Un nuevo problema, y puede ser grave

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Desde lo político, la semana anterior estuvo, sin dudas, en el top-3 de las peores que tuvo Javier Milei desde que llegó a la Casa Rosada. La primera, por lejos, en febrero, cuando los libertarios tuvieron que mandar la Ley Bases a boxes en plena sesión.

Pero la que pasó no se quedó atrás; la reforma jubilatoria (que forzó Milei a aplicar un veto que tendrá costos sociales), el rechazo al DNU de la SIDE y la conformación de la Comisión Bicameral de Inteligencia con Martín Lousteau al frente (el senador Edgardo Kueider, que era el candidato de la Casa Rosada, fue derrotado). Y esta semana puede ser muy compleja también.

A todo esto se sumaron nuevas tensiones internas entre Milei y su vice; hay algunos senadores “librepensantes” (como diría Juliana Di Tullio), como el formoseño Francisco Paoltroni, que declaró que vendió dos campos de su propiedad porque creía en una Argentina distinta (un sinsentido, o una admisión de ....) y hay mucha presión externa, e interna, sobre Santiago Caputo, una pieza decisiva para el Presidente.

Queda cada vez más claro que la bancada legislativa libertaria es tan pequeña como facciosa e inexperimentada. Estas “victorias” pueden envalentonar a la oposición a ir por más reclamos que impliquen más gasto público.

Desde las miradas de afuera (sociedad, empresas e inversores) el Gobierno aparece débil, desorientado y cometiendo lo que es un pecado capital para alguien como Milei: sin control de la agenda. Es precisamente desde ese aspecto que las novedades legislativas (todo lo que pasó es esperable en un sistema político fragmentado y con un Congreso muy activo) que puede tener efecto en la economía.

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Alerta en los mercados

Todo esto llegó a los mercados y los inversores. Y, obviamente, el impacto no es bueno. Los próximos días serán claves. Sobre todo, en lo referido a las jubilaciones. “De acuerdo con las votaciones en ambas cámaras es probable que haya dos tercios de los votos para insistir en la medida y esterilizar el veto”, dijeron desde Econviews, aunque ahora Mauricio Macri podría darse vuelta (o dar vuelta a sus legisladores) y evitar que se lleguen a esos números (y de paso demostrarle a Milei que lo puede presionar muy fácil).

“Detrás de esto viene el Fondo Docente (FONID) y la aprobación del presupuesto que debería aterrizar en la Cámara de Diputados el próximo 15 de septiembre, en sólo tres semanas. Uno puede decir que parte de todo este circo es el juego normal de la democracia. Pero esta es una situación ´sui generis´. Políticamente hablando, es un gobierno con buena popularidad, pero con muy pocos legisladores y muy poca experiencia política. Del lado de la economía estas iniciativas le pegan a la línea de flotación del programa ya que el ancla de la estabilización es y será la política fiscal. Más allá de los berrinches de uno y otro lado, lo que más credibilidad otorga al programa económico de Milei es el saber que de alguna u otra manera los gastos no superarán a los ingresos. Pero estas iniciativas, si bien no llegan a desestabilizar, generan dudas que el gobierno no necesita”, señala el informe de la consultora que capitanean Miguel Kiguel y Andrés Borenstein.

“Argentina es un país híper-presidencialista: el Poder Ejecutivo Nacional efectivamente puede gestionar una amplia mayoría de cuestiones incluso sin controlar los demás poderes. Pero aún así, por ahora el presidente no cuenta con mayorías automáticas ni totalmente a disposición. La gobernabilidad no es un activo completamente seguro para Milei. En el corto plazo, podría entrar en un umbral en el cual el futuro de esta gestión no dependa exclusivamente de él”, dijeron desde Epyca.

En Econviews tiran una tesis:“La salida del cepo depende más de la política que de la economía. La percepción que tenemos es que más allá del miedo lógico, las autoridades económicas están pensando en cuándo y cómo salir del cepo. Registran los beneficios y tratan de cuantificar los costos. Pero la política es otro negocio. La preocupación política más grande de Milei hoy parece ser el tema de un rebrote inflacionario. Acumuló credenciales bajando la inflación mensual del 25% al 4% y teme que un mes de 7% u 8% le queme la popularidad”.

Según la consultora, Milei tiene que arriesgar. No hay mejor defensa que un mejor ataque. “Así como Milei tomó riesgos con el ajuste que derivó en un fuerte superávit fiscal y salió bien, es momento de tomar un riesgo político (menor al que se tomó en diciembre) para salir del cepo. Y esa victoria probablemente va a domesticar a todos los que empujan en el Congreso más gasto público”.

“Creemos que las decisiones de inversión agregada (con incidencia macroeconómica) seguirán manteniendo una postura de ‘esperar y ver’, inhibiendo una recuperación más acentuada. ¿Por qué esta posición tan cautelosa? Ciertamente, el desorden político está haciendo un aporte, dado que también incluye a enemistades y acusaciones cruzadas dentro del mismo espacio de la LLA”, dijeron desde LCG.

Política desordenada

También sugirió lo mismo Lacha Lazzari, que viene estimulando a los empresarios a invertir ya y no dormirse. Las noticias periodísticas sobre discusiones internas entre el Milei y Victoria Villaruel “no constituyen una buena señal”, dice. Y agrega: “En un contexto de reformas necesitamos certidumbre. Un conflicto en la cúpula envalentona a los sectores anti-reforma. Un paso atrás. Los votos para aprobar leyes no sobran. La Ley Bases fue aprobada con mayoría muy acotada y la discusión en particular pareció una definición por penales. Las peleas internas alimentan dudas entre quienes deben apresurar decisiones de inversión”.

Para inversores dubitativos, esto es, acaso, un motivo más para poner pausa antes de decidir hundir capital. “La reforma requiere concentrar esfuerzos en las prioridades. La agenda de desregulación viene a ritmo histórico. No la enturbiemos con tonterías”, dice Lacha, aportando pragmatismo en un momento en el cual los libertarios se distraen con minucias internas que pueden complicar la causa mayor.

El desafío de Milei, dice Lucas Romero, era ordenar la economía antes que se le desordene la política. “Esta semana el EMAE nos avisa que ordenar la economía se está demorando más de lo previsto, y el Congreso nos muestra que el proceso de desordenamiento político para Milei avanza sin demora”, dijo en su cuenta de X el lúcido analista.

La batalla no está perdida, pero la política se está desordenando y eso no es bueno para la economía.

“La batalla no está perdida, pero la política se está desordenando y eso no es bueno para la economía”