Pequeño transporte del pasado

Roberto G. Abrodos

Gran revuelo en la ciudad con la llegada de dos locomotoras adquiridas por la Municipalidad en Montevideo con destino al tramway que se construiría en dirección a Abasto, todo esto lo describía muy bien el diario “El Día” del 21 de octubre de 1901. Las dos máquinas ferroviarias son descargadas sobre la calle 7 entre 48 y 49 y así comienza la tarea de los mecánicos, ingenieros y peones de la Municipalidad que iniciaban los trabajos de la conducción de las tremendas máquinas hasta 7 y 51, hacia donde existió una vía de tramway  que empalmaría con otra similar que pertenecía al tramway municipal a la altura de la calle 25, ardua iba a resultar la tarea ya que las viejas máquinas venían desarmadas a la mitad y tenían algo más de ocho metros de largo.

Adelante iba la “Clementina” que era el nombre que se le puso a las locomotoras hace muchos años atrás cuando se construyó en la República Oriental del Uruguay el ferrocarril  y éste era el nombre de la esposa del dictador Máximo Santos y en su honor se bautizó así la máquina. Millares de espectadores presenciaron las tareas, siempre había curiosos mirando que parecían que se turnaban, después de la una de la tarde habían logrado llevar estos impresionantes armatostes al ángulo norte de las calles 7 y 51.

La máquina se ha montado sobre la vía penosamente por personal municipal y personas del público, es que no era fácil mover esas moles que pesaban muchas toneladas cada una, ya para las tres de la tarde sólo se había logrado moverla 20 metros y se produjo un descarrilamiento.

A todo esto se volvió a montar sobre la vía con gran esfuerzo en la que se llevó hasta la calle 10 y nuevamente otro accidente y tuvo que permanecer en el lugar hasta el otro día. Muchos se hacían la pregunta del costo de las dos locomotoras, muchos pensaban que estaban más para un museo que para un servicio de transporte. Sin embargo, el pequeño ferrocarril cumplió bien su labor: partían cuatro trenes de ida y otros tantos de vuelta desde la avenida 51 entre 17 y 18, pasando por la Plaza de Armas, La Loma, Los Hornos, Las Quintas, La Granja, Las Chacras, Melchor Romero, 19 de Noviembre finalizando el recorrido en Abasto.

En enero de 1930, había intención después de 28 años de inactividad, de poner nuevamente el Ferrocarril La Plata en funcionamiento, la ordenanza sancionada por el Concejo Deliberante a iniciativa del concejal Dr. Alegre, y por la cual se procura dar una solución a las tantas gestiones realizadas por los vecinos para que se establezca un servicio de pasajeros y cargas entre La Plata y Abasto. Se utilizarían las vías del antiguo Ferrocarril, el autor del proyecto piensa en utilizar el servicio de auto riel para realizar buena parte del abastecimiento de los productos de primera necesidad para el vecindario de La Plata, especialmente de la carne procedente de los mataderos de Abasto.

A fines de marzo de 1931, se comenzaron los trabajos del auto riel de La Plata a Abasto. Se espera que estén terminadas a la brevedad posible.

Finalmente el 29 de junio de 1932 quedó abierto al uso público para los servicios de carga y pasajeros. Para las 11 hs. estaba fijado el acto y una gran concurrencia se hallaba congregada a la espera del Gobernador de la provincia quien llegó en compañía de su Secretario, Sr. Cavello, el Ministro de Obras Públicas, Dr. Edgardo J. Míguez, el Oficial Mayor Dr. Erriest, el Intendente Municipal Dr. Jorge L. Hirschi, el Director de Obras Públicas de la Municipalidad Ing. Negri, el Presidente de la Cámara de Diputados de la provincia Dr. Luis María Berro, el Presidente del directorio del auto riel Sr. Oreste Santospago y demás autoridades.

El salón que sirve de punto terminal a los coches se hallaba adornado con banderas argentinas, después de entonar la canción patria y los discursos de rigor se sirvió un lunch y después el viaje inaugural.

El anhelado servicio llegaría hasta Abasto, aprovechando las antiguas vías, reparadas y puestas en valor.