Marta González: “Las madres nos equivocamos por amor”

Marta González estaba en medio de los preparativos de un viaje de celebración con su hija, tras el cual encararía el desafío de una obra teatral que tenía apalabrada, incluso, “hasta había arreglado que me pagaran el mes que iba a estar afuera”, cuenta en diálogo con EL DIA. Se trataba de una comedia que no le gustaba tanto por su historia sino por su dirección: Lia Jelin. Pero cuando el libro de “Madre hay una sola, dos sería demasiado” le llegó a sus manos supo que ese sería el proyecto adecuado para volver al teatro una vez más. Así, durante esas anheladas vacaciones, que las tuvo a las dos disfrutando de paisajes europeos paradisíacos, la actriz compuso a Betty, el personaje con el que mañana, desde las 21, volverá a La Nonna.

-¿Y cómo hiciste con la obra anterior?

-Les dije la verdad. ¿Sabés lo que pasa? Cuando uno va con la verdad, no se equivoca. Y así fue. Estudié la obra en el crucero. Una tonta (risas)…

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La verdad, en su caso, había sido la experiencia de amor a primera lectura: una lectura imposible de detener y en la que las carcajadas brotaban por sí solas. “Lo mismo me había pasado con ‘Taxi’”, recuerda, sobre el clásico que protagonizó con Carlos Calvo y Ricardo Darín, allá a lo lejos, en 1985: “imaginate los años que hará que era cuando Darín andaba con Susana”, bromea.

Y como con aquel suceso escrito por Ray Cooney, y que escogió por instinto sobre otro proyecto en el que casi estaba confirmada, el texto de “Madre hay una sola, dos sería demasiado” le hizo inclinar la balanza a su favor.

En esa historia, la experimentada intérprete, que tiene más de siete décadas de trayectoria, comparte escenario con Lorena Paola, con quien compone un duelo actoral desopilante.

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Dirigida por Hernán Bonsergent, la ópera prima del bailarín Sergio Rodolao fue escrita durante la pandemia y a González la tiene maravillada. “Tiene momentos que no llegan a ser dramáticos pero que te llegan al corazón”, repasa, sobre el reencuentro de esa hija con esa madre después de 10 años y tras el paso de mucha agua bajo el puente.

Momentos de emoción que, según advierte la actriz, no le dan lugar a los golpes bajos, con pasos de comedia “que hacen que la gente se ría como loco”, algo que no es para subestimar en los tiempos que corren. “La gente necesita reírse, necesita divertirse, necesita estar bien”, admite.

¿Puntos en común con Betty? “Sí, claro, todas las madres tenemos algo en común: somos entrometidas y nos equivocamos mucho pero nos equivocamos por amor, por querer proteger”, dice Marta que le dio a su criatura sello propio al incorporar casi para cada una de sus frases un dicho, de esos de antes; refranes que echarán más nafta al fuego generacional con su hija.

“Llega un momento en el que ustedes, las hijas, nos quieren enseñar todo el tiempo como si nosotras hubiéramos pasado nuestra vida de gusto. Es lógico, porque empezamos a necesitar de ustedes, pero ¡me da una bronca! Porque parece que todo lo que hacemos está mal: ‘¿por qué hacés esto?’ ‘¿por qué decís lo otro?’ ¡Porque yo soy así!”, exclama, dando pistas de los carriles por los que andará la trama.

A esta altura de su vida, González confiesa que “hace las cosas por gusto, goce, placer”. Ni siquiera estos días de calor agobiante, que la tienen de día encerrada en su departamento con el ventilador viendo Netflix o jugando con la computadora, padece por el hecho de tener que salir a la tardecita a trabajar.

“Me gusta hacer el tipo de teatro que el público acepta, sean 10 o sean 500: me gustan las obras en las que el público se mete en lo que estamos planteando y que hace catarsis porque la risa, las lágrimas y los silencios sirven para hacer catarsis. El teatro no existe sin gente y por eso me encanta, porque la respuesta es inmediata y esto lo goza no sabés de qué manera el actor”, confiesa.

Para Marta, “todo el mundo debería tener que tomar clases de actuación porque con el paso del tiempo vamos perdiendo el placer lúdico, el placer por jugar que tenemos de chicos. ¿Y qué otra cosa es el teatro sino jugar a que sos otra persona?”.

A punto de cumplir los 80 años, no piensa en retirarse. Incluso, admite que “le encanta” seguir saliendo de gira, y recuerda cómo en tiempos pasados disfrutaba de esos interminables viajes terrestres por el país de punta a punta, como los que ha hecho con “Brujas”: “No sabés cómo duermo en esos micros, porque es como dormir en un cochecito de bebé”, cierra, entre risas.

Lorena Paola es la hija en“Madre hay una sola”