Un retiro con mucho ruido

La continuidad de Lewis Hamilton en la Fórmula 1 pasó a ser el tema más fuerte a nivel automovilístico a punto tal que se habla con la misma intensidad que si hubiera salido campeón. Los silencios del inglés provocan más ruido que cualquiera de las declaraciones picantes a las que nos tuvo acostumbrados durante todo 2021 y cada gesto que se genera en los alrededores del multicampeón inglés hacen temblar a la F1.

¿Qué pasó? Fundamentalmente desde la semana pasada se ha instalado la versión de un posible retiro de la actividad de Lewis a partir de algunas señales provenientes de Toto Wolff, ni más ni menos que el jefe y el accionista del equipo Mercedes Benz, pero fundamentalmente muy amigo del piloto que perdió hace pocos días el duelo con Max Verstappen por el número 1. A partir de las palabras del team-manager austriaco se comenzó a analizar en el mundo motor qué posibilidades hay de que esa bomba explote y la categoría pierda a un animador central.

Dijo Wolff cuando fue consultado sobre el futuro del corredor británico: “como piloto verá en su corazón que debe continuar porque está en la cima de su estado de forma, pero tendrá que superar el dolor, puesto que es un hombre con fuertes valores”. El jefe del equipo Mercedes habló así en la gala de la Federación Internacional del Automóvil (FIA) en la que Hamilton estuvo ausente sin aviso generando más polémicas y dudas.

Hamilton, y esto no es nuevo, sabe cómo llamar la atención. Lo hizo al faltar al multitudinario encuentro que organiza la FIA como cierre de cada temporada pero también lo alimentó manteniendo un llamativo silencio luego que Max Verstappen, lo venciera en la última fecha en el circuito de Yas Marina durante un polémico final.

El inglés, que siempre recibe con agrado los micrófonos que le acercan esta vez habló por última vez en la nota que salió en vivo en la transmisión de la carrera y luego se ausentó de la conferencia de prensa guardando todos estos días un llamativo silencio en sus redes sociales, donde suele hacer sus reflexiones.

Cualquier decisión mantiene expectante a la principal categoría del automovilismo mundial. Hamilton -el máximo campeón de la F1, junto a Michael Schumacher, con siete títulos-, no afectaría su extraordinaria performance si optara por bajarse de las competiciones definitivamente. Las palabras de su amigo Wolff cuando resaltó la “injusticia que sufrieron” por parte de las autoridades de la prueba final significarían un sólido respaldo para su renuncia.

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Mientras tanto, la pelea y los cruces picantes se mantienen tan vigentes como el mismísimo día de la electrizante definición e incluso creció en tensión ante las declaraciones del flamante presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem, quien exclamó que “no hay perdón” por la ausencia del británico a la gala donde se entregan los premios anuales. Hamilton sigue tan enojado que ni siquiera lo entusiasmó haber recibido el galardón de “Personalidad del Año”.

Lewis en su grupo más íntimo sigue insistiendo con que hubo “manipulación” en la definición del campeonato. Alude a lo ocurrido en las últimas vueltas en Abu Dhabi cuando en la neutralización para retirar el Williams de Nicholas Latifi, el Director de Carrera, Michael Masi, ordenó a los rezagados que lo dejen pasar a Verstappen, que era segundo en el clasificador, pero tuvo a cinco autos delante. Naturalmente, esta decisión no del todo clara, le allanó el camino el neerlandés, que con gomas blandas (se adhieren mejor al asfalto y son más rápidas) superó en la última vuelta a Hamilton, ganó la carrera y el título.

Así transcurren los días de Hamilton que ni se mosqueó cuando fue nombrado Caballero de la Corona en el Reino Unido, no habla con los periodistas y dejó de seguir a la cuenta de Instagram de la F1. La posibilidad de que el inglés pateara el tablero está latente según los rumores. Se habla por estos días más de eso que del título de Verstappen. Lewis, en definitiva, perdió el título pero se robó la atención.