En la Selección dejó su sello jugando la final de Brasil 2014

Como pasó con Carlos Bilardo, una destacada gestión al frente de Estudiantes le permitió a Alejandro Sabella ser nombrado director técnico de la selección Nacional. En este caso rumbo al Mundial de Brasil 2014, competencia a la que accedió a una recordada final contra Alemania. Desde su debut hasta la referida definición, el conjunto albiceleste se presentó en 41 partidos, con 26 triunfos, 10 empates y 5 derrotas. Con la idea, permanente, de juntar en cancha, todas las veces posibles, a Lionel Messi, Sergio Agüero, Gonzalo Higuaín y Ángel Di María, los cuatro fantásticos, Pachorra recibió una aprobación generalizada, que como una consecuencia lógica representó la propuesta de la AFA para una continuidad en el cargo, que sorpresivamente rechazó.

Si bien la decisión de abandonar el cargo se conoció al regreso de la Copa del Mundo, fuentes seguras explicaron que la idea había sido madurada en medio de la competencia. El desgaste que representó la experiencia lo hizo declinar a la invitación de Julio Grondona, y con Sabella también se marchó Bilardo, quien lo acompañó en carácter de Director de selecciones nacionales.

Luego de 24 largos años, llevó a la Selección Argentina a la final del Mundial

Sabella fue elegido para asumir la conducción del seleccionado tras el Mundial de Sudáfrica 2010, que tuvo a Diego Maradona como referente en la conducción técnica, etapa a la le siguió una breve permanencia de Sergio Batista hasta la Copa América 2011, y cuando fue convocado tenía un precontrato firmado para dirigir a Al Jazira, equipo de Emiratos Árabes que lo esperaba acompañado por el mismo grupo de colaboradores con el que había trabajado en el Pincha: Claudio Gugnali, Julián Camino y Pablo Blanco, este como preparador físico.

Cuando tenía las valijas preparadas lo convencieron para ser el DT de la Selección nacional, cuyo debut se produjo en una gira por la India y Bangladesh, con Venezuela y Nigeria como rivales. Una de las anécdotas sobre el llamado a Sabella que muchas veces se escucharon en los pasillos de la AFA dio cuenta que Nelly, la entrañable compañera de Don Julio fue quien lo recomendó. “Vos no te podés perder a ese hombre”, le dijo justo antes de que Grondona diera la orden para que Sabella se “baje” del avión que lo iba a llevar a dirigir a Dubai.

CAMINO A LA FINAL

La clasificación de Conmebol para la Copa del Mundo 2014 contó con cuatro cupos directos y un restante para el repechaje contra el ganador de la clasificatoria asiática. Brasil, por ser el país organizador, no pasó por la instancia Eliminatoria que se adjudicó Argentina con 32 puntos, seguido por Colombia 30, Chile 28, Ecuador y Uruguay 25.

Al mando de Sabella, nuestro representativo comenzó a recorrer el camino frente a Chile, el 7 de octubre de 2011, ganando 4-1 con tres goles de Higuaín y uno de Messi. La derrota 1-0 ante Venezuela y el empate 1-1 con Bolivia, representaron el pasaje más complicado de esa previa que se encaminó en el partido ante Colombia, que fue victoria 2-1, y se afirmó en el contundente 5-2 contra Paraguay el 10 de septiembre de 2013, faltando dos fechas para el final.

Ya en Brasil 2014, un Mundial con fuerte presencia de hinchas argentinos, la Selección nacional fue el décimo país en lograr el pasaje sobre un total de 32. Tras la dura eliminación en la Copa América 2011 en cuartos de final ante Uruguay, Batista renunció a la dirección técnica de la albiceleste durante julio de 2011 y en su lugar, en agosto, la AFA contrató a Sabella, con quien Argentina se clasificó a su 16ma. Copa Mundial de la FIFA en el primer lugar, siendo el equipo con más goles a favor y el segundo con menos goles en contra.

El sorteo incluyó al equipo argentino en el Grupo F, junto a Nigeria, Bosnia y Herzegovina e Irán, clasificándose para la segunda ronda con amplia ventaja sobre su inmediato escolta: Nigeria. Poco tiempo antes había escogido como cuartel el centro de entrenamiento del Atlético Mineiro, en Belo Horizonte y el sorteo lo favoreció por las cercanías entre las ciudades en las que debió presentarse.

A continuación, eliminó 1-0 a Suiza en octavos de final, 1-0 a Bélgica en cuartos y, tras un empate sin goles, dejó afuera a Holanda en semi tras un desempate por la vía de los penales, donde sus dirigidos se transformaron en héroes. La final contra Alemania, en el Maracaná, resultó el sueño de todo un país, que terminó en pesadilla por un arbitraje muy cuestionado, goles errados, y una derrota por 1-0 que se firmó a los 113 minutos de juego, durante el segundo tiempo extra.

LA IDEA BASE

Sabella repitió en la Selección la misma idea futbolística que aplicó, con éxito, en Estudiantes. Armó cada uno de los equipos con los que representó al país de atrás hacia adelante, buscando primero asegurar el cero en el arco propio, y después sacar la diferencia con la ventaja de disponer de jugadores con buen pie, con Messi como figura central. Y en lo que a esquemas se refiere, se desplazó por las siguientes variantes: 4-4-2, 4-3-1-2 y 3-4-2-1, según las características de los rivales que tuvo adelante y de las necesidades.

Por más que la defensa con cuatro jugadores fue la idea más sostenida, imponer una última línea de tres centrales, para darle espacio a dos laterales de recorrido largo, fue otra variante que “Pachorra” supo manejar, primero en el Pincha y después en la Selección. La búsqueda de una formación “ancha” fue permanente, en particular cuando se trató de quebrar estructuras defensivas cerradas, y en esto marcó una de las principales diferencias con Batista, a quien reemplazó en el cargo.

Por más que siempre se adaptó a las características de los jugadores de los que disponía, la idea base de Sabella fue la de conformar líneas medias elásticas, sostenida en jugadores concentrados para ocupar espacios, presionar sobre la pelota en el sector más conveniente y aprovechar los carriles. ¿Adelante? Siempre dispuso la presencia de un “9” goleador, que en Estudiantes fue Mauro Boselli, poniendo como ejemplo la Copa Libertadores 2009, mientras que en el seleccionado fue Gonzalo Higuaín.

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La pelota parada fue otro recurso implementado por los equipos de Sabella, quien por esta vía trató de aprovechar al máximo las jugadas de tiro libre. La zurda de Messi le garantizó la dirección de cada envío, favoreciendo las posibilidades de quienes esperaban dentro del área para conectar de cabeza. En este sentido, trabajó diferentes jugadas “de pizarrón”, preparadas en los entrenamientos del predio afista de Ezeiza.

Por lo demás, la condición de estratega que “Pachorra” transmitió desde sus tiempos de asistente de Passarella, y le significó el reconocimiento unánime cuando al frente de Estudiantes se cruzó con la mejor versión del Barcelona de Pep Guardiola, y de Lionel Messi, en el Mundial de Clubes, volvió a imponerse en Brasil 2014 en cada una de las siete presentaciones.