pone en una situación de pensarnos a 10 años”, comenzó.

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Y deslizó el guiño a Cristina: “Ayer (por el jueves) la escuchaba a la Vicepresidenta plantear ‘con cabeza nueva en un mundo nuevo’. Y es así, efectivamente. Hablamos de comercio exterior y miramos a nuestro socio principal regional Brasil como un competidor. Pero también como un aliado. Es así, mirar al mundo con una lógica distinta”. No dijo ni una palabra sobre el Presidente, que lo miraba.

Alberto también habló. Pidió un aplauso a los presentes para Massa apenas comenzó. Se aclara: porque era el cumpleaños número 51 del ministro.

Fue medio redundante sobre lo que dijo el titular de Economía respecto al plan de riego para beneficiar a productores y tiró dos conceptos políticos. Uno: “Los ciclos políticos pueden cambiar, lo que no cambia es la necesidad de nuestro pueblo”. Dos: “Si queremos construir una economía pujante, lo ideal sería que bajemos tanto barullo en la política, veamos cómo el mundo ha cambiado y nos dediquemos a construir nuestro futuro”.

Sergio Massa

EN BUSCA DE CONSENSO

¿Una invitación, aquello de bajar el barullo, a firmar una cierta paz con el cristi-camporismo? Es posible. Porque uno de los rebotes internos de la entente Cristina-Massa es que se ha extendido en el peronismo la idea de que sólo sería posible que el ministro fuera candidato presidencial a partir de un consenso, sin discusiones internas.

Es un detalle del microcosmos gubernamental pero ayer se hizo la siguiente lectura: si lo de Alberto fue efectivamente una aparición sorpresa en un acto con los gobernadores del justicialismo, el dato resulta lapidario para él; subraya el estatus de cabeza sólo formal del Gobierno justo a una semana de haber anunciado que no competiría por la reelección desfavorecido por los números de las encuestas y por la mayoría de su propio espacio político.

Massa, al revés, se muestra hiperactivo, manejando la relación con Washington, reunido con sindicalistas, empresarios y piqueteros y, como el jueves, viajando a Uruguay a cerrar un préstamo con un organismo internacional.

Cristina en su aparición le facilitó al ministro el ejercicio de hacer público lo que ambos creen: la necesidad que tiene el gobierno de flexibilizar el acuerdo con el FMI por el pago de la deuda contraída por el macrismo, cambiar rigideces que no hacen más que profundizar un ajuste en la economía en el medio del año electoral.

La vice introdujo, además, un posible argumento de campaña del Frente, una explicación de ciertas falencias de gestión, más allá de quién sea el candidato: la inflación, el gran martirio que el Gobierno no ha podido domar, es en realidad responsabilidad del Fondo porque el propio acuerdo suscripto por la gestión de Fernández es inflacionario.